Caminar solas, o en grupos partiendo desde sus casas o desde una iglesia, generalmente hacia otra iglesia o a un sitio abierto y público. Caminar o pararse en silencio, con una flor en la mano o con las manos vacía, vestidas de blanco de negro o de otra forma. Algunas veces sus marchas pueden transcurrir sin incidentes. Algunas han llegado y exhibido carteles, siempre en silencio con mensajes de libertad. Son vigiladas y seguidas por la Seguridad del Estado y la policía de cerca.
El pueblo las ve, la gente comenta, se admiran, algunos se atreven a dar alguna muestra de simpatía. Todos saben que se necesita mucho coraje para hacer eso. Porque todos reconocen el signo de ruptura con el miedo, que es en si mismo el mayor desafío a un poder que se sostiene por el miedo que sembró durante más medio siglo.
Caminar en La Habana, en Santiago de Cuba, en Palma Soriano, en Banes y en otros pueblos y ciudades. Pero también hay ocasiones que con turbas profesionales de estilo fascista comunista, ni siquiera las dejan salir de la casa.
El gobierno y su propaganda califican estas demostraciones presentándolas como una provocación. ¿Provocación por que? ¿ y a que? Provocación es que un esclavo le diga a su amo: “simplemente, quiero ser libre”. O mas osado: que se comporte como una persona libre Eso provoca ira, desconcierto y hasta represalias brutales de parte del esclavista.
Los que dicen que el andar y las demostraciones de estas mujeres son una provocación están al nivel de los esclavistas. Porque estas mujeres están ejerciendo derechos que son considerados universales para todos los seres humanos. Ellas ponen el valor y la voluntad de dar este signo pacífico al pueblo. Es el Gobierno quien, de manera calculada, pone la represión brutal y convierte el ejercicio de un derecho, en escándalo público.
Sara Martha Fonseca es una de estas mujeres que con sus acciones serenas, cívicas y pacíficas, hace pensar a muchos. Ella está detenida y según informaciones, que no hemos podido confirmar con su familia, está en huelga de hambre en protesta por esta injusta detención. Corre peligro de ser condenada. Nuestro llamado es a la solidaridad por la liberación de Sara Martha y por el respeto al derecho de todas las mujeres y de todos los cubanos a expresarse y manifestarse libre y pacíficamente.
Otra Mujer Rosa María Rodríguez Gil, de la Lisa en la Habana, ya fue castigada en su hijo. Ella es miembro del Movimiento Cristiano Liberación. La Seguridad del Estado, el 18 de Marzo del 2010, la amenazó con encarcelar a su hijo por el valor que ella demostró al ser interrogada sobre el Movimiento. Y así lo hicieron. El 22 Marzo de 2010 detuvieron a su hijo; Yosvany Melchor Rodríguez, que no es disidente. Lo condenaron a doce años de prisión el 30 de Noviembre de ese año. Aunque de Yosvany muy pocos hablan en la prensa y en los blogs, nadie, que sepamos, ha sido condenado por motivos políticos a tan alta condena después del encarcelamiento de los 75 75. Exhortamos a la solidaridad con esta mujer, Rosa María, también luchadora cívica a la que el gobierno hace pagar por su coraje con la prisión de su hijo.
Oswaldo José Payá Sardiñas
La Habana, 30 de Septiembre de 2011
Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación