OSWALDO PAYA SARDIÑAS — 17 August 2005 — El Nuevo Herald — L a Habana–
Es un reflejo de un sistema judicial independiente que un tribunal de los Estados Unidos de América reconozca a los cinco cubanos encarcelados en ese país el derecho y la oportunidad de un proceso de reclamaciones que pudiera concluir con un nuevo juicio, si se demostrara que el proceso en el que fueron condenados no fue justo e imparcial.
Es inadmisible que se relacione este asunto con el encarcelamiento de 75 cubanos en Cuba y que se condicione la liberación de éstos a los resultados del proceso que se sigue en los Estados Unidos. A lo que nos referiremos es a la actuación contrastante del gobierno de Cuba, que apoya la reclamación de justicia y juicios imparciales ante tribunales extranjeros para cinco cubanos, pero que ordena la detención, los juicios y las condenas altísimas contra personas totalmente inocentes.
Los detuvieron en verdaderos asaltos de terror contra ellos y sus familias. Los vejaron y maltrataron de diversas maneras. Les celebraron juicios sumarísimos totalmente falsos, arreglados de antemano y llenos de descaradas irregularidades. Les acusaron nada menos que de atentar contra la integridad territorial y la independencia nacional, pero en las propias actas oficiales de los juicios no se refleja un solo hecho que los vincule ni remotamente a esos delitos, ni a ningún otro delito. Actualmente están confinados con prisioneros comunes de altísima peligrosidad y sometidos a un régimen cruel e inhumano que deteriora peligrosamente la salud de todos estos prisioneros políticos pacíficos.
Hay una verdad que no se ha reconocido por el gobierno y que ha sido silenciada por otros sectores: la presentación de miles de firmas apoyando el Proyecto Varela y el auge que éste ha alcanzado fue la causa de esta decisión política represiva del gobierno para intimidar al pueblo y aniquilar la oposición pacífica. Por eso encarcelaron a los prisioneros de »la primavera de Cuba». La mayoría trabajaban en esta campaña del Proyecto Varela y todos sin distinción defendían los derechos humanos, algunos de ellos ejerciendo el periodismo independiente.
Ni nosotros ni nuestros compañeros que están en prisión han olvidado que esta campaña por el Proyecto Varela, que aún continúa, ha sido la causa del encarcelamiento de los prisioneros de la primavera de Cuba. Tampoco los familiares de los prisioneros, ni los opositores, ni el exilio debería olvidar ni silenciar esta verdad porque sería dejar el espacio a la mentira y la calumnia. El gobierno los encarceló para silenciar un proceso apoyado en la Constitución, en el que miles de cubanos piden un referendo para que se produzcan los cambios que Cuba quiere y necesita. Si el mundo y el pueblo de Cuba no conocen esta verdad, entonces no podrán comprender la magnitud de esta injusticia. Reiteradamente agentes de la Seguridad del Estado infiltrados en grupos de la oposición han reconocido públicamente que ellos mismos eran los que inventaban noticias y mentían preparando informes para prestigiosos organismos internacionales. Eran los agentes de Seguridad del Estado los que cometían y cometen inmoralidades y siembran la mentira para desprestigiar a la oposición pacífica. Inclusive en declaraciones en televisión alardearon de sus mentiras e insistieron en que la oposición no tiene ningún proyecto, en desesperado intento de negar la existencia del Proyecto Varela, que el gobierno no se atreve a publicar.
¿En qué ciudad de Cuba puede realizárseles un juicio justo e imparcial a estos cubanos? ¿Qué tribunal declarará nulos por ilegítimos y falsos estos juicios en los que les condenaron?
E l gobierno de Cuba, que ordenó la condena y encarcelamiento de los pacíficos defensores de los derechos humanos tiene la obligación histórica y moral de ordenar su liberación incondicional, libres de todo cargo y sentencia.
Todos los cubanos deben defender su dignidad junto con todos los gobiernos, las organizaciones, iglesias y ciudadanos honestos en todo el mundo, deben pedir la liberación de los prisioneros de la primavera de Cuba y de todos los prisioneros políticos pacíficos cubanos.
Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación.