Raúl – Vengo a verlo por una contrarrevolucionaria pesadilla.
Santero – ¿Qué pesadilla, señor presidente?
Raúl – Se llama plebiscito.
Santero – ¿Qué quiere que haga con esa cosa?
Raúl – Un trabajo, que borre la condenada palabrita de los diccionarios.
Santero – Con mis guerreros, la desintegraré de los mataburros.
Raúl -Y que la evapore de la cabeza de to los cubanos, especialmente del cacumen de los gusanos del llamado Movimiento Cristiano de Liberación.
Santero – (En voz muy baja, tapándose la boca para que no lo escuche Raúl) – Aché pa ellos…
Raúl – (enloquecido) – ¡Mal rayo los parta! Desde el 90 nos están dando la lata y machacando con sus firmitas. ¡Aquí no hay firmitas ni firmotas ni firmutas que valgan!
Santero – (agachándose y escondiendo la cabeza debajo de la mesa donde tira los caracoles) – Aché pa ellos…
Raúl – (al borde de un ataque del ex imperialismo, de nervios) – ¡Hasta en Quivicán, el Güiro Boñigal, y los Pocitos han recogido firmas!
Berrea un chivo, de miedo, porque sabe que será sacrificado.
Raúl – (dando un tremendo puñetazo en la mesa) – Pretenden que hagamos las elecciones sin la libertad…
Canta un gallo, que sabe que lo van a pasar por la guillotina, como le sucedió al rey Luis XVI.
Raúl – (dándo una patada al gallo) – Sin la democracia miedo-participativa…
Cacarea una gallina prieta, al poner un huevo prieto, temblando de pavor porque el gallo le ha dicho, que a ella la guillotinarán igual que a María Antonieta.
Raúl – (haciendo el saludo nazi) – ¡Heil Fidel! Sin ejercer el voto, con el no infundado revolucionario temor, alsiemprehayunojoqueteve…
¡Uh-Uh-¡ – Ulula una lechuza, que por igual es consciente de que pronto se convertirá en ofrenda.
Raúl – (iracundo) – Torturando, y violando, los sagrados Derechos Humanos de los dictadores, antes a mi hermano, y ahora a mí, con la condenada y maldita candanga-matraca del plebiscito.
Santero – La evaporaré de la sesera de esa gente, y de toíta mollera denemigo suyo, gran mayimbe. (Aprovechando que Raúl se vira, y se pone de espaldas a él) – Aché pa los candangueros-matraqueros…
El hechicero, enciende un tabaco, y le da tres largos chupones. Suelta humo, sobre el cuerpo y la cara de Raúl, por la nariz, la boca, las orejas, y los zapatos. Repica un bongó. Tira los caracoles. Se mete, entre pecho y espalda, media botella de chispetrén, y rocía, de pies a cabeza, con el “ron” casero, al Dictador en Jefe.
Santero – (que se le ha montado el espíritu de Mao) – Camalala Laúl, dile a Filel que venga plonto, plontito, pacá, pa linfielno, que compañelo etalin, y colega jitle, y uno humilde selvidol, chinito Mao, yo mimitico, lo tamo epelando.
Raúl – Tras darse varios cañangazos de matarrata, trepado sobre el chivo, con un majá enroscado en el cuello, la lechuza en la mano izquierda, y un aura tiñosa en el hombro derecho, tira unos pasillos de conga santiaguera, cantando:
Solavaya, solavaya,
solavaya santerito,
que se vaya,
que se vaya,
¡Payá! ¡Payá!
que se vaya
el plebiscito.
El chivo – (dando brincos) – Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Santero – (sacudiéndose el cuerpo, libre del espíritu del chino) – Ya yo ta espantá plebicito.
Raúl – (bajándose del chivo, ahora con la lechuza y el aura tiñosa encima de su cabeza) – ¿Está ñampiao?
Santero – (con tremenda juma) – Finiquitao.
El brujo, volviendo a introducir su cabeza debajo de la mesa, en un susurro – ¡Aché pa plebicito!
Raúl – (con pomposidad y altisonancia) – En 1959, Fidel dijo: Armas, ¿para qué?
El chivo – (le responde) – Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Santero – (bebiéndose el resto de la botella de chispetrén, se cae de cabeza, o lo simula).
Raúl – (en cuero en pelotas, después de matar a tiros al chivo, al majá, la lechuza, al gallo, la gallina, la tiñosa y al sapo) – Obama, no me lo va a pedir. Así que:
Plebiscito, ¿pa qué?
Héctor Peraza Linares
periodista y escritor humorista cubano exiliado en España.
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Teléfono (celular en territorio español) 607839903
2 – 3 de mayo de 2015