Juan Felipe Medina La Unión Europea y La Habana negocian de espaldas al pueblo cubano, uno de los líderes históricos del Movimiento Cristiano Liberación, lamenta la decisión de la Justicia española de no investigar la muerte de Oswaldo Payá
Juan Felipe Medina Díaz es una excepción entre los opositores a la dictadura cubana. Este ingeniero eléctrico de Cienfuegos pudo conservar su puesto de trabajo hasta la jubilación, mientras que la mayoría de los disidentes acaban siendo expulsados o no consiguen empleo por militar en un partido distinto al de los hermanos Castro. «Tampoco les permiten trabajar por cuenta propia (incipiente sector privado) para que el ahogo económico sea total», subraya. Aunque cuando se retiró percibía un salario de 400 pesos mensuales (unos 11,5 euros), un sueldo corriente en la isla. Preso político durante nueve años por «diversionismo ideológico», pertenece al consejo coordinador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Como hijo de español, Medina se siente «defraudado» por la decisión de la Audiencia Nacional de no investigar la muerte del fundador del MCL, Oswaldo Payá, en un cuestionado accidente de tráfico ocurrido el 22 de julio de 2012 en Bayamo (Cuba). En Madrid ha participado en una reunión entre grupos de la disidencia interna.
-¿Cómo sigue el Movimiento Cristiano Liberación tras la desaparición de Oswaldo Payá?
-Fue un golpe muy grande, pero se ha recuperado y continúa creciendo con proyectos impulsados cuando vivía Oswaldo Payá. Como «El camino del pueblo», una plataforma que ha tenido bastante aceptación entre los grupos opositores y los ciudadanos de a pie, los que no están organizados y viven en la pobreza. Es una propuesta que pide derechos para los cubanos, desde la libertad de expresión a la necesidad de elecciones democráticas. Sin derechos no hay cambio. También está el Proyecto Heredia, el proyecto de ley del reencuentro nacional, que significa que los cubanos del exilio, no importa cuándo salieron del país, son tan cubanos como los que estamos dentro.
«Ha aumentado la represión contra todos los grupos de la oposición»
-¿Han encontrado apoyo internacional, en concreto de España, a su solicitud de una investigación independiente sobre la muerte de Payá y Harold Cepero?
-He viajado a Madrid para participar en una reunión con otros grupos de la oposición. Allí propuse que figurase esa petición entre los lineamientos, pero no fue aceptado por los otros disidentes. En cuanto a España, a nivel de gobierno, no nos han respaldado. Nuestra petición ha sido rechazada por el Poder Judicial. Nos sentimos defraudados. Más en mi caso pues mis raíces son españolas, mi padre era español y tengo la doble nacionalidad.
-¿Cuál es su reacción ante la luz verde de la Unión Europea a las negociaciones con el Gobierno de La Habana para llegar a un acuerdo de asociación?
-En los últimos años, cada vez que la Unión Europea establece una especie de diálogo con el Gobierno cubano, este le ha planteado como premisa que no se puede hablar de derechos humanos y de la disidencia interna, y que no puede tener contacto con los opositores. Es la agenda actual de la UE. Esta última iniciativa no les conviene a los cubanos, se están teniendo negociaciones de espaldas al pueblo cubano. Siempre priman los intereses entre los gobiernos.
-¿El régimen mantiene la represión contra sus opositores, pese a la perspectiva de un acuerdo con la UE?
-En los últimos años ha aumentado la represión contra todos los grupos de la oposición. A los miembros de nuestro movimiento nos han reprimido fuertemente, una prueba de ello es la muerte de Oswaldo Payá. Hemos intentado por todos los medios la liberación de Yosvany Melchor, un disminuido psíquico preso en La Habana desde junio 2010, condenado a doce años por «entrada ilegal y tráfico de personas» tras regresar de Estados Unidos. No pertenece al MCL, pero sí su madre, Rosa Rodríguez, quien está permanentemente asediada. Es una represalia. El Gobierno le ha advertido de que seguirá preso mientras ella pertenezca a nuestro movimiento.
«Desde aquí no se cambia Cuba»
-¿La reciente reunión entre grupos opositores en Madrid fue un paso adelante o todavía les queda camino por recorrer para lograr la unidad frente al castrismo?
-Desde aquí no se cambia Cuba. Para hacerlo hay que implementar proyectos muy concretos de cambio, entre ellos la formación de un movimiento cívico capaz de mover el poder, de cambiar el sistema, que sea el pueblo el que tenga el protagonismo de decir qué tipo de gobierno quiere…
-¿Qué le parecen los cambios que ha introducido Raúl Castro desde que encabeza la dictadura?
-Ahora se puede salir y entrar del país sin permiso, pero son cambios-fraude porque no están respaldados por los derechos, son cosméticos. El Proyecto Heredia plantea la movilidad interna, que cada uno tenga derecho a establecerse donde quiera en la isla, la libertad económica… Es abarcador, garantiza derechos, no es una medida cosmética para regular momentáneamente una situación como ocurre con los llamados «cuentapropistas», eso es engañar al pueblo.