‘Es un castigo, un ultraje, sólo por ser de nuestra familia. Él no tiene ninguna relación con la disidencia’, dijo Payá.
Mirta Fernández, Madrid
miércoles 28 de junio de 2006 20:24:00
Las autoridades cubanas impidieron la entrada a la Isla a Adam Mascaró Payá, sobrino del líder disidente Oswaldo Payá, quien viajó a La Habana para una visita familiar el pasado sábado.
Mascaró, de 34 años, emigró a España en la década de los ochenta y posee nacionalidad española y cubana. Es hijo de una hermana del prominente opositor cubano, dice no tener vínculos con las actividades de la disidencia interna y en 2005 había estado en la Isla dos veces, sin contratiempos.
Según declaró a Encuentro en la Red, en esta ocasión, al llegar la área de control de documentos del Aeropuerto Internacional José Martí, en la madrugada del domingo, le retiraron sus pasaportes (español y cubano) y el billete de regreso a Madrid.
La Habana no acepta la doble nacionalidad, por lo que los emigrados deben viajar a la Isla con su pasaporte de Cuba.
Mascaró dijo que le hicieron esperar durante horas en una sala del aeropuerto «sin ninguna respuesta», hasta que sobre las 9:00 de la mañana le informaron que no se le permitiría la entrada al país porque su permiso no estaba en vigor.
«Les dije que eso no era posible, pues en el Consulado (de Cuba en Madrid) me habían dicho que no había ningún problema y que podía entrar cuantas veces quisiera», relató.
En junio de 2004, el gobierno cubano puso en funcionamiento un sistema de «habilitación de pasaportes», que permite viajar al país a los residentes en el exterior sin necesidad de solicitar un permiso de entrada, trámite obligatorio hasta ese momento.
Una vez expedida, la «habilitación» se mantiene vigente, a menos que sea revocada.
Mascaró asegura que viajó a la Isla con su autorización en regla. Las autoridades cubanas le dijeron que las respuestas se las debían dar en el Consulado de La Habana en Madrid y le anunciaron que le trasladarían a un «centro de internamiento».
«Pregunté si estaba detenido y me dijeron que no, que era simplemente un centro donde llevaban a los extranjeros que tenían problema con la documentación, y que no podía salir del país hasta el lunes por la noche porque no había ningún otro vuelo de Cubana (de Aviación)», recordó.
En el centro al que fue trasladado, Mascaró tuvo que esperar varias horas más hasta que dos oficiales con identificación del Ministerio del Interior le interrogaron.
«Les tuve que contar prácticamente toda mi vida; los estudios que tengo, dónde vivo en Madrid, mi trabajo, la familia que tengo en Cuba, las direcciones de esas personas en la Isla, la familia que tengo en España, las veces que había entrado en Cuba y si había tenido algún problema con la policía anteriormente», declaró a este diario.
«Luego me hicieron desnudarme, me dejaron sólo al ropa interior, y así y todo me cachearon», añadió.
Tras casi 12 horas sin beber ni comer, le llevaron a una habitación y le encerraron allí, de acuerdo con su versión.
«Me quedé de piedra porque son unos cuartos en los que hay tres literas para seis personas, con unas condiciones higiénicas deplorables. Me dieron de beber y de comer, una comida también asquerosa», afirmó.
Mascaró indicó que, antes de ser trasladado al centro, pudo hacer dos llamadas desde su teléfono celular: una a Oswaldo Payá y otra a sus padres en Madrid.
Citando fuentes diplomáticas, el diario español ABC publicó este miércoles que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España intercedió ante el gobierno cubano por el caso.
Según ABC, la familia de Mascaró en Madrid se puso en contacto con el diputado del Partido Popular español (PP, en la oposición), Jorge Moragas, quien transmitió la información al secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Bernardino León.
Las gestiones a favor de Mascaró se habrían realizado a través de la embajada de Madrid en La Habana. Las fuentes diplomáticas afirmaron que el régimen cubano no dio ninguna explicación a la representación española.
Mascaró fue embarcado de vuelta a España en la madrugada del lunes. Este miércoles, en declaraciones a Encuentro en la Red, su tío calificó el hecho de «secuestro».
«Es un castigo, un ultraje, sólo por ser de nuestra familia», dijo Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación y Premio Sajarov del Parlamento Europeo.
«Él no tiene ninguna relación con la disidencia, no traía ningún mensaje, ni un recado. No tiene nada que ver», enfatizó.
Payá afirmó que no es la primera vez que el gobierno impide la entrada al país a un familiar suyo. Recordó que, en 2000, a su hermano Oscar Payá, un médico residente en España, no le fue permitido viajar a la Isla a visitar a su madre, que estaba muriendo de cáncer.