El ex-prisionero político de conciencia y miembro del Movimiento Cristiano Liberación, Alexis Rodríguez Fernández  me relato que conoció a Yosvany Melchor Rodríguez, en la Prisión de Aguadores en la provincia de Santiago de Cuba, cuando lo tenían injustamente en cautiverio. Recuerda que cuando llevaron para ese centro penitenciario a Yosvany Melchor, lo ubicaron en la barraca número 9 donde las condiciones son extremadamente infrahumanas e inhóspitas (al igual que en los otros locales de esa prisión).
Alexis me contó que el hacinamiento en estos locales es espeluznante. En cada local que mide aproximadamente unos 18 metros de largo por 6.50 metros de ancho, es decir 117 metros cuadrados (1.11 metros cuadrados por persona), tienen encerrados a 105 reos como mínimo. Las literas son de tres pisos y los pasillos entre ellas no superan las 18 pulgadas, existiendo literas que están pegadas a otras. Los únicos reos que disponen de un poco más de espacio entre una litera y otra, son  los que integran las pandillas creadas por las autoridades penitenciarias para reprimir al resto de los reclusos.  La iluminación es totalmente insuficiente, pues hay locales que sólo tienen uno o dos bombillas.  Los baños son cuatro o cinco para todos los presos y no tienen agua. En el día, cuando llevan el camión cisterna (después de haber llenado todos los depósitos de la cochiquera de los cerdos del jefe de la prisión -a esos no les falta el agua-) le reparten a los presos a lo sumo tres litros de agua, para todas sus necesidades, o sea, para tomar, bañarse, lavarse la boca, lavar, etc. Muchas veces las heces fecales se acumulan durante varios días en los huecos donde se defeca, provocando una insalubridad y una  pestilencia insoportable. Unido a esto se encuentran las perennes nubes de humo de cigarro, los malos olores que se generan por la deficiente higiene personal, y la  alimentación de los presos que es pésima y en ocasiones la suministran en mal estado.
Sometido a este régimen atroz -que constituye una tortura-, tienen encarcelado injustamente como rehén político de la Dictadura cubana, a Yosvany Melchor Rodríguez, porque su madre Rosa María Rodríguez Gil, no cedió ante el chantaje de la Seguridad del Estado, que pretendía que ella como miembro del Movimiento Cristiano Liberación, traicionara a sus hermanos de lucha y a la causa por los derechos y la libertad de los cubanos.(Testimonio del ex-prisionero político de conciencia y miembro del Movimiento Cristiano Liberación, Alexis Rodríguez Fernández . Valencia, 19 de enero del 2011)

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