Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), ha lanzado todo un desafío al comandante Fidel Castro con su propuesta de un diálogo de todos los cubanos.
Martha Molina | 22 de diciembre
El promotor del Proyecto Varela ha presentado un programa a seguir para la instauración de un gobierno democrático en la Isla. El Proyecto de Trabajo presentado por Payá insta al diálogo entre el Gobierno unipartidista cubano y toda la comunidad. En un paso arriesgado, el líder opositor más conocido internacionalmente, subraya la necesidad de entendimiento entre ambas posiciones para alcanzar un estado de plenitud social, económico y político en Cuba.
El diálogo va dirigido a todos los cubanos, incluyendo los que viven en el exilio. En palabras de Oswaldo, debe ser un diálogo abierto y de reflexión para todos, «están llamados a participar todos los cubanos, desde los prisioneros políticos, hasta los que gobiernan, todos los cubanos sin excepción y sin exclusiones».
El innovador proyecto traza ciertas líneas de programa política. A lo largo de sus nueve capítulos y más de 70 páginas, Payá esboza el camino que se debiera seguir para la democratización de la Isla. Dentro de los diferentes puntos se alcanzan temas como son los derechos fundamentales, la salud, la educación, transporte, la forma de gobierno, la economía, el orden publico y las fuerzas armadas en una Cuba postcastro.
Dentro de las propuestas económicas se habla de la desaparición del dólar como moneda de uso en Cuba. La divisa norteamericana gobierna el comercio interno de la Isla, por lo que los cubanos tienen vetado el acceso de ciertos bienes y servicios, ya que cobran en pesos cubanos. Se insta a reconocer el derecho de la propiedad privada de los cubanos y de los extranjeros afincados en la Cuba. En relación con la situación de los exiliados, Payá habla sobre un encuentro entre éstos y la comunidad de la isla.
Matiza la crítica situación que sufren, «el largo tiempo de destierro y separación que hemos sufrido, donde manipulaciones y las humillaciones y desprecio contra los que se iban y contra los que se han ido del país, han sumergido en complejas situaciones a los cubanos que viven dentro y fuera de Cuba y que han sido causa de sufrimientos, reservas e incomprensiones que debe quedar atrás». Las viviendas y tierras confiscadas a los exiliados desde la implantación de la Revolución no serán devueltas en un primer momento.
Según Paya, el «bien común nacional» prevalece por encima de esta entrega, tanto para los de dentro de la isla como para los de fuera.Tras la realización de este diálogo se procedería a la realización de un programa transitorio que sería sometido a referendo, «de este diálogo nacional debe salir un programa del pueblo de Cuba para la transición». De ser aprobado este programa, cesarían los actuales cargos gobernantes y el poder quedaría en manos de un gobierno transitorio formado por una presidencia colegiada de tres personas que deberían ser cubanos residentes en Cuba, según la agenda ideada por Payá y detallada en su documento.
El documento presentado por Payá es la iniciativa más agresiva de lo proyectado hasta el momento. Se sucede en un momento de intensa situación para la oposición. El encarcelamiento de 75 disidentes en marzo, 40 de ellos colaboradores del Proyeto Varela, no ha quebrado a la oposición. En palabras de Oswaldo «cada vez que en Cuba existe un movimiento cívico más fuerte, la gente va perdiendo el miedo».