Regis Iglesias Ramírez: “Más que arresto, secuestro”. por Hanny Yanez Suárez y Wendy Lazcano.

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El disidente cubano relata su experiencia como portavoz oficial del principal movimiento de oposición castrista

Regis Iglesias Ramírez pertenece al Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba. El Movimiento Cristiano de Liberación nace el 8 de septiembre de 1988 en Cuba, liderado por Oswaldo Payá Sardiñas. Una de sus iniciativas más importantes es el Proyecto Varela, que promueve un proceso de cambio democrático pacífico, a través del marco legal existente en Cuba. Tiene sus orígenes en una concepción del mundo democrática y cristiana de justicia social, que se centra en la persona humana. Se trata de un movimiento hecho por cubanos y para cubanos, que bajo el lema “Todos cubanos, todos hermanos y ahora libertad”, lucha por la libertad de expresión, asociación y económica, así como por una nueva ley electoral y por la amnistía de los presos políticos.

En el año 2003, durante la ola de represión conocida como La Primavera Negra, fueron detenidos 75 opositores al régimen Castrista, de los cuales 42 eran miembros clave del Movimiento Cristiano de Liberación. Entre ellos se encontraba Regis, quién nos ofrece el relato de los hechos:

“Estuve casi ocho años en prisión por ser el portavoz del Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba”. Esta  fue  una  de las  frases más duras  de  escuchar en la entrevista realizada  a Regis Iglesias Ramírez, quien nos relata su vida como miembro de una organización que lucha, dentro del marco legal cubano, por derechos tan necesarios como la libertad de expresión.

Regis Iglesias se incorpora  al Movimiento Cristiano de Liberación casi desde su fundación, en 1989. En 1996 se convierte en portavoz oficial de la organización, siendo este el cargo que ostenta actualmente desde el exilio. También fue  miembro del Consejo Coordinador; colaboraba con grupos de trabajo que iban emergiendo en varias provincias de la isla, además de participar activamente en las campañas llevadas a cabo por el movimiento.

“Más que arresto, secuestro”. Así entiende Regis los  sucesos de la conocida como “Primavera negra” en el año 2003, cuando 75 miembros del movimiento fueron arrestados sin base legal aparente. Nos cuenta que el día de la aprensión estuvo perseguido por automóviles de la seguridad el Estado cubano. Considera que tanto él como el resto de los apresados fueron víctimas de un proceso legal falso lleno de calumnias e infamias, acusados  de “actos  contra la integridad territorial y la soberanía nacional”. Manifiesta que esta acusación es completamente falsa y plantea: “nosotros éramos un grupo de personas que estábamos trabajando a partir  de las propias leyes  cubanas, presentamos el proyecto de ley Varela, que lucha por la libertad de expresión, asociación y libertad para prisioneros políticos”. Tuvo un abogado defensor, al cual conoció dos días antes de su juicio. Fue arrestado el 20 de marzo y la  sentencia se dictaría el 3 de abril, siendo un tiempo insuficiente para la preparación de una adecuada defensa; defensa que considera innecesaria pues no se puede juzgar un delito que nunca existió. En su testimonio Regis afirma que las sentencias impuestas ya estaban predeterminadas por el gobierno cubano, quien tenía la  firme decisión de “secuestrarlos” por  un  tiempo indefinido.

“Bombardeo desinformativo”. “No tuvimos la posibilidad de contar la verdad  públicamente”. Regis nos cuenta que durante el proceso legal, los medios de comunicación manipularon la información a  su antojo desinformando a la población de lo ocurrido.

“En Cuba Internet sólo está disponible para grupos privilegiados”. Según el testimonio de Regis los costes de Internet en la Isla son tan altos (3 euros/hora) comparados con el salario mínimo de un cubano (20 euros aproximadamente) que es imposible su uso masivo. Existe una variante de Internet, la “Intranet” con control absoluto de toda la información, esta variante es utilizada solamente por algunos cubanos. Los medios oficiales si tienen acceso a Internet pero son completamente manipulados por el Estado. En  todo país al aumentar las limitaciones es lógico pensar que el marco legal también lo haga; o sea algo que mundialmente no es considerado como delito en Cuba lo es, como por ejemplo tener acceso a información que va contra el gobierno como es el caso de Radio Marti. Las multas pueden ascender hasta 1000 pesos cubanos. La población ni siquiera tiene acceso a lo que  se  escribe sobre el país dentro de la propia isla.

“El pueblo español al menos tiene la posibilidad de escoger qué información quiere recibir”. Esto nos plantea Regis cuando le pedimos que contrastara medios de comunicación de Cuba y España. Opina que España es una democracia y sus medios de comunicación se erigen sobre esta forma de gobierno; esto no significa que no existan informaciones oficiales que reflejen los puntos de vistas estatales, ni que algunos medios manipulen la información según sus intereses, pero la sociedad tiene vías alternativas como Internet para elegir y contrastar información. En Cuba existe un Partido Único que tiene absoluto control de todos los medios de comunicación dentro del país, tanto escrito como visuales, el cubano no tiene opción de elección.

Oswaldo Payá fue un activista político cubano, líder de la oposición política al gobierno, candidato oficial al premio Nobel de la Paz y presidente del Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba, uno de los objetivos que seguía este movimiento con su “Proyecto Varela” era conseguir libertad absoluta para los medios de comunicación en la Isla. Oswaldo muere en un sospechoso accidente de tráfico. Según testimonios de su conductor Ángel Carromero, dirigente de la organización juvenil Nuevas Generaciones del PP, eran seguidos de cerca por autos de la seguridad del Estado cubano y sacados de la carretera. El hospital a donde fueron enviados las cuatro personas que estaban dentro del auto fue militarizado. La información que Regis obtiene de amigos del movimiento en el hospital  es que un oficial golpea a Carromero al contar los hechos como verdaderamente habían sucedido, el oficial le advirtió que no podía decir eso, que por su bien debía asumir  que todo fue un accidente. Ángel no recuerda haberse impactado con ningún árbol, y tampoco entiende que Oswaldo y Harold hayan muerto luego de él haber controlado el volante y frenado en el terraplén luego de ser tocado por uno de los automóviles de la policía secreta que les perseguían. Esto demuestra  las presiones que  sufren las personas o instituciones que intenten cambiar el esquema ya trazado por el Estado cubano. La  desinformación de lo sucedido fue total.

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