Tomado de artículo de Vida Cristiana ”La iglesia es de todos»
En la década del noventa, un católico electro-médico esperaba fuera del salón de operaciones de un hospital en La Habana; sus compañeros le habían recomendado irse a casa, pues su jornada laboral ya había concluido y su mujer e hijos pequeños lo necesitaban. Este joven adulto había tomado su bicicleta china varias veces en la mano, pero su conciencia no lo dejaba abandonar el recinto hasta no estar seguro de que todo había salido bien con los equipos. Solo Dios sabe los inventos hechos por él para echar a andar esas máquinas con los escasos recursos que le quedaban en el almacén de la institución. Solo cuando el doctor salía y le decía: “Oswaldo, ya se puede ir; hemos concluido”, emprendía su viaje de regreso. Esa persona había optado por fundar en la década de los ochenta un movimiento cristiano de liberación y luego escribió el proyecto Varela. Sus ideas políticas lo llevaban a estar un poco distante del sueño defendido por mi abuelo.”