Vanessa Arrington, Associated Press. 17 de febrero de 2005.
LA HABANA – El disidente cubano Oswaldo Payá presentó el jueves un Comité del Diálogo Nacional, integrado por cubanos residentes tanto en el país como en el exilio, con vistas a encaminar la transición hacia la democracia y el libre comercio en Cuba.
Payá, quien en el 2002 dirigió el Proyecto Varela _una campaña para modificar la constitución cubana mediante un plebiscito_, enfatizó en el carácter de «integración» del diálogo.
El disidente insistió en la importancia de reunir a los opositores al régimen socialista con los partidarios de un cambio dentro del sistema.
«Aquí caben liberales, conservadores, socialdemócratas y comunistas, si tienen la libertad y el valor de hacerlo,» dijo Payá a los periodistas el jueves. «No queremos que esto se asocie a alguna categoría ideológica. Tenemos que defendernos de esto.»
El comité está formado por 110 cubanos, de los cuales 53 residen en la isla y los demás viven en Brasil, España, Estados Unidos, México y Puerto Rico, según informó.
El activista agradeció el apoyo internacional que recibió para su proyecto, que calificó de «diferente».
«No estamos hablando ni buscando el apoyo oficial de ningún gobierno», señaló Payá, y precisó que sólo aspiraba a «que haya apoyo moral y la solidaridad con el pueblo de Cuba para el cambio pacífico.»
El gobierno cubano no hizo ningún comentario sobre el movimiento que se lanzó formalmente el verano pasado. Desde entonces, pequeños grupos de ciudadanos se reunieron para preparar un documento sobre cambios potenciales de la política centralizada y del sistema económico de Cuba.
El comité está recogiendo las notas tomadas en cada uno de los grupos de discusión. Payá afirmó que las ideas vienen de los sectores los más disímiles incluyendo pescadores, prisioneros políticos, agricultores y hasta parientes de militares.
A pesar de las diversas ideas recolectadas, Payá admitió que la mayoría de la gente opinó que «el proceso tiene que ser gradual … y tener en cuenta a todos.»
Payá afirmó que los activistas que trabajan en el nuevo proyecto han sido hostigados por las autoridades, han sido visitados en sus casas por agentes de la seguridad del estado que intentaron persuadirlos de renunciar al proyecto. Además manifestó que muchas personas que no son activistas también participan del Diálogo Nacional pero con cuidado.
Para apoyar el Proyecto Varela, Payá recolectó unas 25.000 firmas pero las autoridades declararon anticonstitucional el pedido.
Varios de los 75 disidentes detenidos y condenados a largas penas de prisión en el 2003 eran favorables al Proyecto Varela. Esos activistas fueron acusados de recibir dinero e instrucciones de Estados Unidos para socavar al gobierno cubano. Tanto los activistas como funcionarios de Washington rechazan las acusaciones.
