R.FERREIRA y W.CANCIO ISLA El Nuevo Herald
El conocido disidente cubano Oswaldo Payá Sardiñas anunció ayer el inicio de un diálogo nacional para diseñar un programa de transición política y preparar el futuro democrático en la isla.
»En este diálogo podrán participar todos los cubanos que estén dispuestos a hacerlo, sean miembros y simpatizantes del gobierno o tengan posiciones políticas contrarias, estén dentro o fuera de Cuba», afirmó anoche Payá en conversación telefónica desde La Habana.
Las declaraciones del opositor a El Nuevo Herald se produjeron horas después de que el Comité Ciudadano Gestor del Proyecto Varela diera a conocer un comunicado proclamando el 25 de mayo como fecha de arrancada del diálogo nacional.
El anuncio se produjo coincidiendo con el aniversario 32 de la muerte en prisión, en huelga de hambre, de Pedro Luis Boitel, símbolo de la oposición anticastrista.
»Lo más importante es que en este proceso los propios cubanos diseñarán su programa de transición, y comenzarán a experimentar la participación democrática y responsable en la definición y preparación del futuro de nuestra sociedad», señala la convocatoria.
El documento central para los debates ciudadanos es un texto de 70 páginas divulgado el pasado diciembre, el cual aborda la situación nacional y sugiere posibles caminos para una transición pacífica.
»Hemos dado a conocer internamente el documento a paso lento, pasando las copias de mano en mano o a través de disquetes», explicó el líder del Movimiento Cristiano Liberación (MLC). «No olvidemos que seguimos trabajando en condiciones de represión y totalitarismo, cuando muchos compañeros nuestros están siendo perseguidos y requisados [por agentes la Seguridad del Estado]».
De los 75 opositores pacíficos arrestados y condenados a severas penas un año atrás, 40 eran miembros del MCL y gestores del Proyecto Varela.
Según Payá, se entregará de inmediato una metodología para que los interesados discutan sus puntos de vista en Círculos de Reflexión y Diálogo, que podrán formarse espontáneamente por ciudadanos u organizaciones en todo el país.
»El documento no traza leyes ni dogmas, es sólo un punto de referencia, y quienes lo discutan podrán abordarlo en su totalidad o sólo en las partes que les interesen», explicó Payá.
Pero enfatizó que «lo único inadmisible en este proceso es que los que no quieren el diálogo traten de sabotearlo».
También en el extranjero se han creado equipos de trabajo para promover el diálogo entre los cubanos de la diáspora.
El llamamiento al diálogo se produce luego de que Payá fustigara un programa de recomendaciones para impulsar la transición, anunciado por el presidente norteamericano George W. Bush a comienzos de mayo.
El disidente manifestó que debe dársele un tiempo prudencial a las iglesias, instituciones fraternales y grupos disidentes dentro de Cuba para que organicen su participación y cooperen activamente en este proceso.
»Este no es un concurso de proyectos», aclaró. «Respetamos todas las iniciativas surgidas, pero más importante que los proyectos es el proceso de diálogo nacional».
En Miami la convocatoria al diálogo recibió anoche opiniones encontradas, desde la comprensión al escepticismo.
»Es muy interesante, pues sobrepasa todas las objeciones que le habían hecho a sus propuestas anteriores y habla aquí de diálogo nacional con todo el mundo, dentro y fuera de Cuba», dijo Ernesto Betancourt, analista y ex director de Radio Martí.
»El gobierno ha engendrado una reacción popular muy hostil al aumentar los precios en dólares, y esto es más un respuesta a ese estado de opinión pública que a la Conferencia La Nación y la Emigración», comentó Betancourt.
Para el presidente del Cuban Studies Group, Carlos Saladrigas, «[Payá] nos está diciendo que el futuro de Cuba debe labrarse entre cubanos, no en Washington u otra parte. Y la única forma es hacer un diálogo nacional donde participen todos los cubanos».
»Es además un esfuerzo extraordinario para romper el inmovilismo dentro de Cuba», añadió Saladrigas.
Sin embargo, el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), calificó de ilusorio el planteamiento de Payá.
»Nos opusimos al Proyecto Varela y nos oponemos ahora dialogar con un gobierno que si algo ha demostrado en 45 años es su desinterés por buscar soluciones para el pueblo de Cuba», dijo Luis Zúñiga, miembro de la junta directiva del CLC.
Joe García, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), consideró que Payá quiere claramente «hablar con los 13 millones de cubanos y no con los que han estado gobernando allí por 45 años».