Publicado originalmente en ZoePost
Las transiciones hacia la democracia en los países donde han imperado regímenes totalitarios, pasaron por matices diferentes pero siempre basados en los derechos del pueblo y Cuba no será la excepción.
Los movimientos cívicos que aportaron sus acciones en estas transiciones, y tomamos como ejemplo los países de Europa del Este, experimentaron en sus procesos una liberación interna que los llevó a la concientización social.
Ese es también nuestro objetivo como movimiento cívico, que nació de la sapiencia de la Doctrina Social de la Iglesia y las situaciones de privilegio que derivan de los derechos fundamentales, adquiridos por nuestra condición de ser.
Y decimos esto porque se han proyectado algunos entes con contradicciones en su identidad, que podríamos mencionar como llamamientos de petición de derechos exclusivos (derechos culturales por ejemplo) con una peculiar forma de reclamar derechos, negando participación política en su mensaje y aduciendo una posición desde el arte.
Lejos de formar parte actual del amplio espectro disidente y de oposición, se desmarcan además con su actuar de la manera tradicional, basada en valores, de lo que hemos vivido en los últimos treinta años dentro del movimiento cívico cubano.
Actores disfrazados de políticos que hoy desvían la atención del verdadero proceso de transformación cívica y sentido de pertenencia de ese pueblo que espera los cambios desde los derechos políticos, económicos y sociales, con una renovada Constitución que garanticen un Estado de Derecho, fortaleciendo la democracia.
Sin dudas que desde el arte se logra visibilizar temas sociales. Desde el arte, sí. Es anacrónico afirmar que a través del arte se transforma una dictadura y se genera democracia. No nos dejemos atrapar por estos juegos de palabras que además alargan el proceso
Luis Michel Céspedes Rodríguez. Representante del Movimiento Cristiano Liberación en Costa Rica. San José, Costa Rica