Proyecto Varela: Camino para recuperar la soberanía popular. por Kevin Robert Ramirez, gestor del Proyecto Varela.

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Aquella vez fui llevado al tristemente célebre Departamento de la Seguridad del Estado en Altos de Versalles. Es, por si alguien no lo sabe aun, el centro de interrogatorio y torturas de la policía política en Santiago de Cuba.

A mí no me golpearon esa ocasión, pero el simple hecho de estar en ese infierno y que los interrogatorios me los hicieran siempre pasadas la media noche, hora en que por fin comenzaba yo a coger el sueño en el calabozo lo que de hecho es una tortura suficiente como para hacer quebrarle los nervios a cualquiera.

Se me acusaba infamándome de trabajar para una potencia extranjera y de engañar y desinformar al pueblo. Gracias a Dios, entre quienes les colecte las firmas para el Proyecto Varela, y fueron cientos de personas que ratificaron luego, a otros gestores como el Doctor Milán y mi amigo Romero que les visitaron para la verificación de autenticidad de las mismas, cuando llegaron los de la policía política para presionarles,  casi absolutamente ninguno se retracto.

Después de estar más de 12 días en los calabozos de “Versalles” e dejaron en libertad.

La policía política dedico meses en visitar y citar en  sus cuarteles a todos los firmantes del Proyecto Varela para amedrentarles y  hacerles retractar. En el exilio están hoy varios de esos ciudadanos que dieron el paso. Todos entonces declararon lo mismo a sus represores: “No violamos ninguna ley, el derecho a la Iniciativa de Ley es un derecho recogido por la Constitución vigente” Esto dejaba sin argumentos a sus captores que no sabían como responder.

Aun así me quisieron encausar. Un vecino se prestó a declarar que yo “le había engañado para recogerle la firma”, lo que es una evidente e inexcusable mentira ya que la boleta de firmas recoge el texto integro del Proyecto Varela y el ciudadano al firmar la planilla lee inevitablemente el texto con su contenido. A Luis Delgado, por todos conocido como El Berenjena, le aterrorizaron para que declarara las mentiras que el régimen quería infamar en mi contra y por esto querían encausarme, pero desapareció rumbo a La Habana cuando me iban a realizar el juicio. Nunca más le vi, no le guardo rencor a este pobre hombre que en definitivas tuvo finalmente un destello de dignidad.

En su afán por lograr encontrar quien me difamara para poder encausarme legalmente fueron a ver los enemigos del Varela a Ernesto Galán, un negro valiente todo dignidad y decoro como pocos que a esa de su avanzada edad mantenía la mente preclara y enfocada como cualquier hombre en su juventud. A este firmante del Proyecto Varela le hicieron varias citaciones para que declarara en mi contra, pero la traición jamás anido ni en su pecho ni en su mente. Cuando los sicarios de la dictadura le visitaron en su humilde hogar santiaguero les dijo este verdadero caballero:

-”Miren, si ustedes han hecho ya una verificación a toda mi historia personal deben haberse dado cuenta que a pesar de en un tiempo ser Jefe de Recursos Humanos de la Empresa Moskovich que funcionaba por  la carretera de Mar Verde jamás abuse de mi cargo ni lucre como casi todo el mundo hace para sobre vivir en este país. Miren como vivo, pobre pero con honor. Abrace la Revolución cuando era muy joven pero me di cuenta de que todo era una farsa. Si yo tuviera que dar mi firma en apoyo al Plebiscito sobre el Proyecto Varela lo haría mil veces más de ser necesario!”

El agente quedo mudo ante la digna respuesta de Galán. Solo atino, quizás en el fondo estaba siendo sincero, decirle al viejo revolucionario: -“Galán, eres el único de cuantos he visitado que me ha dado una respuesta correcta…”

Papiro, como todos conocíamos en el barrio a un señor mayor de unos 73 años entonces, que era padre de nuestro amigo Iván Galán Rudolf, condenado hace dos años y recluido en la prisión de Aguadores, en Santiago de Cuba que firmo el Proyecto Varela y su hijo, hermano incondicional nuestro, también fueron de los dignos hombres que rechazaron las amenazas y presiones de la Seguridad del Estado para que se retractaran y nos acusaran con infamantes calumnias.

Yo le doy gracias a Dios todos los días porque tuve grandes y dignos hermanos de lucha. Recuerdo a Ana Belkis Ferrer, Emilio Teleña, quien ocupo mi puesto cuando tuve que marchar al exilio. Son miles a lo largo y ancho de nuestra isla que en más de medio siglo han levantado la bandera del honor y la honestidad en medio del indecoro de una masa sometida y aturdida por la represión y la mentira.

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Por eso siempre guardo como un tesoro estos hechos en mi memoria. El Proyecto Varela Vive! Es, necesario y es el Camino para devolverle la soberanía al pueblo cubano, para que Cuba sea libre!

Dulces recuerdos son para mí estos eventos, hermosos recuerdos. Pero lo más sagrado para mí fue trabajar para darlo a conocer entre los cubanos, que el pueblo supiera lo que es el PROYECTO VARELA.

Desde un punto de vista para mi el verdadero impacto del Varela estaba, y esta, mas en su divulgación entre mis amigos y vecinos que el hecho en sí de que luego me lo firmaran. Me di cuenta que el pueblo nos apoyaba, que querían esa realidad. Fue lindo como, a pesar del régimen encarcelarnos, golpearnos y desterrarnos la verdad se abrió camino y una luz comenzó desde entonces a resplandecer sobre los cubanos. El Proyecto Varela desenmascaro definitivamente a los Castro, nunca más su poca credibilidad fue recuperada. El Proyecto Varela es la tumba de más de medio siglo de totalitarismo comunista en la isla.

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