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26 de febrero, 2010 Miguel Gil.

“Me hiere que me hablen de reformas. ¿Cuáles son? Que vengan”. Advierte que el Gobierno se traicionaría “si se convierte en un rehén de una relación armoniosa con el régimen” cubano.

Tras la muerte de Orlando Zapata, en Cuba aún quedan presos 53 de los 75 detenidos por la dictadura castrista en la Primavera Negra de 2003. Junto a ellos, hay cerca de 150 presos políticos y de conciencia más cuyo único delito ha sido encararse pacíficamente al régimen promoviendo la democracia con iniciativas como el Proyecto Varela, el que alentaba Zapata y encabeza el Premio Sajarov Oswaldo Payá, hoy al frente del Foro Todos Cubanos.

¿Se han magnificado en la prensa las reformas emprendidas por Raúl Castro? ¿Ha cambiado algo?

Me hiere que me hablen de reformas. ¿Cuáles son? Que vengan aquí. Esa palabra ni siquiera se usa en Cuba. Quieren ver lo que no es verdad. Los cubanos queremos libertad y derechos, cambios verdaderos, y quien quiera justificar este régimen o su alianza con este régimen que no hable de reformas; que sean decentes y digan la verdad: hasta ahora en Cuba la única reforma es cerrar aún más las puertas del futuro cubano.

¿Se siente traicionado por el Gobierno de España?

No puedo hablar de traición. El Gobierno de España insiste en que en Cuba se están produciendo mejoras a partir de su relación y diálogo donde el Gobierno cubano les permite hablar, pero no abre ninguna perspectiva. Y eso sí nos hace daño. Si el Gobierno de España se va a convertir en un rehén de una relación armoniosa con el régimen, que no beneficia en nada al pueblo de Cuba, se está traicionando a sí mismo. No queremos confrontación partidista en torno a Cuba, sino unidad en lo fundamental. Y lo fundamental es apoyar al pueblo de Cuba en sus anhelos de cambio pacífico, paz, democracia y derechos humanos.

¿El giro hacia Cuba de Zapatero y Moratinos ha debilitado a los activistas por los derechos humanos?

No, porque aprendimos muy pronto que no podíamos esperar una actitud consecuente. No la han tenido con el pueblo de Cuba. Todo lo que venga de España hacia Cuba es algo doloroso, porque hay un vínculo entre nuestros pueblos. Hemos vivido y nos hemos inspirado en la transición que España fue capaz de hacer y, sin embargo, personajes de este Gobierno como el señor Moratinos u otros como Cayo Lara de IU viven en una verdadera alianza con un régimen que nos oprime. No sólo es antidemocrático, es inmoral. Si ser de izquierdas significa apoyar este régimen, entonces yo lo revisaría. Primero hay que ser decente, para luego ser de izquierda, centro o derecha.

¿A quién beneficia más la política de Zapatero y su intento de cambio de la posición común en la UE? ¿A la dictadura o a los cubanos?

Creo que sí debe revisarse, pero para que haya más solidaridad efectiva con el pueblo y la democracia cubana; y no simplemente diciendo que vamos a quitar la posición común (que lo que dice es que deben respetarse los derechos humanos en Cuba), y hasta ahora el Gobierno del señor Zapatero y su Ministerio de Exteriores lo único que han marcado son justificaciones a este estatus. Eso no beneficia al pueblo de Cuba, ni siquiera al cambio pacífico, cuando lo que se espera de España es solidaridad para ello.

Zapatero, tras las críticas y un día después de la muerte de Zapata, ha “lamentado” su fallecimiento y ha exigido “al régimen cubano que devuelva la libertad a presos de conciencia y respete los Derechos Humanos”.

Le agradezco esa posición y con ella encarna el sentir de todos los españoles, desde el País Vasco hasta Andalucía. Más allá de matices y diferencias ideológicas, en el pueblo español existe esa voluntad solidaria hacia el pueblo de Cuba, y el primer paso es liberar a los presos de conciencia.

¿Ve consecuente la declaración de Zapatero con su política?

La declaración es positiva, y exhortamos a que ofrezca una actitud consecuente. Ni siquiera queremos delinear la política exterior de España, pero sí exigir que sean consecuentes con el respeto a los derechos humanos y con el anhelo del pueblo cubano de alcanzar su soberanía y unos cambios hacia la democracia. Lo hecho hasta ahora no refuerza esa voluntad del pueblo de Cuba. Por lo tanto, nuestra exhortación a que sean consecuentes.

¿Cuándo fue la última vez que Moratinos se puso en contacto con usted?

Nunca, aunque tengo que decir que hace algún tiempo Bernardino León se puso en contacto conmigo y con un diálogo muy directo. La última persona que quiso venir a Cuba, además del eurodiputado socialista expulsado, fue Duran i Lleida, quien dijo abiertamente que si venía quería reunirse conmigo. Entonces le dijeron que no viniera.

¿Qué supone la muerte de Orlando Zapata para la democracia en Cuba?

En primer lugar hablemos de las personas. Para nosotros supone mucho dolor, no nos acostumbramos a la idea de que este hermano nuestro haya podido morir así, en esta soledad y abandono del Gobierno -que no de Dios-. Y para la democracia, su muerte supone un despertar doloroso, aunque el pueblo de Cuba apenas se va enterando de lo sucedido, porque los medios de comunicación casi no dicen nada.

Sin embargo, la dictadura ha respondido a la muerte de Zapata con detenciones y más represión. ¿Cómo están las cosas en estos momentos?

Es su metodología cada vez que cometen un crimen. Y éste lo ha sido, porque golpearon y ultrajaron a Zapata a lo largo de los años de cárcel, y él se declaró en huelga de hambre sólo para defender su dignidad y pedir un trato más humano. Cuando cometen una fechoría su solución es la mentira, más represión y silenciar con más terror a la víctima o a sus familiares y amigos.

Raúl Castro niega represión y torturas y culpa a Estados Unidos de su muerte. ¿Realmente siguen calando entre los cubanos mentiras tan burdas como ésta?

La mentira se impone en la cultura del miedo, y los adeptos del régimen repiten lo que ni ellos mismos se creen. Lo han golpeado sistemáticamente, y no sólo a él, porque las cárceles en Cuba son horribles, horribles, con docenas de miles de personas hacinadas pasando hambre y vestidos con harapos y sufriendo un tratamiento cruel. Muchos se suicidan, se inyectan petróleo en las manos o se amputan miembros para salir… Horror.

¿Cómo valora la agenda de Obama hacia Cuba?

Sinceramente, no ponemos nuestra esperanza en lo que pueda hacer Obama. Ha mantenido una actitud de diálogo más abierta, pero nuestra agenda no pasa ni se define a partir de la política de Estados Unidos hacia Cuba.

¿Por qué se define?

Por el Foro Todos Cubanos o por el Proyecto Varela, que significa que los propios cubanos demandamos cambios en las leyes, de la ley a la ley como hicieron los españoles, y de manera pacífica, porque no queremos odio, sangre o revancha.

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