Ya es hora que la Iglesia en Cuba tome su debido papel de proclamar la verdad del Evangelio, de defender a los indefensos, ser voz en la sociedad que reconoce la injusticia y el dolor sobretodo de los que obran por el bien común como lo ha hecho Oswaldo Payá y sus hermanos.
Jamás se ha oído que alguien del Movimiento Cristiano Liberación haya agredido a nadie del gobierno o que se conduzca violentamente contra ellos a pesar de que son constantemente provocados, agredidos, encarcelados injustamente por la policía del estado, entonces ¿por qué esa actitud de “imparcialidad” como si esto fueran cuestión de dos hermanos, dos bandas, que no se llevan bien pero de igual posición moral? Obispos de Cuba, dejen que los sacerdotes hablen la verdad al pueblo y dejen de pastorearse ustedes mismos cubriéndose y protegiéndose ustedes mismos mientras dejan al pueblo muerto de hambre por la verdad, abandonado y desorientado.
Entérense bien: la Iglesia Católica en Cuba ya tiene mártires, ¿no les da vergüenza que todos sean laicos?
¿No les da vergüenza que estos hijos de la Iglesia, feligreses de sus parroquias estén al frente luchando por el bien común contra los opresores, los homicidas y ustedes sin darse por enterado, sin hablar ni levantar un dedo?
Hace mucha falta que asuma su identidad, Iglesia Católica de Cuba.