En la Isla, los opositores Oswaldo Payá, Elizardo Sánchez Santacruz y Eloy Gutiérrez Menoyo criticaron las medidas anunciadas por Washington.
Las medidas anunciadas la semana pasada por Washington para acelerar la transición en Cuba «son ‘más de lo mismo’, de una política que define el problema cubano como si fuera un problema de Estados Unidos con Cuba y no un problema esencialmente entre cubanos», dijo en Miami el presidente del Partido Demócrata Cristiano de Cuba (PDC), Marcelino Miyares.
El jueves pasado Washington dio a conocer el documento que contempla reducir el envío de remesas y los viajes familiares de cubanoamericanos a la Isla, potenciar las emisiones de Radio y TV Martí con transmisiones desde aviones, y aumentar la ayuda financiera a organizaciones que apoyan a la disidencia, entre otros puntos.
En un comunicado de prensa, Miyares afirmó que cuando Washington proclama públicamente que distribuirán «59 millones de dólares para realizar actividades dentro y fuera de la Isla para ‘favorecer a la democracia’ en Cuba, no sólo están violando la soberanía cubana, sino que le están dando al régimen cubano excusas para decirle al mundo que el problema es el diferendo con los Estados Unidos, con lo que se desvía la atención de la causa real, que es la falta de libertad y respeto a los derechos humanos».
El presidente del PDC consideró que la decisión de limitar las remesas y los viajes familiares de cubanoamericanos a la Isla viola «derechos fundamentales» y tiene «consecuencias prácticas para todos, tanto dentro como fuera de Cuba».
«Políticamente estas medidas de enfrentamiento afectan al ciudadano más que al gobierno y debilitan los esfuerzos por la búsqueda de soluciones verdaderamente cubanas al conflicto; muy significativamente entorpecen el desarrollo de una sociedad civil independiente», dijo Miyares en la nota de prensa.
El PDC «considera que la solución al problema cubano no debe ser a través de Washington sino de un verdadero encuentro nacional entre cubanos», afirmó. «En la medida en que Washington se vea como responsable de ‘acelerar el día en que Cuba sea un país libre’ (palabras del presidente estadounidense George W. Bush), en esa misma medida seguiremos estancados y dependiendo de ‘otros’ para resolver nuestro problema».
Miyares dijo que, en opinión de su partido, «la posición correcta del gobierno de los Estados Unidos debe ser dar apoyo a las iniciativas que los cubanos tanto dentro como fuera de Cuba desarrollen en la búsqueda de una solución pacífica, democrática y cubana».
«Finalmente —apuntó—, la política de aislamiento impide la comunicación entre los cubanos de allá y los del exilio. El encierro de la Isla entorpece la expresión del pueblo y favorece al régimen castrista».
En Cuba tres líderes de organizaciones opositoras rechazaron este lunes por «injerencistas» las medidas de Estados Unidos, informó la AFP.
En declaraciones por separado, Eloy Gutiérrez Menoyo, líder de Cambio Cubano; Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN); y Oswaldo Payá Sardiñas, quien encabeza el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y es principal gestor del Proyecto Varela, expresaron su desacuerdo con el anuncio de Washington.
Las recomendaciones de la Comisión de Ayuda a una Cuba libre al presidente estadounidense George W. Bush, «constituyen un escalofriante intento injerencista», dijo Gutiérrez Menoyo.
«No corresponde, ni aceptamos que ningún factor externo, sea de los Estados Unidos de América, de Europa o de cualquier parte, trate de diseñar el proceso de transición cubano» dijo Oswaldo Payá.
Para Sánchez Santacruz, las medidas anunciadas por Estados Unidos son «totalmente contraproducentes» y «objetivamente injerencistas».