Diario Las Americas 27 enero 2009

“Somos los cubanos los protagonistas de nuestra propia historia y los únicos que podemos diseñar y protagonizar nuestro proyecto nacional en nuestra Patria soberana e independiente. Sólo comenzaría si antes son liberados todos los que están encarcelados en Cuba por motivos políticos.

En la historia de Cuba casi todas las etapas históricas han sido lentas, largas. El mejor ejemplo tal vez sea el proceso independentista. Afortunadamente somos muy rápidos para el progreso una vez llegado al final del túnel. El proyecto del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) está dando síntomas de esa dicotomía. En principio los pasos lentos parecían su estilo que para algunos resultaban los pasos finales. Pero si se revisa su trayectoria se ve que las iniciativas estratégicas permitirán a la larga un recorte en la etapa de la esperanza.

El dinamismo del Proyecto Varela (1997), de la Primavera de Cuba (2003), el Diálogo Nacional, el Todos Cubanos (2003-2004), las Propuestas Legislativas Adicionales (2006-2008) y la Campaña Foro Cubano (2007-2008) mucho dicen de la febril actividad del MCL que con fecunda dirección plantea Oswaldo Payá Sardiña desde Cuba con la cooperación de otros héroes fuera de la Isla.

Además de los héroes presos, 75 prisioneros de conciencia 42 pertenecían ya al MCL.

Internacionalmente creo que no ha habido institución de resistencia a la opresión tan conocida y reconocida como el MCL en Europa y Estados Unidos. Acaso el aliento mejor para el MCL haya venido de los personajes y movimientos de liberación que tanto sufrieron con las tiranías comunistas de la Europa oriental. Basta citar dos nombres que tanto lucharon en sus respectivas patrias comunizadas. Pienso en Lech Walesa y en Václav Havel.

Tuve la oportunidad, con otros amigos del exilio, de presenciar en Europa los aplausos y el respaldo que el Parlamento europeo tributó a Oswaldo Payá como héroe internacional reconocido por su tenacidad y empeño liberador, por las múltiples iniciativas en el proceso emancipador emprendido con un sano pluralismo ideológico que permitía un empeño independentista que apuntaba hacia una tesis unitaria, en un marco múltiple de hipótesis varias para la acción, dentro de un único proceso nacional de liberación donde se palpaba el interés liberador que debió comenzar con un proceso dialogante para ponerse de acuerdo sobre el futuro de los hijos de un mismo pueblo, con derecho a los derechos, pues somos todos cubanos, en una oposición sin sangre, pero con oídos para escuchar, y responder con pleno derecho y responsabilidad, que, aunque en el pasado hayan discrepado puedan unificar criterios para un futuro democrático con todos los cubanos de dentro y de fuera de Cuba, como protagonistas del futuro, lo que requiere que el primer paso a dar sea lograr la libertad de los hermanos presos políticos para que no quede nadie en prisiones sordo y mudo, ni tampoco los que sufren el exilio, que han de ser copartícipes en esta tarea unitaria dentro de la legítima variedad, con “derecho a los derechos”, porque somos seres humanos, hijos de Dios todos.

Hay que felicitar a los líderes del MCL por su infatigable labor en el proceso liberador cubano y cooperar, desde cualquier esquina política, con sus nobles propósitos y así continuar la lucha liberadora siempre respetando la variedad dentro de la unidad, a lo martiano.

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