EL MUNDO 5 de agosto de 2006 Oswaldo Payá: España debería mostrar más audacia
PABLO PARDO
MIAMI.- Opositor cubano líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), su ideología está marcada por su rechazo al comunismo y su devoción a la Iglesia.
Pregunta.- ¿Qué puede hacer la comunidad internacional ahora?
Respuesta.- Hay una cierta ansiedad para que en unos pocos días se defina lo que puede ser un proceso gradual. Hay una serie de países, como EEUU, España, México que, por diferentes razones, tienen un vínculo con Cuba y, por tanto, pueden jugar un cierto papel.
P.- ¿Qué puede hacer España?
R.- Puede involucrarse como un amigo, con espíritu constructivo, para tratar de ser un puente, un facilitador. España tiene capacidad humana e histórica para ello. Y eso significaría un poco más de audacia en el sentido positivo del término, más allá de mantener una excesiva cautela que los inhiba de dar la ayuda que pueden dar. Eso sí, teniendo en cuenta que el futuro de los cubanos depende de los cubanos, es decir, del Gobierno, de los que lo apoyan y de la oposición.
P.- ¿Qué papel jugaría el exilio en el proceso?
R.- El exilio no es sólo Miami, sino la diáspora cubana por todo el mundo. Tienen todos los derechos como ciudadanos cubanos. Pero están en otro escenario. No están en Cuba, que es donde están el problema y la solución. Por tanto, su contribución no puede ser la misma que la de los cubanos de dentro de la isla.
P.- El exilio ha reaccionado con júbilo en las calles, y realizado llamamientos a un Gobierno cívico-militar.
R.- Deben abstenerse de declaraciones y actitudes que crean un ambiente de confrontación. Nosotros no compartimos el llamamiento de la Asociación Nacional Cubano-Americana a un Gobierno cívico-militar. Eso hace más tenso el ambiente, y crea un círculo vicioso de declaraciones aquí [en Cuba] y allí [en Miami]. La solución al problema cubano no pasa por golpes de Estado, caudillos o élites, sino por la participación ciudadana pacífica. Aunque esa participación es difícil ahora. Porque el régimen está cerrado a todo tipo de cambio. Y sin Castro, seguiría cerrado.
P.- ¿Están explotando los medios de comunicación del régimen las imágenes de júbilo en Miami para dividir a la oposición?
R.- Yo no voy a valorar la intención de los medios de comunicación. Además, el esquema de propaganda no ha cambiado [tras la inhabilitación de Castro]. Pero aunque hay desinformación, también hay información objetiva, y hay exhortaciones y actitudes que suenan superficiales y que no pintan nada aquí.P.- La Casa Blanca
ha dicho que el relevo de Fidel por Raúl «no cambia la situación».
R.- Sería un error que cada país se tomase la atribución de definir todos los cambios en la vida de Cuba. Ahora estamos en otro momento. No pueden admitirse actitudes de injerencia. La comunidad internacional debe emitir declaraciones de buena voluntad para el pueblo de Cuba en las que especifique su deseo de paz social y orden, y clarifique que no va a intervenir, que no va a cambiar el orden interno.
P.- ¿Tiene miedo?
.- No puedo decir que tenga más miedo que antes. Aunque ahora sí hay más cosas en juego. Porque nos jugamos nuestra independencia, la vida y la felicidad de los cubanos, y eso no son palabras huecas. Y veo más peligros que antes, aunque tengo mi fe religiosa. Porque los que estamos en la oposición llevamos años sabiendo que puede costarnos la vida.
Las autoridades cubanas no han querido entrar en la polémica sobre el viaje del secretario de Estado español a Cuba y sus encuentros con la disidencia. «La participación del señor Bernardino León como invitado a la cumbre es un reflejo de aquella solicitud que hiciera el Gobierno de España de participar en tal calidad», se limitó a decir el vicecanciller cubano Abelardo Moreno. Otras delegaciones europeas han enviado a la cumbre representantes especiales y funcionarios.