Facebook no me permitió ayudar a los hijos del preso de conciencia cubano Eduardo Cardet Concepción. Por: Gilberto Martínez Iriarte

Historia de una desilusión: FACEBOOK no me permitió ayudar a los hijos del preso de conciencia cubano Eduardo Cardet Concepción.

Con motivo de mi cumpleaños,  el pasado 6 de septiembre, inicié a mediados del anterior mes de agosto una recaudación de fondos  para mí en Facebook.

El objetivo de esta recaudación de fondos era poder ayudar en la educación de los hijos de Yaimaris Vecino y Eduardo Cardet Concepción.

Seguí todos los pasos que indicaba Facebook para que el día de mi cumpleaños pudiera tener  una cantidad de dinero recaudada que luego haría llegar directamente a Cuba y a la familia en cuestión.

Varias personas durante esos primeros días intentaron hacer donaciones y se encontraron con dificultades. Además, muy pocos días después, varios amigos me alertaron que el botón de “donar” estaba desactivado, con lo cual el proceso y la campaña de recaudación de fondos estaban interrumpidos.

Ante tal situación escribí a Facebook, por primera vez el 30 de agosto, para conocer las causas del por qué las personas no podían donar.

Tras una serie de reclamos por parte de Facebook para que enviara o subiera a su canal interno fotocopias (varios intentos) de mi DNI (Documento Nacional de Identidad) español, así como mi número de cuenta bancaria privada en BANKIA (entidad bancaria española y madrileña) con oficina domiciliada aquí en Madrid, Facebook me informa que la empresa colaboradora para este tipo de asuntos (Stripe) ha decidido cerrar el proceso de recaudación y donación de fondos.

Y cito textualmente la respuesta de Facebook:

Stripe ha cerardo esta cuenta por problemas de sanciones debido a una posible conexión con Cuba. Entendemos que esto es grave, pero estas restricciones provienen de nuestros reguladores y socios bancarios de EE. UU. Para proporcionarle algunos antecedentes, Stripe es una empresa estadounidense con operaciones globales y debe cumplir estrictamente las prohibiciones regulatorias internacionales relativas a cierta actividad económica con países y personas sancionadas “.

¡Esta respuesta me dejó en shock!

Llama la atención que alguien dedique su tiempo a escudriñar, cual policía política, el destino de unas ayudas, que en cualquier caso habrían sido realizadas por amigos, y por otra parte, se habrían hecho a un ciudadano español y a una cuenta bancaria, personal, privada y española, con sede en Madrid.

Por tanto, los argumentos que esgrimen, de que sospechan, o perciben “una conexión con Cuba”, y por ende de comercio con el enemigo es, en mi opinión, un sinsentido, porque se desprende de lo que dicen que sería para comerciar con algún organismo o institución, o persona física y jurídica que represente al Estado cubano o a la dictadura, que es el objetivo último de esas sanciones.  Eso es un juicio de valor que ellos no tienen, ni deben  hacer, además de mal interpretar, en mi opinión, cómo se llevan a cabo las regulaciones o sanciones contra el gobierno de Cuba.

Tanto Facebook, como responsable última del proceso, así como Stripe, hicieron un juicio de intenciones y un juicio político previos inadmisibles, porque le impiden a un ciudadano español, que había aportado su documento de identidad español así como su cuenta bancaria radicada en Madrid, el realizar una recaudación de fondos de manera particular, sin saber ellos la forma final de materializar la ayuda.

Después de varios intercambios con Facebook, viendo que no cambiarían de opinión, y que la decisión de cerrar la campaña de recaudación era definitiva, ni siquiera respondí a su último mensaje, no sin antes comunicarles que la situación y su actuar prejuiciado, por más que alegaran restricciones debidas al embargo, serían dados a conocer.

Sinceramente creo, que es nuestro deber denunciar tal comportamiento por parte de este gigante de la Internet.

En el pasado reciente hemos sido testigos de cómo algunas de estas empresas gigantes de la Internet, con tal de entrar o penetrar en mercados importantes o interesantes, pero gobernados por regímenes totalitarios, han callado o permitido que estos gobiernos les impongan ciertas restricciones o censuras.

En mi opinión, este ha sido un caso más y parecido, a los anteriormente citados, donde el cuestionamiento político previo ha prevalecido antes que la intención de una buena causa social y solidaria.

Gilberto Martínez Iriarte

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