VERGÜENZA CONTRA DINERO. por Minervo Chill, MCL

arece que el posmodernismo ha trastocado tanto los valores, que lo que hasta hace relativamente poco tiempo era considerado inmoral, injusto, falto de ética o inaceptable, ahora es lo que todo el mundo hace, lo que está de moda.

Y hablando de moda, el desfile organizado por Chanel en la capital cubana (otro más entre tantos desfiles de celebridades del mundo de la actuación, la música, el deporte y la política), confirma que cuando los intereses del mercado se ponen por encima del ser humano, los promotores de la libre empresa terminan aliándose con los enemigos de la libertad, incluso de esa misma libertad económica que dicen defender.

La pasarela llevada a cabo en el Paseo del Prado habanero fue organizada especialmente para la “familia real”, que vive en la opulencia total mientras le exige a sus “súbditos” que se sigan sacrificando para que ellos (los esforzados dirigentes comunistas eternos) puedan disfrutar de todos los privilegios y beneficios del “odiado y combatido” estilo de vida capitalista, para así poder darle a las masas “revolucionarias” algunas migajas (bien controladas y dirigidas), disfrazadas de “logros y progresos socialistas”, mientras los mantienen viviendo en la miseria material, moral y humana que genera el totalitarismo comunista.

Es inaceptable que se convaliden de facto la opresión, la falta de derechos y la exclusión, aunque algunos para tratar de tranquilizar su corroída conciencia las critiquen públicamente. El régimen, por su parte, manipula muy bien estas visitas, y usa un doble discurso. Hacia el exterior, promueve hábilmente una falsa imagen de cambios que muchos aceptan y aplauden. Sin embargo, hacia el interior de la Isla, mantienen el mismo férreo discurso intolerante, reforzado con la imagen del “prestigio” alcanzado, visibilizado en tan “ilustres” visitantes. Es el cambio-fraude tantas veces denunciado por Oswaldo Payá y el Movimiento Cristiano Liberación, y que le costó la vida.

Cuba (y buena parte del mundo) está necesitando una transformación radical ética y moral, como la promovida por el presbítero Felix Varela, que se sustente en valores y principios que pongan la primacía en el ser humano. Que finalmente se haga realidad la máxima martiana de que la ley primera de la república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Y para ello se necesita que los cubanos dejemos de gritar solo si nos pisan el callo y comencemos a reclamar nuestros derechos. Cabe entonces recordar la consigna de Eduardo Chivás, “VERGÜENZA CONTRA DINERO”

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