http://www.abc.es/20100310/madrid-madrid/clamor-cuba-libre-20100310.html
«Se acabó el «patria y muerte»; pasemos al «libertad y vida»». El grito, salido de lo más hondo del alma, lo dijo ayer la escritora cubana Zoé Valdés. Estaba en Alcobendas, en un emotivo acto a favor de los derechos humanos, la libertad y la democracia en Cuba, organizado por su Ayuntamiento. Qué duda cabe que la muerte de Orlando Zapata Tamayo, que estuvo en huelga de hambre y fue obligado por el régimen castrista a una huelga de sed, ha marcado un antes y un después. Quedó clarísimo.
Cargado de emociones, sin rencor pero con contundencia, tomaron la palabra María Paz Martínez Nieto, fundadora de Asopazo; Blanca Reyes, representante de las Damas de Blanco en Madrid; Carlos Payá, representante del Proyecto Varela y Zoé Valdés.
El acto estuvo presidido por la presidenta regional, Esperanza Aguirre, que hace 25 años fue confundadora del primer comité a favor de los derechos humanos en Cuba. Lo moderó el director de ABC, Ángel Expósito, quién animó a «cambiar la tristeza por la alegría porque el pueblo cubano no está sólo».
Uno tras otro, todos los oradores recordaron que desde hace 51 años Cuba «es una cárcel» donde se maltrata y se asesina por el simple hecho de querer vivir en libertad y soñar con una democracia.
Por video, se escuchó a Armando Valladares, 22 años preso y otra de las miles y miles del víctimas del horror castrista. Y a la madre de Orlando Zapata, Reina Luisa Tamayo. Habló de su hijo «asesinado premeditadamente por la dictadura de los hermanos Castro», régimen que tachó de «gobierno terrorista».
En el ambiente había mucho de eso: apoyo al pueblo cubano, críticas al gobierno de Rodríguez Zapatero «por bajar la cabeza», a tanto «tonto útil» y «progre» que traga con la barbarie en la isla …
«Por una Cuba libre». Ese era el sentimiento que impregnaba el ambiente. Los ponentes suspiran por una transición. La desean. «¿Y cómo será esa transición?», preguntó el director de ABC. «Tiene que ser con los de dentro y los de fuera de Cuba», dijo Payá. «Es más importante que se la proponga el mundo entero», susurró Paz Martínez Nieto.