PARA EL NUEVO MUNDO, UNA NUEVA ESPERANZA
No vamos a decir “somos la voz de Cuba” sino, “dad al pueblo lo que es del pueblo, su propia voz y su libertad”. Ese es el espíritu del Dialogo 2009 en el que ahora están participando muchos cubanos luchadores pacíficos por la democracia y cuyos resultados serán proclamados en breve.
No hay secreto: Los cubanos queremos la paz, la reconciliación entre todos nosotros y la amistad con todos los pueblos. Queremos construir una sociedad cada vez mas justa y mas humana, queremos los derechos, todos los derechos, queremos la libertad.
Nadie que sea honesto debe hablar de Cuba ni por Cuba si antes no tiene el valor de reclamar el respeto de los derechos de los cubanos y la liberación de los que están en prisión cruel en nuestra Patria por defender pacíficamente los derechos humanos.
Esos prisioneros políticos cubanos, deben ser liberados incondicional e inmediatamente, porque están en prisión solamente por escribir y divulgar sus opiniones, por denunciar violaciones a los derechos de los cubanos y por promover un Referéndum sobre el Proyecto Varela para iniciar los cambios pacíficos hacia la democracia.
Nunca hemos pedido ni queremos el aislamiento y la exclusión de nuestro país, pero la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica y del Caribe, si excluyen al pueblo cubano. Estos han optado por una relación con el gobierno cubano que incluye la complacencia y el silencio total sobre la ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba. La proclamada integración, sólo será verdadera si es realizada entre pueblos libres y es falsa y sin porvenir si no es resultado del ejercicio de la libertad y los derechos de los ciudadanos de este continente. No es verdad que exista respeto por la autodeterminación del pueblo cubano cuando todos saben y callan la realidad de que el pueblo cubano no puede determinar libremente, ni elegir, ni expresarse, porque se niegan estos y otros derechos a sus ciudadanos.
Estos gobiernos usan, para sus intereses políticos, una falsa imagen de la realidad cubana, que ha sido deformada y suplantada por la máscara que le ha impuesto a nuestra sociedad la cultura del miedo. Se benefician de los cubanos que trabajan en sus países haciendo el bien con amor y buena fe, pero humillados, ya que todos saben que no son libres en Cuba, ni en los países donde sirven.
En todo este continente, aplauden y disfrutan las proezas de nuestros peloteros, sin duda los mejores del mundo, y de otros deportistas. Pero los espectadores no quieren reconocer que estos deportistas son como gladiadores, glorificados en las arenas del estadium, pero llegan vigilados y en jaulas y después vuelven a las jaulas, porque son héroes, pero no son libres.
Queremos que el mundo se abra Cuba empezando por todos los pueblos y gobiernos de América y que Cuba pueda abrirse verdaderamente para todos. Algunos vecinos de este continente y ciudadanos de otros países del mundo, tienen en Cuba un país abierto para ellos, pero sin embargo sabiendo que Cuba está cerrada para los propios cubanos, hacen silencio indigno. Mientras tanto disfrutan como turistas y como empresarios a costa de las desventajas de un pueblo sin libertad.
También artistas, intelectuales y políticos, famosos y siniestros, usan nuestro país como escenario para delirar de odio y embriagarse en su sueño de totalitarismo, mientras se presentan como defensores de los pobres. Pero no nos engañan, pues como dijo el apóstol de la independencia cubana José Martí en una de sus cartas: “Suenan música, resuenan coros, pero se nota que no son los de la paz”.
Nunca pedimos, ni queremos un embargo contra Cuba que no debe existir. No queremos un programa para Cuba que no sea el que deben hacer los propios cubanos cuando tengan derechos y libertad. Realizar los cambios corresponde sólo a los cubanos, sin intervenciones, ni injerencias del norte, pero tampoco del sur, ni del este, ni del oeste. Nadie use nuestro país como escenario de sus confrontaciones, pues no las deseamos los cubanos, ni las necesitamos para afirmar nuestra soberanía e independencia nacional.
No se puede justificar el embargo impuesto por los Estado Unidos de América a Cuba, con la falta de derechos que hay en nuestro país, porque el embargo es otra violación de los derechos de los cubanos y por eso debe ser levantado inmediatamente y sin condiciones.
Los que justifican la falta de derechos en Cuba con la existencia de ese embargo o silencian la falta de derechos civiles, políticos y económicos, no quieren el bien de nuestro pueblo, ni lo respetan.
Basta ya de justificaciones y de relativizar los derechos de los cubanos. Los cubanos tenemos derecho a los derechos porque somos seres humanos. En esta Cumbre y en el diálogo que debe iniciar ahora y no terminar ahora, Cuba no debe estar excluida, pero Cuba no es sólo el gobierno. Por eso tampoco debe excluirse el llamado y la exigencia de apertura a los derechos para los cubanos en Cuba y la liberación de posdefensores de los derechos humanos.
Proponemos un Nuevo Diálogo para el Nuevo Mundo. La Cumbre de las Américas debe ser el inicio de ese nuevo diálogo que si sería una nueva esperanza que el Nuevo Mundo puede ofrecer al mundo. Un diálogo sin fronteras, no sólo con respeto, sino con amor y buena voluntad, entre todos. Por eso un dialogo en el que todos se esfuercen por entender el lenguaje del otro y por hacerse entender con transparencia. Un diálogo que se proponga llegar más allá de la convivencia y las buenas relaciones entre estados y que busque y canalice lo que quieren nuestros pueblos: La amistad en la fraternidad y la libertad. Es posible hoy y urgente porque solo en ese espíritu se podrá salvar la tierra de la catástrofe ecológica que ya se anuncia con signos alarmantes.
No habrá crisis, injusticia, conflicto, ni dificultad que el Nuevo Mundo no pueda vencer si todos los gobiernos y pueblos toman el camino del diálogo, la solidaridad y la cooperación como vía para construir juntos y junto a toda la humanidad la nueva etapa de la historia que debe ser la de la globalización de la fraternidad.
Oswaldo José Payá Sardiñas
Coordinador del movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 17 de abril de 2009