La Verbena de la calle Gloria tiene sus antecedentes en las llamadas fiestas patronales que son fiestas religiosas celebradas en honor al santo patrono de cada pueblo. En el caso de la ciudad de Santa Clara se rinde culto a su patrona Sta Clara de Asís.
La villa fue fundada el 15 de julio de 1689 y en 1695 los primeros habitantes de la localidad recibieron una imagen de esta santa y juraron celebrar todos los 12 de agosto, las fiestas en su honor. El cumplimiento de este juramento esta testificado en las Actas Capitulares donde aparecen las reuniones del Cabildo de Sta Clara.
Esta tradición fue cumplida siempre a lo largo de toda la historia por los vecinos de la ciudad. La Verbena: estas fiestas se hacían en la calle Gloria, un paso concurrido de la villa y donde se ubicaba el cuartel de bomberos.
El pueblo vestía sus mejores galas, se colgaban banderolas de colores, la procesión salía de la capilla del cuartel de bomberos donde se veneraba esta imagen, después de haber celebrado la misa los mismos bomberos llevaban la imagen en hombros escoltada por su banda de música hasta el final de la calle Gloria hacia el rio Cubanicay, allí se colocaba en un altar provisional hasta la media noche en que regresaba a su lugar de origen.
Durante el día las personas se acercaban para hacer sus rogativas mientras en el parque central se vendían dulces, bebidas, comidas tradicionales. También se hacían juegos de participación propios de la época A partir del año 1959 con los cambios políticos y sociales que se produjeron, estas fiestas religiosas en honor a santa Clara dejaron de hacerse populares para limitarse al recinto interior de la iglesia.
La imagen permaneció en este local hasta poco después del triunfo de la revolución, cuando el cuerpo de bomberos paso a formar parte de los Órganos del MININT fue entregada a la iglesia La Verbena de la calle Gloria dejo de existir a pesar de los intentos de algunos vecinos y funcionarios.
La ciudad de Sta Clara se vio privada del disfrute de estas fiestas durante casi 30 años. En 1989 se volvieron a retomar estas fiestas pero se despojaron del carácter religioso original para convertirse en una celebración en espera del cumpleaños del líder de la revolución Fidel Castro quien coincidencialmente celebra su onomástico el 13 de agosto.
Ahora las nuevas generaciones no saben porque surgieron estas fiestas, se sepultó la memoria histórica de un pueblo, solo los más viejos e instruidos conocen el verdadero origen pero no son capaces de transmitirlo, por miedo quizás, o porque sienten que no vale la pena Ningún pueblo debe vivir eternamente engañado, hurgando en las laceraciones que el mismo se ocasionó. Sçolo los pueblos que superan sus propias vergüenzas y errores son capaces de salir adelante y reconquistar la dignidad perdida o maltrecha y lanzarse maduramente al futuro