Publicado originalmente en LibertadDigital
Rosa Rodríguez Gil es una madre y abuela cubana que ha sido chantajeada por la tiranía castronazicomunista en numerosas ocasiones. Su hija Yadelis Melchor Rodríguez se encuentra ahora pasando por lo mismo que pasó su madre años atrás. ¿Por qué las chantajea el régimen? Pues porque ambas pertenecen al Movimiento Cristiano Liberación.
Hace años Rosa Rodríguez Gil vio cómo encarcelaban a uno de sus hijos, con deficiencia cognitiva, sólo porque ella se negó a renunciar a la membresía en el MCL y a su labor por la libertad de Cuba. Sin que se hallaran faltas de ningún tipo ni se le pudiera probar nada, inventándole causa al muchacho, este debió soportar siete años tras las rejas, sin ningún tipo de compasión, ni siquiera por el estado de su salud mental.
Yadelis Melchor Rodríguez es la otra hija de Rosa, su hijo Rosuán Durán Melchor lleva ya casi cuatro años en las ergástulas castristas. No pudieron probarle ningún cargo de los que le inventó el régimen e intentaron acusarle. Una de las tantas veces que citaron a su abuela Rosa, que como he dicho ya pasó por esto con uno de sus hijos, le volvieron a extender un papel para que por escrito renunciara al MCL como coordinadora en La Habana. Con el dolor de su alma, Rosa volvió a negarse a firmar semejante ignominia y no cedió al horrendo chantaje.
Recién, Yadelis, la madre de Rosuán, hizo lo que en términos judiciales se llama demanda de libertad condicional y súplica de madre. Tres veces le han negado la libertad condicional, y una la súplica de madre. Este miércoles presentó la segunda súplica de madre. Rosuán es un joven cubano que no lleva ninguna culpa consigo y mucho menos ha cometido delito alguno. El mero hecho de ser hijo y nieto de dos valientes mujeres del Movimiento Cristiano Liberación lo convierte en arma de la tiranía contra ellas, y lo condena a vivir parte de su juventud en celdas donde sabido es que en estos momentos la sarna y el coronavirus se ceban con la población carcelaria.
Esta semana recibí dos audios de Yadelis Melchor Rodríguez, me los envió Rosa, su mamá y abuela de Rosuán. Al oír el clamor de una madre se me partió el alma.
Rosuán Durán Melchor es inocente y debiera ser liberado de inmediato. Era sólo un adolescente al entrar en la cárcel donde se ha hecho hombre, reitero que no ha cometido ningún delito.
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La soledad de las mujeres y madres cubanas resulta más que dolorosa, resulta indecente. Hablar por ellas, exigir que su sacrificio y su agonía a lo largo de sesenta y dos años sean tomados en cuenta merece más que atención, merece acciones urgentes.
Sólo imaginen por un instante que uno de sus hijos o uno de sus nietos pudiera hallarse en la misma situación, por el mero hecho de que ustedes hayan decidido pensar y opinar diferente. Imaginen cómo se sentirían como madres, como padres o como abuelos de un muchacho al que le están robando la vida sólo porque desean que él mismo viva en un país libre y anhelan la libertad para todos los cubanos, y le han convertido en un preso político.
No hay régimen más cruel y antihumano que el cubano, sólo comparado con el de Corea del Norte, cuyos presidentes, por cierto, nombrados por los tiranos que le precedieron, son al parecer muy amiguetes.