Representantes de la oposición interna cubana se declararon ”decepcionados” con la visita a la isla del comisario de Desarrollo de la Comisión Europea, el belga Louis Michel, a quien criticaron por haber regresado a Bruselas sin haberse reunido con ellos.El líder de ”Movimiento Cristiano Liberación” (MCL, ilegal), Oswaldo Payá, dijo e que si la actitud de Michel “es un anuncio de la postura que va a tener la Unión Europea (UE) a partir de ahora, entonces estará abandonando una línea ética y desconociendo los derechos de los cubanos”.
”No pedimos ni mendigamos una entrevista, pero creo que siendo (Michel) representante de ese nivel, parece estar marcando una línea de exclusión que es la regla que ha puesto el régimen cubano para hacer lo que llaman una relación normal” con la UE, explicó el disidente.
Oscar Espinosa Chepe, miembro del llamado ”Grupo de los 75” excarcelado por motivos de salud, lamentó que la visita de Louis Michel resultara “decepcionante”.
”Se ha ignorado a un sector de la sociedad cubana y solamente se ha escuchado al Gobierno de Cuba”, añadió.
Espinosa señaló que se ”habla de posibilidad de cambio de política cuando siguen los presos en las cárceles en una situación injusta” y además “viene un representante de la Comisión Europea y no nos ha escuchado”.
Michel llegó a Cuba el jueves para una visita oficial de tres días, durante la cual se reunió con el vicepresidente Carlos Lage, el canciller, Felipe Pérez Roque, y el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, entre otras autoridades, pero no se entrevistó con representantes de la disidencia.
Lo mismo ocurrió dos semanas antes con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, también criticado por los opositores por acercarse mucho al Gobierno que preside el general Raúl Castro, que sucedió a su hermano mayor Fidel tras casi medio siglo en el poder.
El comisario europeo aseguró en La Habana que hará ”todos los esfuerzos para convencer a los países miembros de la UE” de que las medidas de 2003, suspendidas dos años después pero aún vigentes sobre el papel, son un obs táculo para normalizar las relaciones con la isla.
Payá, premio Sajárov de Derechos Humanos del 2002, otorgado por el Parlamento Europeo, afirmó que ”no pasaron de ser simbólicas” esas sanciones que impuso la UE a Cuba en el 2003, a raíz de las condenas de 75 disidentes en juicios sumarísimos y la ejecución de tres secuestradores.
”Nunca pedimos que se aislara o se perjudicara al pueblo de Cuba y esas medidas no lo perjudicaban, pero si alguna vez tuvieron un simbolismo, ahora parece que Louis Michel y otros no quieren ni siquiera el símbolo”, subrayó Payá.
El dirigente opositor agregó que las sanciones “que hay que eliminar son las injustas impuestas a los prisioneros políticos defensores de los derechos humanos y la de 50 años que hasta ahora pesa sobre el pueblo de Cuba, al que no se le reconocen sus derechos”.
Miriam Leiva, de las ”Damas de Blanco”, que agrupa a familiares de los condenados en el 2003, considera ”muy preocupante” que Michel “contraiga compromisos sin tener resultados apreciables, como la liberación de los prisioneros de conciencia cubanos y el respeto real de los derechos humanos”.