Lo que no nos perdonan es que nos persiguen y no nos paralizamos, nos encarcelan y no nos sometemos, nos destierran y no olvidamos Cuba, nos asesinan y no dejamos de demandar justicia.
No nos perdonan que no nos desanimen las traiciones, las calumnias, el espionaje, la falta de recursos materiales. No perdonan que siendo humildes somos altivos con el arrogante.
No nos perdonan lo diferentes que somos, lo singulares que somos, pero la sintonía de nuestros actos en servicio de un objetivo común.
No perdonan que nacimos sin ningún apoyo de este mundo y estamos acostumbrados en medio de las tormentas a bregar de cuando en cuando solos, pero muchas veces acompañados por los mejores hijos de Cuba y muchos hombres de buena voluntad en todo el mundo.
Hemos sido así por mas de 27 años y no cambiaremos. No perdonan nuestra coherencia e independencia.
No importa cuánto festín burlesque, cuanto circo de alabarderos, vedette, miserables, violentos, hipócritas, oportunistas, cobardes o poderosos anuncie nuestro fin, continuamos aquí, allí, siempre por Cuba, siempre sin odio, pero definitivamente siempre sin miedo.
No, no queremos que nos perdonen. ¡Somos Liberación!