Exposición Escrita.
Las violaciones de los DDHH en Cuba son persistentes y lamentablemente pasan desapercibidas para muchos latinoamericanos. Muchos hacen esfuerzos para ocultar esta dura realidad contemporánea que lleva más de cincuenta años. Pero desde Uruguay y desde su Parlamento democrático no podemos dejar pasar este hecho, y en particular la situación de un “prisionero de conciencia” como es el caso de Antonio Ramón Díaz Sánchez, uno de los Prisioneros de la Primavera de Cuba, condenado injustamente a veinte años de prisión, que fue trasladado el pasado día 30 de Mayo desde el Hospital Militar de la Habana a la prisión de Canaletas y confinado en una celda de aislamiento en condiciones inhumanas.
Antonio Ramón Díaz,, fue preso en el año 2003, cuando la dictadura cubana resolvió, en las horas que la atención internacional estaba atraída por la información relacionado con la invasión a Irak, encarcelar a periodistas independientes, activistas de DDHH y lideres de partidos políticos democráticos proscriptos por el gobierno. Las condenas, que se cumplen en condiciones infrahumanas, tienen extensiones de hasta 28 años.
Tony Díaz, como se conoce a este gestor del Proyecto Varela es reconocido entre otros compatriotas como prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, es uno de los líderes del Movimiento Cristiano Liberación, llevaba ocho meses recluido en el Hospital Militar debido a una complicada dolencia intestinal. Su enfermedad fue diagnosticada, como “colitis ulcerosa o inmunológica”, en hospitales de Holguín y Ciego de Ávila, respectivamente, mientras estuvo confinado en prisiones de esas ciudades. Antes de este traslado la Seguridad del Estado propuso a la familia de Tony Díaz, que si este aceptaba vestir el uniforme de presidiario, sería internado en una prisión cercana a la Ciudad de la Habana y con mejor régimen. Como Tony no aceptó este chantaje, le castigan enviándole a una prisión situada a unos 500 kilómetros de su casa.
La celda en que está confinado Antonio Díaz Sánchez, quien estudiaba la carrera de Derecho cuando fue injustamente encarcelado, tiene dimensiones de una jaula, con un hueco para las necesidades y una losa que sirve de cama en medio de la oscuridad y humedad permanentes y sin ninguna comunicación al exterior. Esta situación de confinamiento en condiciones inhumanas que daña su salud y le causa dolor y malestar permanente es la tortura física y psicológica con que se castiga a un ser humano que sólo está defendiendo su dignidad en condiciones de total desventaja física pero con toda la razón moral.
Hay un evidente ensañamiento con este prisionero por parte del Gobierno de Cuba que es responsable de las condiciones inhumanas en las prisiones de nuestro país. Fue el Gobierno quien ordenó el encarcelamiento, los juicios sumarios y arbitrarios y las altas condenas contra Tony Díaz y contra otros muchos periodistas y defensores pacíficos de los Derechos Humanos.
Reclamamos que el Gobierno de Cuba cese con la persecución política y el trato inhumano de los prisioneros de conciencia, les libere en cumplimiento del respeto a los DDHH e inicie un camino hacia la transición que la reintegre a la comunidad democrática internacional y regional.
Solicito que estas palabras sean enviadas al Ministerio de Relaciones Exteriores, a la Embajada de Cuba en Uruguay, a la Embajada de Uruguay en Cuba, a la Comisión de DDHH del Parlamento Latinoamericano, a la Junta Directiva del Parlamento Latinoamericano, a la Asamblea Nacional de Cuba, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a Amnistía Internacional, a Human Rights Watch.
Jaime Mario Trobo