Cubanos, privilegiados y víctimas
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Los verdaderos privilegiados son los gánsters que robaron a los cubanos su libertad, sus propiedades, su derecho a buscar en su propia tierra la felicidad.
MIAMI.-El pasado viernes 9 de diciembre, la Universidad Internacional de la Florida (FIU) organizó un debate en el teatro del Werthein Performing Arts Center de su Campus Modesto A. Maidique entre la señora Susan Eckstein, autora del libro ‘Cuban Privilege’ ( Privilegio cubano), y el doctor Orlando Gutiérrez-Boronat, portavoz del Directorio Democrático Cubano y la Asamblea de la Resistencia Cubana.
Muchos asistentes (cubanos) nos quedamos con las ganas de intervenir en el debate para exponer nuestros puntos de vista y preguntar a los panelistas. La larga fila de interesados fue disuelta inesperadamente. ¿Por qué nos impidieron preguntar a tantas víctimas interesadas en hacerlo?
Muchos interesados en exponer nuestro criterio tuvimos que retirarnos ante el lapidario anuncio de que la ronda de preguntas terminaba. Entre nosotros, Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, emblemático ex prisionero político cubano que pasó 17 años en las cárceles del régimen; Juan Vega, empresario cubano en el exilio. La lista de los silenciados durante esa noche.
MIAMI.-El pasado viernes 9 de diciembre, la Universidad Internacional de la Florida (FIU) organizó un debate en el teatro del Werthein Performing Arts Center de su Campus Modesto A. Maidique entre la señora Susan Eckstein, autora del libro ‘Cuban Privilege’ ( Privilegio cubano), y el doctor Orlando Gutiérrez-Boronat, portavoz del Directorio Democrático Cubano y la Asamblea de la Resistencia Cubana.
Muchos asistentes (cubanos) nos quedamos con las ganas de intervenir en el debate para exponer nuestros puntos de vista y preguntar a los panelistas. La larga fila de interesados fue disuelta inesperadamente. ¿Por qué nos impidieron preguntar a tantas víctimas interesadas en hacerlo?
Muchos interesados en exponer nuestro criterio tuvimos que retirarnos ante el lapidario anuncio de que la ronda de preguntas terminaba. Entre nosotros, Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, emblemático ex prisionero político cubano que pasó 17 años en las cárceles del régimen; Juan Vega, empresario cubano en el exilio. La lista de los silenciados durante esa noche se hizo larga.
Pero Gutiérrez pudo desmontar serenamente el manual para tontos entusiastas de la tiranía escrito por Eckstein, pese a las muchas distracciones con que simpatizantes del régimen cubano intentaban evitar los argumentos irrebatibles (de este) y de otros que alcanzaron a desenmascarar, denunciar y rebatir las muchas falacias del libelo que se presentó.
No entiendo cómo en nombre de la libertad se da tribuna propagandística favorable a una tiranía enemiga que mantuvo misiles nucleares apuntando al corazón de las principales ciudades de la costa Este de los Estados Unidos y que ha seguido masacrando a todo un pueblo. Solo unas semanas antes de ser presentado el libro procastrista de Eckstein, la dictadura a la que ella intenta lavarle el rostro asesinó a varios cubanos que querían escapar del estado de terror y miseria, entre ellos una niña de dos años.
Nuestro pueblo ha sufrido por 64 años un permanente genocidio por parte de los gánsters que tomaron el poder en 1959. Que en un alto centro de estudios como es FIU se trabaje para limpiar la sangre en las manos del castrismo, me parece tan criminal y absurdo como restarle importancia a las víctimas del holocausto. Es igual a negar el mastodóntico muro de concreto y alambradas de Berlín comunista custodiado por militares dispuestos a asesinar a quien se aventurara a traspasar la barrera al mundo libre. Es negar y relativizar la verdad y exaltar la infamia frente a millones de víctimas que viven en Florida y cuyos hijos y nietos estudian en FIU.
No es mi intención atacar a la autora simpatizante del régimen cubano, ni siquiera diseccionar su libro procomunista. Solo quiero responder como me hubiera gustado poder hacerlo el viernes en la noche.
Primero, me parece una interpretación colonialista y racista definir el fin de la Guerra Fría a partir de que Cuba no es una potencia mundial productora de armas de destrucción masiva sino una isla de unos 11 millones de habitantes sometidos y hambreados, obviando intencionalmente lo mucho que su régimen ha incordiado a 12 administraciones estadounidenses, fomentando conflictos y sirviendo de cabeza de turco para soviéticos y rusos y para provecho de sí mismos.
La llamada Guerra Fría no ha terminado. ¿O es que Cuba se unió a finales de los años ‘80 e inicio de los ‘90 del pasado siglo al coro de naciones que se deshicieron del sometimiento de regímenes totalitarios peligrosos no solo para sus pueblos sino también para la humanidad? ¿Rusia, China, Corea… ya dejaron de ser el enemigo? ¿No ha apoyado el régimen cubano a Rusia y sus ínfulas imperialistas en Ucrania? ¿No es el régimen cubano quien ha contribuido al régimen de los ayatolas? ¿No fue un barco cubano cargado de misiles y armas en el canal de Panamá con destino Corea del Norte en medio de tensiones del mundo libre con el majadero sátrapa de la dinastía Kim? ¿La junta económico-militar de la isla no sigue sufragando la subversión en el hemisferio y el ascenso y sostenimiento en el poder de regímenes afines en América Latina?
Es muy apresurado, irresponsable, insolidario y una necedad ser tan categóricos en ese sentido como afirma la autora.
Pero la mayor infamia del libelo propagandístico a favor del régimen cubano presentado en la FIU son las calumnias, las mentiras, la manipulación racista, los ataques contra una comunidad no de privilegiados sino de víctimas que encontraron en este país un lugar donde poder ser libres y buscar la felicidad, donde construir con mucho sacrificio un hogar prestado allí en el espacio en que solo había un pintoresco pueblo rodeado de manglares, bañado por el sol y el mar, y construir en él una de las ciudades más prósperas en la Gran República del norte.
Los verdaderos privilegiados son los gánsters que robaron a los cubanos su libertad, sus propiedades, su derecho a buscar en su propia tierra la felicidad. Esos son los privilegiados, la tiranía intrínsecamente perversa donde una pequeña casta de oligarcas se enriquece cada día más y tiene todos los privilegios por el sometimiento de un pueblo cada vez más pobre y desesperanzado que, a pesar de la indiferencia de naciones más felices, aún lucha y demanda su libertad y soberanía para decidir por sí mismo su presente y su futuro.
Esos son los privilegiados cubanos, no sus víctimas. Esos sí son verdaderamente privilegiados porque hasta ahora tienen incluso el privilegio de ser tratados no como la Sudáfrica segregacionista de los años 80, sino como un gobierno legítimo pese a ser el régimen del Partido Comunista de Cuba, excluyente, segregacionista y criminal durante todas estas décadas y los años aún contando.
Me gustaría preguntarle a la autora si en algún momento tenía pensado presentar su vergonzoso texto en la Isla y si estaba dispuesta a invitar al debate a un opositor al régimen, no uno designado por el régimen. Si eso se concretara, estaría dispuesto a concederle que algo comienza a cambiar, aunque nada muy importante.
Nada sobre lo fundamental, que es la falta de soberanía popular, la ausencia de derechos y la represión feroz contra los intentos de su ejercicio.
Nada como para lanzar voladores de colores, pues el tema cubano debe ser ‘sudafricanizado’, el régimen debe ser boicoteado, señalado y tratado -por solidaridad con nuestra gente- como un bochorno para la humanidad. Pero esa dictadura, que tiene aún tantas simpatías entre los sinvergüenzas del mundo, que se unen en su defensa, ni eso, estoy seguro, estaría dispuesta a tolerar.
Ante esta realidad, los (otros) privilegiados defensores de la tiranía nacidos en tierras de libertad y prosperidad, no tienen arreglo. Son básicamente unos cobardes que señalan y atacan a las víctimas. Son la vergüenza de la humanidad.
Regis Iglesias es un escritor cubano desterrado a España y exiliado en USA, ex preso de conciencia, portavoz del Movimiento Cristiano Liberación