Oswaldo Paya lo vio, lo denuncio y por eso fue asesinado ante los ojos de Estados Unidos, que se preparaba a su manera durante la Administración Obama para garantizar sus intereses y España que hacia un tanto con los suyos tragándose el infame crimen pese a tener toda la información de lo sucedido. El cambio fraude se preparaba, el cambio fraude estaba en camino para garantizar el continuismo del Castrismo sin los Castro visiblemente al mando del poder.
Este 19 de abril es la fecha señalada, no se si con toda intención, pero recuerda como Estados Unidos dejo en la estacada a los expedicionarios exiliados que desembarcaron en una ciénaga cubana hace 57 años. En una ciénaga, insisto, nada mas ilustrativo de como cada vez que nos hemos entusiasmado con el apoyo de alguna potencia, esta nos deja solos con el barro hasta la cintura y más arriba.
Por eso todo parece preparado para que el mundo una vez mas se desentienda de los cubanos, Ya sin un Castro al mando, ninguna oportunidad mejor para hacernos creer que “todo comenzara a cambiar”. Sin embargo, es inevitable recordar que en la historia reciente de Hispanoamérica la dominicana de Trujillo ostento cuatro presidentes, pero “Chapitas” era quien mandaba. La Nicaragua de los Somoza aun tuvo nueve, el México regido por la dictadura del PRI unos 14 “presidentes” que solo servían para lucir una bonita banda sobre el pecho, nada más. La propia Cuba castrista de 1959 a 1976 tuvo su “presidente”, un tal Osvaldo Dorticos que finalmente termino suicidándose.
En el caso de Cuba, Raúl Castro pese a lo mucho que se ha comentado entregará su cargo heredado de presidente del Consejo de Estado, para prestarlo a una figura gris que mantendrá la silla cálida hasta cuando el general Castro Espin o su “liberal” hermana, hijos de Raul y sobrinos de Fidel, consideren llego sus turnos de mandar, pero mantendrá para sí, según se dice, la dirección del partido comunista que es tal como afirma la constitución cubana la “fuerza rectora de la sociedad”
Para los cubanologos, los tanques pensantes de café con leche, como les llamaba el propio Castro iniciador de la dinastía, una advertencia. Ni Fidel, ni Raul Castro han dejado un legado en el que una buena parte de la población esta en condiciones de representar ese rol de clase media generadora de cambios que tanto se gusta citar en occidente. Ninguno de los Castro es comparable en sus “logros” económicos a pasados dictadores y autócratas de derecha, aunque posiblemente han superado por mucho a cualquiera en sus métodos represivos. Por lo tanto, no se puede hablar, en esta lógica, que la sociedad cubana esté preparada para iniciar la ruta a la democratización desde el poder.
Igual ya se ven las apuestas. El continuismo fraude por las marionetas que le permita consolidar una casta encabezada por la misma oligarquía familiar y sus gansters que durante 60 años ha desgobernado Cuba. Desde los poderes globales, continuar potenciando humo que de vez en cuando genere titulares estériles para dos días. Ambos coinciden en lo mismo, el pueblo no cuenta, al menos en la práctica. El hecho que los dos discursos se refieran al pueblo no necesariamente significa que le convoquen casa a casa y mucho menos se cuente con el para elegir libremente el presente y el futuro de la isla. Elegir democráticamente es una tradición olvidada entre cubanos, en el poder o pretendientes a el.
Mientras tanto Eduardo Cardet, líder del Movimiento Cristiano Liberación y muchos presos políticos verán todo este circo continuista desde sus celdas, muchos de nosotros aun desde el exilio miraremos y denunciaremos cada maniobra y demandaremos respaldo a iniciativas en las que miles de cubanos ya han demandado el reconocimiento de sus derechos de una manera tangible dentro de la isla a pesar de la represión del régimen o la indiferencia de los poderosos intereses internacionales.
Este 18 de abril, falleció en el exilio luego de una batalla implacable contra el cáncer el ex prisionero político Julio Cesar Galvez, periodista que en la primavera de 2003 fue encarcelado hasta su destierro en 2010 a España. Su sacrificio, junto al de Arturo Pérez de Alejo, Jorge Luis González, Omar Pernet, Oscar Espinosa, Armando Ramos, Antonio Villareal, Miguel Vales, Orlando Zapata, Laura Pollan, Harold Cepero, Oswaldo Paya y todos los cubanos que por más de medio siglo han entregado sus vidas por la causa de la libertad, será el abono para que los hijos de Cuba más temprano que tarde logremos rescatar la soberanía popular.
Por ahora, toda movida de ficha del régimen no es más que un maquillaje grotesco para continuar su reinado de terror y miseria en Cuba.