MARTI, SIEMPRE MARTI.
Como cada 28 de Enero los cubanos de por estos lados nos reuniremos para hablar de Cuba: la de ayer, la de hoy, la de siempre, y, estoy seguro, también de Céspedes y de Agramonte, de García y de Gómez, de Maceo y de Martí, el Apóstol, que fue y es tanto de nuestra Historia que es como decir tanto de nuestra alma.
Y estaremos juntos los que llevamos años por acá y los recién llegados, los asentados en esta tierra con los que solo vienen por un tiempo, y comenzaremos con la palabra “Cubanos” que era con la que Martí comenzaba siempre sus discursos “porque es fijo que el cielo se ha de nublar y la Patria ha de cubrirse con el velo el rostro, cuando, por inicua pedantería o ira senil, hablen unos cubanos contra otros. ¡En el suelo se ha de clavar la mano, y por el aire se ha de dejar colgando la lengua, que muevan a partido o disensión a los cubanos, que llamen a los hombres a la desconfianza y el odio! Es bueno el que ama, y él solo es bueno: y el que no ama no lo es (*).
Y también con Martí recordaremos que “la Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie” (**) y pondremos, alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos y para el bien de todos” (***).
Fdo. Dr. Antonio Llaca.
Desde la ciudad de El Tigre.
Edo. Anzoátegui. Venezuela.