El canciller cubano Bruno Rodríguez está en Madrid. También lo estuvo hace algunas décadas Ernesto Guevara, responsable directo e indirecto de miles de fusilamientos en su breve paso por la historia cubana.
A Guevara, interventor de propiedades españolas en la isla a inicio de los años 60, se le abrieron con deferencia sumisa las puertas de Galerías Preciado, esas mismas que él violentó en La Habana y expropió, una tarde que permanecían cerradas al público, solo porque el comandante comunista tenía el antojo de una máquina de escribir Olivetti y algunas bisuterías más que llevar de regreso a la isla.
Eran los años en que el “con Cuba no romper”, como si Cuba fuera solo una banda de campesinos y citadinos devenidos en fieras hordas de milicianos defensores de su mentor en jefe y no aquellos emprendedores que con sacrificios y mucho trabajo lograron aunar fortuna y hacer de la isla la Perla de las Antillas, como si Cuba no fueran también esos religiosos y religiosas que fueron embarcados hasta 800 en dos vapores españoles y desterrados a la península. Como si no lo fueran todas esas personas que querían vivir libres y tener oportunidades de prosperar y tener garantizada la justicia social y todos sus derechos.
Demasiado al pie de la letra se tomaron los políticos españoles aquella recomendación del general Franco a su canciller luego de que en un arranque de soberbia Fidel Castro difamara públicamente al marqués de Lojendio, embajador del reino en La Habana de entonces, quien como todo buen caballero español fue a defender su honor y el de España en los propios estudios de televisión desde donde Castro la emprendía verbalmente contra su país y contra el digno diplomático.
Tan literal que independientemente del signo ideológico de los gobiernos españoles desde la democracia el enfoque de la política hacia Cuba hace énfasis siempre en los intereses económicos de los grupos hoteleros y otros busca vida ávidos de fáciles y rápidas ganancias valiéndose de una mano de obra semi esclava que les sería imposible en España, Europa o cualquier rincón del mundo donde se valore la persona humana para llevar adelante tales negocios.
No somos favorables al aislamiento de Cuba, pero insistimos siempre que Cuba no es solo el grupo oligárquico del poder, la casta hereditaria que controla la vida de cada cubano, por lo tanto mientras no se tenga en cuenta nuestro derecho a transitar de la ley tiránica a la Ley que garantice todos los derechos para todos los cubanos quienes se acerquen a Cuba con egoísmo e inescrupulosos intereses son cómplices del estado de opresión con que se nos somete a todo un pueblo vengan de España, de Estados Unidos o la Cochinchina.
¿Pero cómo podría justificar una democracia hacer tratos, condonar deudas, donar dineros de sus ciudadanos libres para sufragar organizaciones represivas? Eso está haciendo el actual gobierno español para beneplácito de empresarios inescrupulosos que así ven menos posibilidades de represalias temperamentales por parte de su contraparte cubana en los negocios y la bancada guevarista en Cortes, que puede sacarle de vez en vez a sus rivales del Partido Popular el doble rasero para denunciar las dictaduras o para, como Poncio Pilato, sostener la grotesca versión de que Oswaldo Payá y Harold Cepero fueron víctimas de un fatal accidente, como repiten aún quienes tienen sobradas evidencias que fue una ejecución, pero callan.
¿Por qué no se alza una voz moral en solidaridad de los más de 35,000 cubanos que hemos demandado legalmente la celebración de un referendo que garantice todos los derechos para todos los cubanos? ¿Por qué no se alza la voz por esos trabajadores cubanos que serán contratados no directamente, no libremente sino seleccionados previamente por el régimen, que no recibirán un salario digno ni justo, que no podrán sindicalizarse para defender sus derechos como empleados? ¿Por qué no se le dice a ese régimen opresivo que no se puede encarcelar a hombres honrados como el Dr. Eduardo Cardet, coordinador nacional del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), que no se le puede golpear cobardemente en la prisión, que no se puede acosar ni amenazar a su familia como se acosa, persigue, segrega y encarcela a los miembros del MCL y otros activistas de la oposición democrática y pacífica cubana? ¿Por qué no se le dice al régimen dictatorial cubano que los demócratas españoles están a favor de que se reconozca el derecho de todos los desterrados cubanos a regresar a su propio país? Qué solo la verdad hace libres a las personas y a los pueblos, que la verdad es la base de la libertad, esta de la justicia y la justicia la base de la reconciliación.
Ojalá alguien en España alce su voz y recuerde a aquellos que no tenemos voz, a un pueblo que no tiene derechos porque se los han robado un puñado de violentos y soberbios. Ojalá en estos días que el canciller del régimen que impide el ejercicio libre de la soberanía popular a los cubanos escuche del gobierno, de algún grupo político español que nosotros los cubanos también somos humanos y también tenemos derechos.
Nosotros igual trabajamos y continuaremos trabajando por la justicia como desde hace muchas décadas en medio de la represión, la segregación, la cárcel, el destierro y el manto de la muerte con que intentan acallarnos. Nuestra referencia no es el poder, ni lo que haga o deje de hacer la tiranía, ni lo que desde el norte, el sur, el este o el oeste decidan hacer los oportunistas en busca de ganancias a costa de los cubanos en desventaja. Nuestros cuatro puntos cardinales son la libertad, los derechos, la justicia y la soberanía popular.
Portavoz del Movimiento Cristiano Liberación. Ex prisionero de conciencia cubano, desterrado a España.