ABRAMOS LOS CORAZONES (Declaración MCL sobre los huracanes)

La exhortación no niega que ya hay muchos corazones abiertos y entreabiertos. Pero sabemos que todos estos corazones pueden abrirse más ante la situación dolorosa que padece el pueblo de Cuba y otros hermanos del Caribe.Muchos son los damnificados, los que han quedado sin casa, los que lo han perdido todo. Con cada uno de los damnificados sufrimos los cubanos, vivamos dentro o fuera de Cuba. Ahora en esta situación de calamidad el sentimiento nacional es el de un solo pueblo, el de una misma familia y por tanto de solidaridad y cooperación.

Muchos países, organizaciones no gubernamentales, iglesias, ciudadanos del mundo han ofrecido ayuda al pueblo cubano. Nuestra respuesta es la gratitud a toda ayuda que se ofrezca sin mas condición que la de que llegue a los necesitados. Algo que, seguramente, tanto el estado cubano, como las iglesias, asociaciones, organizaciones e inclusive ciudadanos y grupos de ciudadanos creemos que están dispuestos a garantizar.

Si hemos llamado a que ninguna ayuda se ofrezca con condiciones, también llamamos al Gobierno cubano a que no sea selectivo en aceptar, para los necesitados, la ayuda que desinteresadamente se ofrezca desde el exterior, porque esta ayuda será recibida con la misma dignidad y gratitud con la que muchos pueblos del mundo, no importa la orientación de su gobierno, aceptan y reciben la ayuda del pueblo cubano canalizada por el estado cubano en momentos de dificultades. Es momento de abrir las puertas y las posibilidades para que todos los cubanos e instituciones y grupos de cubanos dentro de Cuba, que puedan cooperar en la canalización de la ayuda humanitaria lo hagan. Esta es una necesidad y un derecho de los cubanos a ofrecer y recibir la solidaridad.

El equipo de trabajo de los Guías Espirituales de la comunidad cubana que vive en el exterior, están organizando un plan de ayuda para los damnificados en Cuba. Su única intención es ayudar a los que lo necesitan, pero con la particularidad de que si bien, esa ayuda vendría de diferentes países, siempre sería una ayuda cubana para los cubanos. De una parte del pueblo para su pueblo. Por lo tanto, llamamos al gobierno de los Estados Unidos de América, donde reside el grupo mas numeroso de cubanos en el exterior, a todo gobierno extranjero de países donde residan cubanos y al propio gobierno de Cuba para que por sentido ético y humanitario faciliten el flujo de las ayudas. Estas ayudas pueden llegar a los necesitados a través de organizaciones, iglesias y ciudadanos dispuestos a trabajar dentro y fuera de Cuba.

No solo las ayudas de estados poderosos y de grandes organizaciones solucionarán el problema dramático que sufren los cubanos, por lo que no debe excluirse la recepción de ninguna ayuda por modesta que sea, venga de donde venga, respetando nuestra dignidad, pues las necesidades son enormes y sobre todo urgentísimas.

Nadie debe pretender excluir al estado cubano como principal gestor y distribuidor de la ayuda, ya que no solo tiene la capacidad, sino también creemos que la voluntad y la responsabilidad de hacerlo. Pero esta función no es única del estado y sus organizaciones afines. Por lo que el gobierno cubano tiene la responsabilidad de permitir y facilitar que otras instituciones, agrupaciones y ciudadanos puedan recibir donaciones y entregarlas a los necesitados y trabajen en el auxilio de estos.

Nuestros hermanos del Caribe, especialmente nuestro querido Haití, aunque no el único, han sufrido también la calamidad, por lo que este llamado a la ayuda y solidaridad no es exclusivo para el pueblo de Cuba sino con la misma intensidad para que sean asistidos esos pueblos que hoy comparten el sufrimiento con nosotros.

Es hora de renovar nuestra condición de hermanos como cubanos que somos todos. También, esa misma condición con todos los seres humanos de todos los pueblos especialmente los que están en dificultad. Es hora, de compartir la determinación solidaria y de que, tal como compartimos el sufrimiento, también compartamos la esperanza, entre nosotros, todos cubanos y con nuestros hermanos del caribe.

también más fraterna. Esto es posible porque sí hay alternativa, esa que es buena para todos porque se basa en la de la libertad y el respeto a la vida. Es posible y es nuestra esperanza cierta.

OSWALDO PAYÁ

Movimiento Cristiano Liberación

REITERA MCL llamado a solidaridad con damnificados por Huracanes

europapress.

msn-noticias

newstin

El huracán Gustav a su paso por Cuba ha dejado grandes daños a instalaciones, sembrados y sobre todo a viviendas de miles de cubanos, muchas de estas totalmente derribadas en las provincias de Pinar del Río e Isla de Pinos.

Nuestro pueblo ante el dolor de muchos de sus hijos responde con la solidaridad y también se reaviva, especialmente, el sentimiento de unidad nacional que nos hace sentirnos ante todo como cubanos y como hermanos, más allá de toda otra consideración.

Hacemos un llamado a la solidaridad internacional con los damnificados sin condiciones y al gobierno cubano a que acepte las ayudas que generosamente y desinteresadamente sean brindadas. Esta ayuda es para los que la necesitan. Tanto las instituciones del Estado, como las iglesias en Cuba, tienen la capacidad para hacer llegar estas ayudas a los más necesitados, en la medida en que sean ofrecidas, enviadas y se les permita llegar a Cuba.

Los cubanos que viven fuera de la Isla son parte inseparable de nuestro pueblo, por lo que es suyo también el dolor de sus hermanos, como también le son propios la disposición de ayudar inmediatamente y el derecho a hacerlo. Por esta razón llamamos a los gobiernos de los Estados Unidos de América y de los otros países en los que hay importantes grupos de residentes cubanos, que eliminen toda restricción que dificulte el envío de ayuda a sus hermanos damnificados en Cuba. Además, solicitamos que faciliten el flujo de esta ayuda y también pedimos al Gobierno de Cuba que la ayuda que puedan enviar, sea recibida sin restricciones para ser distribuida entre los necesitados.

5 de septiembre de 2008

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