El latifundio socialista y la ineficiencia endógena: “Arroz hecho en casa” Por: Dr. Antonio LLaca.

Casi todos los libros y autores coinciden en definir el latifundio como una gran extensión de tierra en manos de un solo dueño dedicada a la agricultura, la ganadería o ambas,  otras características también citadas frecuentemente son:

-bajo rendimiento

-sub-utilización de la tierra

-uso ineficiente de los recursos

-la mano de obra empleada es habitualmente súper explotada

-marginaliza grandes sectores de población campesina desplazadas de la propiedad o tenencia de la tierra, y esta es una de las más poderosas  palancas  de la pobreza y el subdesarrollo de las regiones rurales

Conocido desde la época de la antigua Roma (la palabra se origina del latín latifundïum) nos llega a América como complemento de nuestra herencia española donde formó parte de la estructura de poder feudal o semifeudal que hasta no hace mucho, hablando de tiempos en la Historia, predominó incluso en la Península.

Resulta difícil hacer distinciones precisas en cuanto a sus dimensiones y estas pueden variar notablemente de un país a otro e incluso dentro de un mismo país o región; mil hectáreas pueden significar una extensión enorme de tierra en  países pequeños como El Salvador o República Dominicana o una propiedad “grande” pero sin ser conceptuada como latifundio en regiones de Brasil o Argentina.

Las relaciones de poder derivadas de la existencia del latifundismo fueron  causa de numerosas revoluciones en nuestro continente de las cuales la Revolución Mejicana de 1910  suele ser el ejemplo clásico, los legendarios Pancho Villa y Emiliano Zapata sus íconos.

La Revolución Cubana de 1959 cambió radicalmente la estructura de la propiedad en el país y por supuesto a estos cambios no escapó la tenencia de la tierra; dos consecutivas Leyes de Reforma Agraria permitieron la expropiación de centenares de miles de hectáreas  con lo cual el Estado pasó a monopolizar más del 75% de la tierra cultivable; dentro de los preceptos de ambas Leyes estaba como figura principalísima la eliminación del latifundio, imagen que se entendió desterrada del panorama campesino cubano sin embargo, el artículo “Arroz hecho en casa” publicado en el periódico Granma de 22 de Enero de 2008 bajo la firma de Katia Siberia García parece desmentir la anterior afirmación.

Trata el mencionado artículo sobre el Complejo Agroindustrial (CAI) Sur de El Jíbaro el más importante del país dedicado al cultivo del arroz, situado en la provincia de Sancti Spíritus. Según la autora “posee un fondo de tierra de 2,152 caballerías” (1) (unas 28,879  hectáreas) “de las cuales 1,700 cultivables” (22,814 ha.); “aunque contamos con tierra, agua y hombres no disponemos de maquinaria para cosechar más suelos. En ocasiones hemos tenido que dejar el grano en el campo .Por eso en esta etapa cosecharemos  la gramínea solo en 1,000” (13,420 ha.), o sea,… del total de tierra solo cultivan el  46 %. “En el 80% de las áreas que hoy se cultivan el ganado rinde beneficios. No obstante, la carencia de alambre para limitar o reparar terrenos colindantes pone en peligro la siembra….” “Donde hoy no se siembra arroz y el ganado no pastorea, el marabú impone su reinado”…, y en realidad nada de lo que nos dice la autora resulta sorprendente, en numerosas oportunidades el destacado economista cubano Lic. Oscar Espinosa Chepe  ha alertado acerca del estado de postración en que se encuentran los campos de Cuba (2).

 Otros datos importantes extraídos del artículo señalan que “en 1986 tuvieron un rendimiento de 4,3 toneladas por hectárea pero problemas con los fertilizantes, aviones y cosechadoras hicieron que este bajara a 2,8 toneladas por hectárea en 2007”, “allí cientos de obreros conviven con el fango y entre canales y sudor cosechan la tonelada de arroz a un costo de unos 200 dólares. El país lo importa a más de 500”…, un rendimiento muy bajo si se toma en cuenta que Perú reporta un promedio de 6,6 a 6,9  ton/ ha para el año 2006 (3); Colombia  un promedio nacional de 6,4 ton/ha (4)   y Uruguay  7,88 ton/ha (5) ambos para el año 2007  por solo citar algunos ejemplos de nuestro ámbito latinoamericano.

Es de suponer que factores ligados al desempeño general de la economía cubana  influyan en la no adquisición por parte del Ministerio de la Agricultura  de diferentes insumos ( fertilizantes, plaguicidas, maquinarias, etc. ) y esto sea una de las causas de los bajísimos rendimientos pero de todas formas el déficit para el consumo (limitado) de la población por fuerza ha de adquirirse a precios del mercado internacional ( al momento de redactar estas líneas unos 510 dólares/tonelada ); un modesto cálculo  demuestra que el estimado de producción de la superficie a cosechar con los rendimientos actuales: 13,420 hectáreas  x   2,8 tons/ha, corresponde a una producción de  37,576 toneladas que a  precios del mercado internacional  ( base: 500 dólares/ ton.)  resultan en una producción global valorada en unos $ 18,788,000      ( dieciocho millones setecientos ochenta y ocho mil  dólares), pero lo dejado de producir en esta misma superficie  tomando un promedio óptimo de 5 toneladas por hectárea ( aun por debajo de lo reportado por Colombia, Perú y Uruguay ) sería de alrededor de 29,524 toneladas, que a precios de mercado internacional equivaldrían a unos $ 14.762.000       ( catorce millones setecientos sesenta y dos mil dólares ), si a esto sumamos 700 caballerías ( 9,394 ha. ) que no van a ser cultivadas lo dejado de producir se acerca a los 30 millones de dólares aún con rendimientos modestos como los logrados por el CAI y no se necesita disponer de un especial talento en ciencias económicas para percatarse que esta emblemática empresa cubana  del arroz produce a pérdidas pero si este escenario del CAI Sur del Jíbaro  fuese la excepción y no la regla solo estuviéramos  en presencia de la mala gestión económica en un latifundio socialista aislado, sin embargo casi todos los analistas coinciden en señalar que este  cuadro es el predominante en el campo cubano.  

Esta situación, continúa la articulista citando a Orlando Linares Morel, director de la empresa, los ha obligado a buscar alternativas entre ellas la denominada “arroz popular” o variante “no especializada”, según la cual  se ceden áreas a campesinos individuales para el cultivo entregando una parte de la cosecha al CAI pero sin que este, por falta de recursos, pueda prestarle los servicios necesarios y sin dudas  que como solución coyuntural esta alternativa probablemente incrementará en algo la producción global  de arroz de la empresa pero no refleja el artículo bajo qué concepto se efectúa la cesión de la tierra al campesino, cuál y por cuánto tiempo será el régimen de tenencia, qué parte de la cosecha deberán entregar los usufructuarios ni cómo podrán disponer y/o comercializar el resto de la producción y estos son factores fundamentales a la hora de concebir  una estrategia que a largo plazo incremente efectiva y sostenidamente esta o cualquier otra producción del campo, de no resultar ventajosos para el productor individual  en términos de ganancia podría a la larga desestimular el entusiasmo inicial  por la actividad así que, y también sin dudas, esta dádiva no constituye una solución definitiva.

La agricultura es actividad sumamente compleja, requiere, para un cabal funcionamiento, de reglas claras de explotación de la tierra y por supuesto para el régimen de las costosas inversiones que demandan desde el simple alambre para delimitación de las superficies a cultivar hasta las más complicadas maquinarias para  recolección de la cosecha y del cálculo económico ( entiéndase de ganancias ) que cualquier empresa bien sea esta enmarcada en una economía de mercado o en una economía socialista ha de tener.

Katia Siberia con su artículo (y un poco de análisis crítico de las informaciones suministradas) ha puesto el dedo sobre la llaga de uno de los mas importantes males de la agricultura cubana: el “latifundio socialista” y su evidente ineficiencia intrínseca, no muy distante de la observada en este tipo de estructuras también insertadas en la economía de mercado o capitalista y muy lejana de los patrones de comportamiento de una agricultura moderna y eficiente  que satisfaga los requerimientos de la población y que se trace como meta la consecución de la “soberanía alimentaria”, concepto muy en boga por estas latitudes pero al parecer mal comprendido por la dirigencia política cubana a juzgar por los resultados obtenidos en el desempeño agrícola en general;  entretanto, mientras el marabú continúa imponiendo su reinado y el grano queda en el campo la agricultura cubana se desplaza hacia los puertos(6).  

Fdo. Dr. Antonio LLaca.

Desde la ciudad de El Tigre. Edo. Anzoátegui. Venezuela.

Abril/2008

(1) La “caballería” es una antigua unidad de medida de superficie aún utilizada  en muchos países de Latinoamérica. En Cuba equivale a 13,42 hectáreas, en Puerto Rico a  78,58 ha., en México y Centroamérica entre 42 y 45 ha. Nos viene de la época de la Conquista y Colonización, era la porción de tierra que se entregaba a los caballeros que habían contribuido a la conquista.

DRAE:   http://buscon.rae.es/draeI/SrvltObtenerHtml?LEMA=caballer%C3%ADa&SUPIND=0&CAREXT=10000&NEDIC=No

(2) En la agricultura  el 50,0% de las tierras cultivables están ociosas o prácticamente sin cultivar, cubiertas de malezas.  La masa ganadera se ha reducido a un 50,0% de las existencias de 1967, lo que ha ocasionado una caída en picada de los niveles de producción de carne y leche. En cuanto al azúcar, el país ha pasado de gran exportador a importador. El conjunto del sector agropecuario apenas dispone de tractores y los agricultores efectúan las faenas sin motivación y con arados tirados por bueyes.

Oscar Espinosa Chepe: “Cuba, Progreso versus Caos”  Revista Convivencia Marzo-Abril/2008

http://www.miscelaneasdecuba.net/media/word/TXTConvivencia2.txt

(3) Portal Agrario. Ministerio de Agricultura de Perú

http://www.portalagrario.gob.pe/agricola/arroz_produccion.shtml

(4) Fedearroz Colombia 14/03/2008

http://www.fedearroz.com.co/noticias/905.htm

(5) Presidencia República Oriental del Uruguay. Resultados de la encuesta de arroz Zafra 2006/07

http://www.presidencia.gub.uy/_Web/noticias/2007/05/2007052201.htm

(6). Ahora se importa el 84,0% de los alimentos.

Oscar Espinosa Chepe  Op. cit.

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