. Celebramos que cada vez más muchos cubanos se sientan interpelados en su conciencia y su corazón por aquel llamado que hicimos, en defensa de la Iglesia, en defensa de la fe individual de cada uno de los hijos de esta isla, en defensa de los derechos y libertades de todos los cubanos cuando nadie o casi nadie quería escuchar…
. Toca a la Iglesia, como institución, no asumir sino acompañar al pueblo en su camino por el cambio y la liberación.
Un espacio público es un espacio vivo. Sin reconocerse a sí mismo como eso, solo es un papel o un trozo de un disco duro en internet. Las personas que viven en comunidad y en libertad son los que realmente crean un espacio vivo que fructifica. A los laicos les corresponde en la Iglesia el desarrollo y la defensa de esta comunidad que se encuentra hoy secuestrada en Cuba. Es de justicia, reconocer a todos y cada uno como lo que son, no como lo que interesa que sean, sin desprecios ni olvidos.
¿Cómo cómo se secuestra a una comunidad? Se secuestra cuando se reconoce el poder del poderoso y se ignora el sufrimiento del hermano. Se secuestra cuando se exhibe la arrogancia y la vanidad, cuando se hace carrera política a costa del pueblo en vez de reconocer la trayectoria que el pueblo ha hecho en la carrera hacia la paz en la justicia. Se secuestra cuando se apoya al régimen que impide iniciar el camino y cuando no se reconoce la libertad de todos para conformar la voz que libera. Se secuestra cuando se descalifica al hermano para apropiarse de un poder banal e interesado.
La Iglesia es siempre instrumento, pero no de unos pocos hombres sino de Dios, su único Dueño. Y Dios no son las obras que se pretenden, aunque sean obras con buena intención, como decía el Cardenal Van Thuan, preso durante años de otro régimen comunista.
Toca a la Iglesia, como institución, no asumir sino acompañar al pueblo en su camino por el cambio y la liberación. Nos toca a todos, como Iglesia y como hombres de fe asumir nuestra responsabilidad individual para, sin odios pero sin miedo, trabajar por la armonía destruida y el progreso paralizado por más de medio siglo en nuestra Patria. Toca a todos, los que somos Iglesia y también los que no lo son, la solidaridad, el respeto a la diferencia, renunciando valientemente a la apropiación de la voz que es de todos.
El Movimiento Cristiano Liberación (MCL), nacido en las parroquias de la isla, inspirado en el espíritu liberador del Evangelio, en la doctrina social de la Iglesia y el ideario de independencia, hermandad y progreso de los padres fundadores de la nación cubana, ha mantenido por 25 años la opción del dialogo entre todos los cubanos, ha defendido la soberanía popular y el derecho individual de cada cubano a la vida, la libertad y el progreso. Ha promovido la liberación personal y el derecho a proclamar y a vivir los cubanos su fe y sus ideas en un marco social reconciliador aún pospuesto por la intransigencia y el egoísmo de algunos privilegiados.
Celebramos que cada vez más muchos cubanos se sientan interpelados en su conciencia y su corazón por aquel llamado que hicimos, en defensa de la Iglesia, en defensa de la fe individual de cada uno de los hijos de esta isla, en defensa de los derechos y libertades de todos los cubanos cuando nadie o casi nadie quería escuchar. Nos regocijamos que los cubanos, creyentes o no creyentes, pobres o ricos, se sientan llamados a participar en este proceso que, continuando los esfuerzos de muchos cubanos que nos precedieron, iniciamos hace ya más de dos décadas, como hermanos y por nuestra libertad!
Oswaldo Paya Sardiñas
Coordinador Movimiento Cristiano Liberación
Miércoles 7 de Marzo de 2012
La Habana, Cuba.