Ernesto Martini. Miembro del Consejo Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación
…Y se marchó y a su barco le llamo libertad y en el cielo descubrió gaviotas y pinto estelas en el mar…
Tenía la extraña sensación de que había dormido muy poco. Dio una vuelta en redondo y tomo su teléfono
-las 2:30 am. No podía ser apenas había dormido un par horas. Otra vez desvelado pensó.
…y se marchó y a su barco le llamo libertad y en el cielo descubrió gaviotas y pinto estelas en el mar…
¿Pero que era aquella melodía que se repetía una y otra vez en su cabeza? Y que sin duda alguna era el motivo de su desvelo.
Y recordó. Era Perales, definitivamente Perales
Pero ¿Por qué? Si a mí no gusta Perales.
Y volvió a recordar. Era 22 de julio y Perales era su favorito.
Sin darse cuenta, como hace ya 10 años lloraba, si lloraba y el pecho se le apretaba tanto que sintió que se ahogaba en aquella oscura habitación que cada vez se hacía más pequeña.
Volvían a su cabeza los recuerdos de aquel odioso día del cual no quisiera acordarse jamás, y volvieron otros. Como aquel sábado donde desde una vieja e improvisada tarima el bardo le dedico una canción en público, y sorprendido contemplo a su escudero fiel sabiendo que aquello había sido obra suya.
Amaba la música de Perales, pero también a Bee Gees, Simon & Grafunkel, Carole King, The Mamas & The Papas y hasta Scorpions con su clásico ‘Wind of Changes”, todos ellos en un viejo CD doble rotulado a mano y que le había regalado su fiel escudero poco tiempo antes de ir a batir gigantes.
Si, la madrugada se anunciaba odiosa pero esta vez comprendió aquello que tantas veces escucho y decidió recordar “la noche no sería eterna” Dio media vuelta en la cama y comenzó a tararear
…y se marchó y a su barco le llamo libertad y en el cielo descubrió gaviotas y pinto estelas en el mar…