El 22 de julio de 2012 fueron asesinados Oswaldo Payá, fundador y Coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación, y Harold Cepero, líder juvenil del MCL. El 19 de diciembre de 2017 Eduardo Cardet, actual Coordinador Nacional, sobrevive un intento de asesinato en la cárcel. Representan tres generaciones diferentes pero que comparten los mismos principios y valores sobre los que fue fundado el MCL.
A esos valerosos jóvenes que fundaron el MCL, se les sumaron otros que aún hoy mantienen el mismo espíritu, los mismos sueños y sobre todo, los mismos principios y valores que los llevaron a unirse y mantenerse en el Movimiento. El MCL, a pesar de ser subvalorado por unos y despreciado por otros, siempre ha mantenido una vitalidad que a lo largo de sus 30 años de existencia le ha permitido crecer, rehacerse y renovarse continuamente.
La primera generación del MCL redactó el Llamamiento al Dialogo Nacional (1990) y un Programa Transitorio (1992) así como el documento fundacional de ese primer gran intento de unidad de la oposición que fue Foro Cubano (1994), e intentó participar en las mal llamadas “elecciones” de 1997, lo que demostró la imposibilidad de participación política de los cubanos con esa Ley Electoral todavía hoy vigente.
De ahí surgió el Proyecto Varela (1998), iniciativa cívica que por primera vez involucra no sólo a la mayoría de la oposición democrática sino también a muchos ciudadanos que no pertenecían a ninguna agrupación opositora. La entrega en la Asamblea Nacional de 11020 firmas de apoyo al Referendo propuesto en el Proyecto Varela marcó un hito en la historia de nuestra Patria. El régimen, herido en lo más profundo de sus entrañas, paralizó el país durante tres días, obligando a la mayoría de los cubanos a firmar un documento que decía que el socialismo era irrevocable, y desató la mayor ola represiva de las últimas décadas, lo que provocó la condena de gran parte de la comunidad internacional.
Cuando casi todos los líderes del MCL fueron condenados a largas penas de prisión en 2003, el régimen (igual que muchos otros) creyó equivocadamente que el MCL desaparecería. Pero quienes no fueron encarcelados junto a otros que se fueron incorporando, continuaron la obra de los prisioneros de la Primavera de Cuba y entregaron más de 14000 firmas adicionales de apoyo al Referendo del Proyecto Varela. Además desarrollaron otras iniciativas que continuaban y profundizaban la estrategia iniciada con el PV, como el Diálogo Nacional, en el que participaron cerca de 12000 cubanos, de dentro de Cuba y del exilio, que dejó como resultado una verdadera hoja de ruta para la transición pacífica a la Democracia y el Estado de Derecho de la Ley a la Ley: el Programa Todos Cubanos, compuesto de un Proyecto de Reforma Constitucional, un Programa Transitorio titulado Plan Cuba Primero, un Proyecto de Ley Electoral y un Proyecto de Ley de Asociaciones. También presentaron en la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley de Reencuentro Nacional o Proyecto Heredia, un Proyecto de Ley de Amnistía y una demanda de derogación de la Ley Electoral por ser inconstitucional. Además promovieron la Campaña Foro Cubano y El Camino del Pueblo.
Cuando asesinaron a Oswaldo y Harold en 2012, el régimen (igual que muchos otros) pensó que era imposible que el MCL sobreviviera la pérdida de su líder fundador. Pero el Movimiento se reestructuró y eligió democráticamente a Eduardo Cardet como sucesor de Oswaldo y nuevo Coordinador Nacional. El MCL renació como el ave Fénix y continuó denunciando el cambio-fraude que venía promoviendo la dictadura castrista, y siguió trabajando directamente con los ciudadanos. El MCL dio a conocer la propuesta Un Cubano, Un Voto, que establece las condiciones necesarias para que una nueva ley electoral pueda ser considerada democrática. No sólo fue entregada en la Asamblea Nacional sino que además ha sido entregada en mano de muchos de los diputados, tanto de la anterior legislatura como de la actual.
Cuando en 2016 encarcelaron a Eduardo, una vez más el régimen (igual que muchos otros) pensó que en esta ocasión sí desaparecería el MCL, pero éste continuó con la campaña Un Cubano, Un Voto y denunció la consumación del cambio-fraude con la farsa de la reforma constitucional, de la que no se hizo cómplice. El MCL además recolectó las firmas de 10000 ciudadanos que exigían la inmediata liberación de Eduardo, considerado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.
Hoy el régimen (igual que muchos otros) no entienden cómo el MCL ha logrado sobrevivir y sigue luchando activamente. No entienden que el MCL no fue creado para aupar a un caudillo ni para fabricarle una plataforma a un líder de laboratorio y marketing, sino que se fundó sobre una base sólida de principios y valores a los que se ha aferrado contra viento y marea.