NATIONAL CATHOLIC REGISTER Líder católico disidente en Cuba: Bajo el actual régimen totalitario, ‘es imposible prosperar’ The Register habló con Eduardo Cardet, líder del Movimiento Cristiano Liberación

Publicado originalmente en inglés en NATIONAL CATHOLIC REGISTER

The Register habló con Eduardo Cardet, líder del Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba, en medio de los continuos llamados a la libertad y el cambio de régimen en la isla controlada por los comunistas.

Jonathan Liedl ,  Ursula Murua  Entrevistas 20 de julio

La semana pasada, miles de cubanos salieron a las calles en protesta . Las multitudes sin precedentes pidieron alimentos y medicinas, que han sido difíciles de conseguir en la isla económicamente paralizada. Pero también pidieron algo más profundo: libertad y libertad, necesidades humanas que han escaseado en Cuba durante los 62 años de gobierno de un régimen comunista.

Inspirado por el llamado del Evangelio a la libertad humana en todos los ámbitos de la vida, el Movimiento Cristiano Liberación (MCL), conocido en inglés como Movimiento Cristiano de Liberación, ha pedido reformas políticas durante décadas, a menudo frente a las violentas respuestas del gobierno cubano. El Registro se comunicó con el líder actual de MCL, el Dr. Eduardo Cardet, el 16 de julio en su casa a través de mensajes de texto. El intercambio de mensajes de texto, originalmente en español, se ha traducido aquí.

Hay informes de que está efectivamente bajo arresto domiciliario. ¿Cuál es tu estado actual?

No estoy bajo arresto domiciliario, sino bajo estrecha vigilancia. Nos están monitoreando. Podemos movernos con cierta libertad dentro del pueblo donde vivo, Velasco, pero no podemos ir a otras ciudades o partes del país.

Los informes que salen de la isla parecen incompletos. ¿Qué le gustaría que supiera una audiencia en Estados Unidos sobre lo que realmente está sucediendo en términos de las manifestaciones y la respuesta del gobierno?

La dictadura mantiene bloqueadas internet y las redes sociales para evitar que los cubanos se comuniquen entre sí y difundan imágenes y noticias sobre lo que está sucediendo actualmente en la isla. Sin embargo, las manifestaciones pacíficas en nuestro pueblo y en múltiples ciudades de Cuba han sido una auténtica y civilizada manifestación de nuestro pueblo exigiendo libertad, exigiendo cambios radicales que nos permitan vivir con calidad.

La respuesta del régimen ha sido una represión excesiva, un uso letal de la fuerza que ha causado muchas víctimas, entre ellas muertos y heridos. Lamentablemente, quien ocupa el cargo presidencial, el “dictador de turno” de nuestro país, Miguel Díaz Canel, dio la orden directa al enfrentamiento, a que fluyera la sangre, a quienes supuestamente se identifican con la revolución así como a las fuerzas represivas de la República. el régimen para atacar a civiles desarmados con total impunidad. Estos civiles se manifestaban pacíficamente, haciendo uso de un derecho legítimo.

Actualmente, las fuerzas gubernamentales represivas están llevando a cabo una ola masiva de arrestos en todo el país. Presuntamente están deteniendo y trasladando a las cárceles a quienes participaron en las manifestaciones pacíficas, especialmente a los jóvenes. Las declaraciones de funcionarios gubernamentales indican la posibilidad de juicios rápidos y penas de prisión de hasta 20 años.

Muchas personas dentro y fuera de la isla que o forman parte del régimen o quieren defenderlo a toda costa venden la falsa idea de que las protestas del pueblo cubano se deben a la dolorosa situación provocada por factores externos como lo que erróneamente llaman la Embargo norteamericano, situación de COVID y otros. La causa de la profunda crisis sistémica y estructural que sufrimos los cubanos es un régimen fallido; es la dictadura que nos oprime, que viola nuestros derechos, nos quita nuestras libertades y nos imposibilita construir un presente y un futuro de esplendor.

El régimen está promoviendo apresuradamente la idea de que están tomando medidas correctivas, pero estas tendrán poco impacto. Por ejemplo, supuestamente han eliminado las restricciones que tenía el gobierno en aduanas a la importación de alimentos, medicinas y productos de limpieza. En cambio, esto prueba que son ellos los que están bloqueando al pueblo cubano. El pueblo cubano no necesita medidas inútiles; necesitamos cambios, transformaciones profundas, para que podamos disfrutar de la libertad y nuestros derechos, y poder elegir nuestro presente y nuestro futuro.

¿Cuál es el papel de MCL en lo que se está desarrollando? ¿Cómo ve el trabajo de su organización explícitamente conectado con el Evangelio y la enseñanza de la Iglesia?

El Movimiento Cristiano Liberación (MCL) no es una organización confesional, pero sus principios se basan en la doctrina social de la Iglesia Católica y el mensaje liberador del Evangelio. El MCL, como parte ineludible del pueblo cubano, ha venido trabajando pacíficamente y con caridad por los cambios necesarios en nuestra isla desde su fundación en una parroquia en La Habana en 1987. La movilización ciudadana es la piedra angular de nuestro trabajo, encaminado a la promoción. de los derechos y el surgimiento del amor, la verdad y la justicia para todos. Siempre nos hemos opuesto al uso de la violencia como medio para resolver conflictos internos.

Hemos visto con gran orgullo que una mayoría esencial de nuestro pueblo ha tomado conciencia de la necesidad de cambios urgentes: la recuperación de la soberanía popular de las libertades fundamentales para construir una nación libre y próspera. Es por eso que MCL seguirá trabajando, apoyando y alentando cambios pacíficos. Nos identificamos plenamente con todos aquellos que han hecho uso del legítimo derecho a la manifestación pacífica y han expresado su voluntad de cambio y la necesidad de libertad. Seguiremos denunciando el uso abusivo de la fuerza por parte del régimen totalitario; Seguiremos exigiendo la liberación inmediata de todos los detenidos por haberse manifestado exigiendo justicia, derechos, libertad.

Siempre acompañaremos a nuestra gente porque somos parte de ella y aspiramos a construir una mejor nación para todos.

En este momento, existe una dramática escasez de alimentos y atención médica adecuada en Cuba. Como organización inspirada por el Evangelio, ¿por qué no pedir simplemente que se satisfagan estas necesidades materiales? ¿Por qué el llamado a un cambio político más profundo?

El pueblo cubano ha estado sufriendo bajo este régimen totalitario, que ha cortado todas las libertades y derechos fundamentales, durante 62 años. Esta tiranía nos impide el pleno desarrollo. Es la causa directa de la mayoría, si no todas, las miserias que sufrimos en nuestra isla. Con gritos de “libertad”, estas manifestaciones masivas y pacíficas han corregido la percepción errónea de que el pueblo cubano no quería cambios profundos y radicales. El pueblo cubano ha dejado muy claro lo que quiere y necesita, libertad total y plenos derechos. Ser libres, ser dueños de nuestra vida, poder desarrollarnos plenamente y disfrutar de una vida digna, que incluya no solo la prosperidad material sino también espiritual.

Durante estos 62 años, el régimen de La Habana ha tenido oportunidades y recursos materiales más que suficientes para satisfacer las necesidades mínimas de la población; sin embargo, no lo ha hecho porque, intrínsecamente, estos regímenes totalitarios llevan las cadenas que impiden que los pueblos se desarrollen plenamente. Desafortunadamente, las personas que detentan el poder son personas odiosas. Todo lo que hacen es instigar el odio entre hermanos y pedir un derramamiento de sangre. Con gente así en el poder, es imposible avanzar; es imposible construir una nación que sea útil para todos.

Algunos sugieren que el gobierno comunista ha retrocedido algunas de sus tendencias más autoritarias en las últimas décadas. Por ejemplo, el gobierno parece más tolerante con las expresiones religiosas e incluso ha televisado la misa en la televisión estatal. La implicación es que si el gobierno no está siendo tan severo, no hay necesidad de un cambio sistémico. ¿Qué piensa usted de esto?

Muchos quieren vender y otros quieren comprar la falsa idea de que el régimen habanero ha implementado una serie de transformaciones que suavizan su estructura fosilizada y opresiva de antaño. Nada es más falso que estas afirmaciones. Nada ha cambiado; todo sigue igual o peor, con más miseria material, más opresión.

El Partido Comunista es la herramienta que tiene la tiranía para extender su brazo opresor en la sociedad. Es una «fuerza política», si una organización que se comporta como una mafia controlando todos los recursos de la nación y todas las instituciones para imponer su voluntad, se puede llamar una «fuerza política». Con esta camisa de fuerza sobre nuestra nación y sus recursos, es imposible prosperar. El pueblo de Cuba ha entendido que la única forma de lograr la prosperidad espiritual y material humana es la libertad, una democracia en la que todos puedan expresarse libremente y ejercer plenamente sus derechos sin ser reprimidos ni perseguidos. Eso es lo que queremos, y eso es lo que los cubanos necesitamos: no es medicina, no es comida, no es algo material. Lo que necesitamos es lo más valioso, lo más sagrado: auténtica libertad humana.

¿Qué debe suceder para que el actual movimiento por la libertad sea más fructífero que, digamos, las manifestaciones masivas de Venezuela en 2019?

Creo que no podemos establecer un paralelo entre las realidades del pueblo venezolano y las realidades del pueblo cubano. Aunque existen algunas similitudes, existe una gran diferencia. Estamos sufriendo una tiranía larga desde hace más de 62 años, absolutamente totalitaria, que controla todas las instituciones de la sociedad; enfrentamos un estricto control policial y militar del país. No hay partidos políticos de oposición. No existen organizaciones independientes que puedan funcionar legalmente, que de alguna manera podrían organizar una amplia oposición al régimen.

Contrariamente a los informes populares, no veo las manifestaciones que han tenido lugar la semana pasada como «espontáneas». Más bien, son una respuesta a un gradiente de presión que ha alcanzado un clímax, un punto de alta tensión. Un clamor unánime de miles de cubanos ha surgido en muchas ciudades y pueblos de todo el país, donde la gente que marcha en las calles ha coincidido plenamente en una demanda concreta: la libertad. Esta llamada no ha llegado de la noche a la mañana. El pueblo de Cuba ha necesitado tiempo para llegar a este profundo rechazo al régimen e identificar la raíz del problema: la falta de libertad y derechos.

Es un fenómeno que va a crecer. Ganará adeptos y, como consecuencia, provocará un cambio profundo, radical e irreversible en nuestro país.

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