Mickey Garrote entrevista a Oswaldo Payá Sardiñas, líder de la oposición cubana.
Esta entrevista pronto será parte de un libro que Payá está escribiendo en la Isla.
Quién es realmente el joven Payá
Oswaldo Payá Sardiñas es conocido hoy dentro y fuera de Cuba como líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Sin embargo pocos conocen al joven Oswaldo, su inicio en la lucha por los derechos humanos antes de la creación del MCL y de su trabajo en torno al Proyecto Varela. Háblenos del joven Payá.
Respuesta:
Viví bajo protesta y enfrentado, desde niño. Pero no era un super-niño, ni quiero decir que era un niño héroe, sino un niño de una familia de siete hermanos, con unos padres que trabajaban mucho para sostenernos, en un barrio humilde. Pero como dije, enfrentados por el régimen que nos trató como enemigos y nos señaló como gusanos desde el principio, sólo por ser católicos que seguíamos en la iglesia y por no aceptar ser incondicionales al gobierno, que era la única opción para no ser “marcado”.
En mi familia sufrimos punto a punto la etapa de consolidación del poder totalitario, que tuvo varios planos: el desmontaje de la sociedad civil y de toda institución independiente, el aniquilamiento de la actividad económica activa privada y del tejido productivo y de servicios, no hablo de los grandes monopolios sino de tantos y tantos negocios pequeños, de los negocitos y talleres de trabajadores por cuenta propia y familias que fueron despojadas, a nombre del socialismo, del fruto de su trabajo de muchas décadas y de varias=2 0generaciones.
También el aniquilamiento de la prensa libre y de toda actividad política que no fuera incondicional a Fidel Castro y simultáneamente la obsesiva descristianización forzada de la sociedad, la cultura y la memoria del pueblo cubano. Esto último, al menos, lo intentaron con todos los recursos políticos, de propaganda, con el sistema educacional, con la represión, el castigo y la exclusión.
No lo lograron totalmente, pero han hecho un grave daño a nivel antropológico, es decir a la persona, a su autoestima, a su sentido del derecho, a la familia, a los vínculos más sanos, libres y auténticos entre los seres humanos dentro de la sociedad.
Propiciando el reino de la mentira, la envidia, la simulación, sólo salvado en parte por la buena voluntad, el amor y las buenas obras de personas de todas las posiciones políticas en Cuba. Vaciaron la sociedad de la moral y valores para instalar la llamada “moral socialista que al final resultó la inmoralidad donde la única referencia es la incondicionalidad al poder. Yo no era un héroe, pero si un niño cristiano y libre, un joven libre y cristiano y ahora un hombre de cincuenta y seis años, digamos en la “frontera de la madurez”, cristiano y por eso libre, con esa libertad que Dios nos da y que nadie n os puede quitar.
De 1969 a 1972 el régimen cubano lo encarcela en Isla de la Juventud, antigua Isla de Pinos. ¿Por qué?
Respuesta:
No era formalmente cárcel, pero en la práctica sí. Nos llevaron como reclutas, pero desde los primeros días nos trataban como enemigos (protagonizamos un motín, dispersado a balazos, que narro en un libro que estoy tratando de terminar)
Nos hacían trabajar 10 horas diarias de lunes a sábado en las canteras y en la construcción. Nos decían “los castigados”. Eso fue después que formalmente terminó la UMAP, los tristemente celebres campos de concentración para jóvenes que inventó “la revolución cubana”. Allí en Isla de Pinos se engendró el espíritu de Liberación, fue una etapa de crueldad y abusos contra nosotros todavía adolescentes, pero no doblegaron nuestro espíritu porque no pudieron arrancar nuestra fe. Isla de Pinos fue proclamada “la primera región comunista de Cuba”.
Cuando recuerdo aquello pienso en el pueblo oprimido de Corea del Norte. Al mundo sólo le interesa Corea del Norte cuando los verdugos que la gobiernan amenazan con hacer una bomba atómica, pero poco se habla de los millones de s eres humanos que viven sepultados allí en la opresión más inhumana. Los norcoreanos también tienen derecho a los derechos y n i la violencia, ni más concentración de armamentos, ni otra guerra son caminos de solución , sino una verdadera campaña de solidaridad por los derechos de esos ciudadanos.
Háblenos de Nuestra Señora de los Dolores y hasta que punto su experiencia allí influye al Oswaldo Payá, líder opositor de hoy.
Respuesta:
Sí, mucho. No me extenderé en esa experiencia de la Isla, que es muy larga y definitoria en mí. Sólo le digo que lo que hicieron con mi generación fue signo del rasgo más perverso del sistema: apropiarse de las personas y manejar sus vidas sin respeto por su dignidad. No es un asunto político solamente. Es un mecanismo abarcador, es totalitario y por eso la historia de Cuba que debemos hacer hoy, clama y reclama un proceso sin odio y sin violencia y movido por amor y por eso verdaderamente radical: Liberación.
En 1980 con el éxodo del Mariel se le ofrece escapar de la isla. Decidió quedarse. ¿Por qué razón?
Respuesta:
Sí, he pensado en que yo si pudiera salir de Cuba, pero he decido quedarme. He despedido a muchos de mis seres queridos, la mayor parte de mi familia, amigos, hermanos de la comunidad de la iglesia y de lucha. El exilio, nuestra diáspora, es la mitad del corazón de Cuba. Desde niño pienso en ellos, muchas veces al d a cada día, nunca se separan de mí.
Pero separación física por tantos años es probablemente uno de los daños más profundos de esta etapa y que mas sufrimiento nos ha causado a todos, pero lo sigue causando cada día que vivimos lejos “los de allá” y “los de acá” y porque continua el desgarramiento con la salida de miles de jóvenes y de personas de todas las edades buscando una vida mejor, la libertad, aunque ya ni siquiera se atrevan a decirlo. Las familias se siguen separando. Familias, que sencillamente “escapan”.
Quiero decir que no dejaré de denunciar que ese exilio es diáspora, porque es destierro, porque no puede regresar a su tierra, porque no hay libertad. Esa es una verdad vivida y sufrida. Tampoco dejaremos de proclamar que son parte inseparable de nuestro pueblo. Como lo fueron los chilenos exiliados, los sudafricanos, los polacos, los españoles, durante las tiranías en esos países.
Queremos recordar que en Diciembre 20 del 2007 presentamos en las oficinas de la Asamblea Nacional del Poder Popular una propuesta de ley titulada Proyecto Heredia, en honor al poeta nacional desterrado por el colonialismo español y en denuncia del destierro que viven cientos de miles de cubanos. En esta ley proclamamos el derecho de todos los cubanos a entrar a Cuba, regresar a Cuba y vivir en Cuba libremente, a salir libremente.
Ese derecho no existe en Cuba. También esa ley es contra la discriminación que los cubanos sufrimos en muchos orden es de manera humillante en nuestra propia tierra. Nosotros reclamamos el derecho de los cubanos a visitar Cuba cuando quieran sin restricciones ni limites, por lo que el gobierno de Estado Unidos debería suspender esas restricciones y limites de viaje a los cubanos a su propia Patria, sin condiciones.
Pero me parece una inconsecuencia, que por otra parte, las propias víctimas ó los supuestos defensores de esas víctimas cubanas, silencien el escándalo mayor: El gobierno cubano mantiene privados de sus derechos ciudadanos y en condición de desterrados a cientos de miles de cubanos a los que ha sentenciado con el castigo de “salida definitiva”.
Esos cubanos no pueden regresar a residir en nuestra Patria, que es su propia Patria y tienen que pedir permiso al gobierno de Cuba para visitar unos días a su familia y volverse a ir. Eso lo denunciamos en el Proyecto Heredia, que es la mencionada ley de Reencuentro Nacional, que ahora queremos reavivar pues ya se cumplirá un año que la presentamos en las oficinas de la Asamblea Nacional y no la han discutido ni publicado.
Pero usted me preguntó otra cosa y se la respondo con sencillez. No me voy de aquí, en mi tierra viviré hasta que Dios me llame y lucharé por mis hermanos los cubanos y sus derechos hasta que sean libres.
Pero=2 0déme un espacio más, un pequeño espacio más para defender a mis hermanos los cuban os que viven en el exilio y que sólo pueden venir a Cuba, con permiso del gobierno cubano a visitar a sus familiares. Lo que voy a decir es fuerte, lo digo sin ironía, con amor, pero crudamente. Es penoso ver como a los cubanos les persigue el miedo de aquí hasta allá. Cuando vienen aquí entran en la jaula del miedo y después se lo llevan hasta allá y se callan los abusos que sufren aquí con tal de que el gobierno cubano les permita volver a ver a sus seres queridos en Cuba.
Voy al directo: Hay muchas historias en la aduana cubana.
Historias no contadas. Cuando llega una viejecita, o una mujer de cualquier edad o también un hombre del exilio, al aeropuerto cubano, se le acercan funcionarios de aduana en uniforme, les exigen, sin piedad y descaradamente, dinero para no confiscarle parte de lo que traen. Dinero que ya no darán a sus familiares de acá. Literalmente los chantajean, los atracan, les piden cientos de dólares, que se meten en los bolsillos.
Les dicen “no me de el dinero ahora, espere a salir y me lo da en la puerta” ó “démelo ahora que no nos están mirando”. Pero si no pagan a esa seudo mafia lo exigido, les decomisan sin piedad gran parte de lo que traen y les demoran hasta el agotamiento. Muchos, con sólo llegar a Cu ba, ya sienten el pánico. El sentimiento de indefensión se reaviva saliendo de lo más profundo de la memoria, la condición de ciudadano sin derecho en que vivieron antes de emigrar. No es un reproche a mis hermanos cubanos del exilio que son todos mi familia, es denuncia contra el ultraje que sufren.
Ahora que nadie se rasgue las vestiduras diciendo que estoy ofendiendo a un cuerpo oficial del Ministerio del Interior, pues esto es conocido, esto lleva años ocurriendo, esto es indignante. Pero sinceramente lo más desconcertante es que además de los precios abusivos que deben pagar por trámites y viajes, miles y miles de cubanos, de viejitas que traen el dinerito ahorrado de sus pensiones, de hombres y mujeres que trabajan con mucha honradez, sean asaltados silenciosamente por los que visten uniforme oficial y nadie lo denuncie.
Pero ahora espero que esos miles y miles de cubanos que han sufrido este ultraje no permanezcan callados. Nosotros hablaremos por esos hermanos nuestros, aunque estemos aquí en Cuba y ellos en Miami, Madrid, California ó New York.
¿Como se explica que algunos cubanos en el exilio no apoyen la primera iniciativa que reclama todos sus derechos como ciudadanos cubanos con indiscutible dignidad? ¿Será que no conocen el Proyecto Heredia? ¿Por qué? No hablo del exilio, sino de los que han silenciado esta ley, Reencuentro Nacional, y por eso muchos en Cuba y en el ex ilio no la conocen.
Como también algunos de los medios de difusión en Miami y otras agencias y paginas importantes, silencian nuestra actual campaña del Proyecto Varela que ahora mas que nunca es esperanza y camino de cambio verdadero que estamos reactivando dentro de Cuba. ¿Por qué?