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“La relación Cuba-Venezuela es la internacionalización del totalitarismo”
Del cable de fibra óptica que une a Cuba con Venezuela, considera que será un mecanismo usado más por el Gobierno que por el propio pueblo. “Queremos ser internautas pero no nos dejan”
Nailibeth Parra Carvajal – [email protected] – Maracaibo – 13/02/2011 00:00 13
LA FRASE: “Se venden como la voz del pueblo y después le quitan la voz a todos”.
“Los circuitos para conectar el número que usted está marcando se encuentran congestionados”. Este es el mensaje que una y otra vez aparece en la línea telefónica al intentar llamar a Cuba. La comunicación, que paradójicamente está celebrando una conexión submarina vía fibra óptica, no presenta ningún tipo de avance. Tras unos cuantos intentos, el interlocutor sólo puede decir: “Aprovechemos que pudo comunicarse y hablemos rápido antes que se pierda la conexión”.
La Verdad entrevistó a Oswaldo Payá Sardiñas, el líder del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL) y la principal cruz de los Castro, uno de los activistas políticos que más le ha hecho mella a ese régimen. Si alguien puede dar fe de cómo es tratada la disidencia en Cuba, es él.
El ingeniero en telecomunicaciones lleva más de dos décadas levantando su voz a favor de los derechos humanos. Algo que podría sonar irracional en una dictadura, Payá lo ha alcanzado, aunque eso le haya costado unos cuantos sacrificios.
Su residencia es una de las más vigiladas en la isla. Oswaldo, su mujer y sus tres hijos viven confinados casi en una jaula, enrejada de arriba abajo, en puertas y ventanas, con paredes salpicadas de pequeños agujeros donde han sido colocados micrófonos conectados desde la casa de sus vecinos, reclutados por el espionaje cubano.
La palabra democracia no le es extraña, pero la desea con tal valentía que incluso no la ve tan lejana de ser aplicada en su lar.
“Castro se muere, pero ha dejado todo bien atado”, le dijo en 2006 a un periodista de El Mundo. Sin embargo, Payá no pierde las esperanzas de ver libre a su isla: “Mi lucha terminaría con mi vida. Le pido fe a Dios y le pido que me dé fuerza siempre”.
Es conocido como uno de los tres disidentes más famosos de Cuba. Eso quizás es lo que le ha valido ser nominado, desde el 2002 hasta la edición de este año, como candidato al Premio Nobel de la Paz. “Los cubanos merecen más que el Premio Nobel de la Paz, merecen la libertad”, dice con total modestia, mientras solicita que en la entrevista quede claro que sus batallas son pacíficas y que exige una transición sin violencia.
Es el precursor de proyectos como Varela y Heredia, famosos internacionalmente por ser de las pocas propuestas que han logrado llegar a la Asamblea Nacional con el respaldo de miles de firmas cubanas.
No le es ajeno Venezuela. Se lamenta de la realidad que hoy vive el país gobernado por Hugo Chávez. Asegura que cada vez más le encuentra parecido con el modelo implantando en la isla por Fidel Castro. “Levantamos también la voz para que en Venezuela se respeten todos los derechos ciudadanos dentro de la diversidad que existe, que ya en Cuba han sido silenciados.”
-¿Qué opinión le merece la injerencia de Fidel Castro en Venezuela y la de Hugo Chávez en Cuba?
-Ya esta relación se ha convertido en una sustitución de lo que fue la Unión Soviética: un país que suministra petróleo y otro, que es Cuba, que suministra médicos, que van allá y trabajan con mucho amor, pero que se consiguen que siguen siendo muy explotados. Esta relación con Venezuela es la internacionalización del totalitarismo, es una dependencia inmensa. Nosotros no debemos tener injerencia allí, pero vemos que el lenguaje que mantiene el presidente Chávez es un lenguaje de opresión y de terror. Hay como una realimentación de un régimen que necesita la presencia del otro, de este que les provee el santuario del totalitarismo y aquel que le suministra el soporte económico.
-¿En qué cree que se parecen ambos gobiernos?
-Hoy tenemos tanto en común… Estamos compartiendo la opresión. Cuando puedo ver los discursos de Chávez, que están llenos de exclusión, ofensa y amenaza a todo lo que sea oposición; cuando veo esas brigadas y esos desfiles de hombres con uniformes, digo que hay un dictador que de una manera o de otra se está haciendo dueño del Estado, y a todo al que critique, que tenga una idea diversa, que se oponga al proyecto totalitario lo tildan de traidor y de enemigo. Eso aquí es igual, es una agresividad permanente, que termina enfrentando a cubanos contra cubanos, a venezolanos contra venezolanos. Se venden como la voz del pueblo y después le quitan la voz a todos, a los que son pobres y a los que no.
-Como experto en telecomunicaciones, ¿qué piensa del cable de fibra óptica que se tiende entre Venezuela y Cuba?
-A Cuba llegan señales de satélite y además los cubanos no tienen el Internet como derecho. Es selectivo, lo filtra el mismo Gobierno, lo registran todo; en la mayoría de los casos lo que se usa es una Intranet con acceso a información científica y otras informaciones del campo de la medicina y la investigación. La filtración y la injerencia con algo tan íntimo como el correo es un verdadero ultraje. El progreso tecnológico lo saludo, pero que eso vaya a ser un beneficio para más apertura dentro de Cuba, no hay nada que me lo haga esperar, puesto que hasta ahora el Gobierno no anuncia cambios de ese tipo. Queremos ser internautas, pero no nos me dejan.
-Especialistas han dicho que el cable servirá para espiar y controlar las conexiones venezolanas desde la isla.
-El medio eléctrico siempre ha servido para más comunicación, para ampliar la capacidad de líneas, de redes. Este cable debería servir para que Cuba interactúe más con el mundo, pero no estoy tan seguro de eso. Aquí, por ejemplo, hay muchos blogs y nadie los conoce, por eso decimos que queremos ser voz de los que no tienen blog. Muchos suponen que Internet es un medio que podría utilizarse para que los pueblos reclamen sus derechos, porque ha pasado en países como Egipto, Irak; algunos dicen que en Cuba pudiera ocurrir lo mismo, y yo les digo que la mayoría de los cubanos no tienen acceso a Internet ni a Facebook, ni a ninguna red; pero lo que sí puedo decir es que la mayoría de los cubanos sí quiere cambios.
-Pero usted tiene una página web. El Gobierno podría decir que pese a su oposición, cuenta con todos los medios para disentir libremente.
-Sí, es www.oswaldopaya.org. Pero nuestra página la dominan desde Madrid, adonde yo hago llegar la información cuando puedo, porque yo desde Cuba no puedo dominarla, ni siquiera abrirla. Apenas si la conozco físicamente. La alimento con ideas, llamadas telefónicas, sólo cuando puedo.
-¿Cómo se hace para luchar por los derechos humanos dentro de una dictadura?
-Luchamos por los derechos, pero también por la soberanía popular. Somos instrumentos democráticos. Eso lo hacemos mano a mano, voz a voz; tenemos muchos compañeros en prisión. A nuestros compañeros los golpean, los encarcelan. Mi lucha es muy difícil, sobre todo porque no tenemos medios de comunicación donde podamos difundir nuestras quejas y solicitudes. Lo hacemos mano a mano. Le decimos al Gobierno: “Yo no te odio, pero no te tengo miedo”.
-¿Cómo es la vida de un disidente en la isla?
-Tengo que pensar primero en mis compañeros que viven en pueblos remotos, que son mucho más indefensos y verdaderamente heroicos. Nos ponen escuchas dentro de las casas, me la han puesto en el mismo teléfono, encima de mi cama, nos vigilan hasta cuando vamos al médico, nos colocan grandes letreros alrededor de la casa acusándonos de traición. Ese estilo que veo en Venezuela de las famosas brigadas son muy semejantes a las llamadas brigadas de respuesta rápida en Cuba, que hacen actos de repudio a la disidencia; ya ustedes saben lo que es esto, desgraciadamente.
-Muchos portales hablan de su partido, el MCL, que cada vez gana más militantes.
-Militantes tenemos unos cientos, pero que son muy perseguidos, ciudadanos que han firmado el proyecto Varela son más de 40 mil, pero sólo hemos podido llevar 25 mil firmas a la Asamblea Nacional porque la seguridad del Estado secuestra las firmas y captura a los ciudadanos. Estamos defendiendo un proyecto legal, apegado a la Constitución, y sin embargo, las autoridades actúan como una verdadera mafia, persiguiendo. Pero eso no nos limita y seguimos luchando por lo que creemos.
-¿Qué tan cerca están los cubanos de presenciar los cambios de los que usted habla?
-En Cuba pedimos una sucesión dentro del propio régimen que