¡Es 10 de Diciembre! Amanece la maravilla de un nuevo día y el sol nos brinda una mañana transparente. Transparencia como la que necesita el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas que aparece torcido, oscuro y amañado por fuerzas que contradicen el espíritu y la letra que contiene la declaración aprobada hace hoy 65 años.
Acuerdos internacionales sobre derechos civiles, políticos, económicos y culturales, se han creado en estos años a fin de lograr un mundo mejor. Hoy todo el esfuerzo ha sido burlado, parece una confabulación que aparece ante nuestros ojos como el guiño sucio a la historia de la humanidad, un Comité que traiciona a los derechos humanos.
La presencia de Cuba en el Consejo de Derechos Humanos es una ironía, más bien un sarcasmo grotesco. No solo repugna al pueblo cubano, principal víctima de su gobierno, sino también a todos los que sufren bajo dictaduras en el mundo.
Hace sólo unos meses un barco cargado de armamentos fue detenido en Panamá con la participación del gobierno cubano violando los pactos internacionales para tales fines, realmente esperamos sanciones que no se han mostrado.
Un gobierno que da aún más muestras de desfachatez aumentando la represión dentro de la isla contra todos aquellos que defienden los derechos humanos y pretenden celebrar este día.
La expulsión del doctor Eduardo Cardet de su puesto de trabajo por el solo hecho de ser miembro del Movimiento Cristiano Liberación evidencia la verdadera esencia de un régimen que ha secuestrado todos los derechos dejando al pueblo en la indefensión. La detención de Berta Soler al llegar a la Habana refleja la intolerancia, arrogancia y abuso de poder contra una persona por el hecho de expresarse libremente. Continuas detenciones, golpizas y amenazas suceden cada día contra opositores pacíficos y ciudadanos que solo quieren vivir dignamente y se cansan del sometimiento a un Régimen que les deja sin opción. El Gobierno que hay en Cuba, puede clasificar como uno de los mayores más violadores de los derechos humanos del planeta.
Las leyes cubanas ordenadas en función de proteger al todopoderoso estado para facilitarles el control sobre la ciudadanía, hacen de la legislación cubana una trampa al servicio de un dictatorial régimen.
El abismo generado entre el proceder del Gobierno Cubano y el espíritu de la Declaración Universal de Derechos Humanos hace que levantemos la voz para criticar con energías a un organismo que debe y tiene que ser reformado para el bien de la humanidad. Nuestra palabra hoy es contra la impunidad de regímenes que terminan burlándose de su propio pueblo y de la humanidad entera. Cuba debe estar fuera de ese comité porque no respeta a su propio pueblo.
José Miguel Martínez
Miembro del Movimiento Cristiano Liberación.
Expreso político y de Conciencia. Grupo de los 75
Miami. 10 de diciembre 2013.