El Movimiento Cristiano Liberación participa en el CONGRESO CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA. Madrid.

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Ponencia redactada por Oswaldo Payá y leida por Carlos Payá en el Congreso Católicos y Vida Pública que organiza la Fundacion SAN PABLO CEU en Madrid, 17 nov 2007

LA PRIMERA LIBERTAD, LA DE LOS HIJOS DE DIOS

The first liberty, that of god’s children. M.C.LIBERATION in CONGRESS OF CATHOLICS IN PUBLIC LIFE. MADRID nov 2007

vea el video en CEU tv

Nadie quiere que la iglesia sea perseguida, pero es un hecho que aun esa iglesia es mas libre que una iglesia que de alguna manera se une o se somete al poder político.

La iglesia cubana no tiene esa experiencia de poder, gracias a Dios, desde hace más de un siglo, mas bien desde hace casi medio siglo ha sufrido persecución, acoso, exclusiones, represión y hasta el presente, la acción opresiva de control, injerencia e intimidación sistemáticas, de los cuerpos represivos, el Partido Comunista y el propio Gobierno.
El proceso de descristianización de la sociedad y la cultura, en suma el intento de descristianozacíon forzosa de la vida, no fue un complemento o adición peculiar del régimen totalitario que se instalaba en Cuba, sino una de sus componentes esenciales. Fue y es, instrumento de vaciamiento espiritual de la persona, de aniquilamiento moral, para sustituirla por la moral socialista que a la larga resultó un vacío en muchos aspectos de la conducta humana, que quedaron sin referente. La única moral aceptada y también impuesta, consistió en decir y callar y en hacer y dejar de hacer, de manera que la persona y su vida fueran incondicionales al régimen y a su figura dirigente.

Resultado, un grave daño antropológico, por el intento por parte del régimen de apropiación de todos los aspectos de la vida de la sociedad y de la persona misma, al menos lo intentan todavía. Se impuso el ateísmo marxista leninista en escuelas y programas de estudio, se difamó de la iglesia y se tergiversó la historia, se usó y aun se usa la burla y todo tipo de degradación de la imagen de la iglesia, en los libros, periódicos, la radio, la televisión y especialmente en la producción cinematográfica que en el nuevo régimen renació con la misión ideológica prioritaria y sistemática de atacar la iglesia, la religión y la religiosidad de los cubanos. Seguir dando testimonio de fe públicamente con todas las consecuencias de burla exclusión envió a trabajos forzados, prisión bajo diversos pretextos, martirio en algunos casos y vivir marcados como enemigos de la revolución en todos los ambitos de la sociedad. La iglesia y por tanto sus laicos continuaron evangelizando y unidos en Cristo ala Iglesia universal con un sentido de pertenencia radical. La iglesia no se dividió, ni sirvió de instrumento al régimen, algo que nunca le ha perdonado.

Toda esa descarga descristianizadora va acompañada de la represión directa, que incluye desde el fichaje policiaco de cada persona creyente practicante, hasta hostigamiento y agresiones diversas contra laicos, sacerdotes y religiosas que muestren inclinación a defender, promover o tan sólo acompañar a los que está en desventaja por cualquier causa.

Tal como lo hace el fundamentalismo secular, el fundamentalismo comunista crean las condiciones para el sometimiento total de las personas y los pueblos, desarmándolos, o peor desalmándolos. Decir que el régimen totalitario trata de apoderarse de la vida de la sociedad en todas las dimensiones y de la persona misma, no es una forma de hablar, es el rasgo mas opresiva y deshumanizante de este régimen.

Estamos entonces hermanos ante un problema religioso y un desafío para los cristianos. Resuenan los tambores, se escuchan las trompetas, que llaman a liberación.

La opción de luchar y trabajar pacíficamente por la liberación integral, en nuestra situación opresiva es una opción por el prójimo, desde la fe y por amor, es la lucha por la dignidad de nuestros hermanos, de sus derechos es renovarse en la libertad de los hijos de dios y proclamar ese don divino que inalienable.

Antes de nacer el Movimiento Cristiano Liberación, teníamos un grupo de reflexión informal al que llamábamos “la Peña”. Después decidimos fundar, en 1986 un círculo más formal al que llamamos “Peña Cristiana del Pensamiento Cubano”, en la Parroquia del Cerro, para reflexionar sobre la realidad cubana a la luz del Evangelio y de la enseñanza social de la Iglesia. Había mucho silencio, mucho miedo y muchas racionalizaciones en la sociedad cubana y también en la iglesia. Nosotros editábamos una publicación de una sola hoja llamada mimeografiada “Pueblo de Dios”. Quizás la primera publicación libre en Cuba desde que llegara el comunismo. Hablábamos de la libertad religiosa como algo que debe ejercerse sin permiso y denunciábamos la opresión en todos los aspectos de la vida. No pretendíamos hacer teología, simplemente decíamos: Jesús dice: que demos al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Pues resulta que el Cesar quiere nuestras vidas, nuestra libertad, que son de Dios, dones que nos da gratuitamente por lo que no se la vamos a entregar al Cesar. Algunos pastores prohibieron que la Peña siguiera funcionando y que repartiéramos la publicación “Pueblo de Dios”

Decidimos fundar el Movimiento Cristiano Liberación, no bajo la sombrilla, ni la identidad ni la responsabilidad de la Iglesia, sino totalmente nuestra. Un movimiento cívico, no confesional, no religioso ni para religioso, pero inspirado en el humanismo cristiano y en el que pueden participar todos los que acepten esos valores, practiquen o no una religión. Otra cosa no desvinculada, es la espiritualidad que animo y anima a los que fundamos este movimiento y a muchos de sus miembros católicos. No puedo negar que esta opción en la vida política y social también trajo para nosotros, exclusiones e incomprensiones en la misma iglesia, aunque nunca tratamos de tener su apoyo institucional y mucho menos ser brazo político de la Iglesia. En primer lugar por fidelidad a la propia iglesia, que además no debe tener, ni tiene, brazos políticos de ningún signo. En segundo lugar por distinción de planos. Pero tampoco ha estado ausente la solidaridad y el acompañamiento en la fe de algunos y algunas, que en la iglesia siempre arriesgan mas por los perseguidos. La vida en la comunidad católica, es decir en esa familia grande que se encuentra en la Eucaristía y comprarte muchas vivencias comunes, que trabaja evangelizando en el barrio, es imprescindible para la vida del laico cualquiera que sea su vocación y su opción de servicio desde la fe en el mundo. Si el laico no tiene pertenencia viva a la comunidad a que me refiero, no se sentirá “enviado” para su misión en el mundo, ni fuerte para ser coherente con la fe en todos los aspectos de su vida y corre el riesgo de desconectarse de su fuente.

Un comportamiento verdaderamente épico tienen todos los prisioneros políticos cubanos con su coraje y consistencia moral. El testimonio de los prisioneros políticos que son cristianos, también es digno de admirar, pues han crecido en una espiritualidad, que les sostiene en medio de ese trato cruel que reciben mientras evangelizan a los que conviven con ellos y su conducta en medio de la adversidad es verdadera inspiración para todos nosotros. No quiero hacer reproches, pero en general no se han escuchado voces de solidaridad con estos hermanos prisioneros, de parte de los laicos en Latinoamérica y en Europa, con la excepción de algunas que agradecemos y valoramos mucho.

Nuestro movimiento ha luchado pacíficamente, en medio de la persecución, promoviendo la liberación personal y la solidaridad como bases para la lucha cívica. Estamos desarrollando ahora una campaña ciudadana, bajo el título de Foro Cubano, para impulsar el Proyecto Varela y otras iniciativas para demandar los derechos ciudadanos. Muchas expectativas e incertidumbres hay sobre Cuba y en cuba. Muchos hablan de cambios y de diversos posibles modelos y medidas de parte de los que está en el poder para continuar el totalitarismo en otros estilos. Nuestra posición es radical: Demandamos todos los derechos para todos los cubanos por que somos seres humanos.

Esto que parece elemental es lo que está en peligro de ser escamoteado y nuestro movimiento insiste radicalmente en que el primer valor es la persona misma, mas allá de ideologías , modelos y poderes, Por lo tanto los cambios sólo son para bien si implican el reconocimiento de todos los derechos por las leyes. Hemos lanzado una visión de cambio en el Programa Todos Cubanos, bajo el signo de la libertad, la participación democrática, el dialogo y la reconciliación- Muchos nos critican porque afirmamos que la dimensión del perdón es inseparable de la verdadera liberación, y por que defendemos la sociedad de todo tipo de fundamentalismo, el político, el religioso, y también del fundamentalismo mercantil y de toda realidad opresiva que ponga el poder político económico o de cualquier índole por encima de la persona o menoscabe su dignidad y condición humana. También nos atacan acusándonos sólo porque invocamos a Dios cuando nos sale del alma. Nosotros hemos tenido la experiencia de que la fe no puede ser arrancada de nuestras almas, ni silenciada por ningún poder por represivo y violento que sea, aún cuando este poder sea tan totalitario que se apodere del ambiente social en su totalidad, por lo que no creemos que tampoco, la fe o la creencia religiosa puede ser impuesta ni inducida desde ningún poder, tampoco el del estado.

Las personas tienen derecho a creer y no creer a practicar religión y a no hacerlo, pero por eso mismo es un derecho para los que creemos profesar nuestra fe y expresarla y vivir consecuentemente con esta públicamente. Hay una trampa, un contrasentido del secularismo profesional, que es afirmar como un supuesto derecho el silenciar a los creyentes y negarnos nuestro autentico derecho a expresar nuestra fe y actuar en consecuencia en todos los ámbitos de la vida. Eso es inaceptable. El laico cristiano no puede perder su libertad interior por miedo o por intereses, pues ya no podrá dar testimonio. Tampoco debe dejar de expresar su fe oportunamente, simplemente por que en el ambiente han impuesto la regla de que hablar de Jesucristo o de la fe “es de mal gusto”.

La fe puede expresarse siempre con respeto al prójimo, a su vida y a su dignidad y l bien común sin violencia y sin imposiciones, pero con total libertad y es esa libertad la que niegan el fundamentalismo comunista y el secular. Niegan esa libertad, que es la primera libertad, la que tienen todos los seres humanos por ser hijos de Dios, creyentes o no, para después arrebatar las demás libertades y toda la libertad.

Hago un paréntesis para comentar: acabo de recibir una estatuilla de madera del Quijote, con escudo, lanza, bigote grandísimo y todo, me la envía desde la cárcel Regis Iglesias, uno de los líderes del Movimiento Cristiano Liberación que está condenado a 18 años de prisión. En la parte inferior de la base de la estatuilla, Regis escribió unas frases del Quijote que expresan exactamente el porque del Movimiento Cristiano Liberación:

“Porque me parece duro caso, hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres”

Que sabio y liberador son estas frases del Quijote para nuestro tiempo, en que muchos poderes pretenden esclavizar al ser humano, tratando de suprimir a Dios en sus vidas y alterando la propia naturaleza humana. Pero no se desesperen, que siempre, y la historia lo demuestra, el ser humano, y también ahora, responde rescatando su naturaleza y caminando al encuentro de Dios que es el autor de esa naturaleza y que imprime a todos sus hijos esas primeras e imborrables vocaciones: la del amor y la de la libertad.

Eso es liberación.

The first liberty, that of god’s children. M.C.LIBERATION in CONGRESS OF CATHOLICS IN PUBLIC LIFE. MADRID nov 2007

No one wants the church to be persecuted but what is true is that a persecuted church is freer than one that unites and submits to a political power. The Cuban church has not had that experience of power, thank God, for more than a century. Rather, for the past half century it has suffered persecution, harassment, exclusion, repression and up to the present, the oppressive action of systematic control, interference, and intimidation of the repressive forces, the Communist Party and the very Government.

The process of de-Christianization of society and culture, in sum the intent at forced de-Christianization of life was not a complement or peculiar addition to the totalitarian regime that was installed in Cuba, but rather one of its essential components. It was and still is an instrument of spiritual hollowing of the individual, of moral destruction, in order to substitute it with the socialist morale which eventually resulted in a void in many aspects of human behavior which remained without a referent. The only accepted and imposed moral consisted of saying and silencing and doing and ceasing to do, in such a way that the individual and his life were to be unconditional to the regime and its leading figure.

The result, a grave anthropological damage, from the effort on the part of the regime to appropriate all aspects of the life of the society and of the individual, is still being achieved. Marxist-Leninist atheism was imposed in schools and curriculums, the church was defamed, history was distorted, and ridicule was used and continues to be used as well as all forms of degradation of the church’s image, in books, newspapers, radio, television and especially in the cinematographic production that was reborn in the new regime with the primary, systematic ideological mission of attacking the church, religion and religiosity among Cubans. Those who continued to express their faith publicly faced ridicule, exclusion, banishment to forced labor camps, prison sentences under various pretexts, martyrdom in some cases, and the fate of living marked lives as enemies of the revolution in all aspects of society. The church and consequently its laymen continued to evangelize and remain united in Christ to the universal Church with a feeling of radical belonging. The church did not divide, nor did it serve as an instrument of the regime, which the government has never forgiven it for.

All of this de-Christianizing charge was accompanied with direct repression, which spans from the police interrogation of every practicing believer to the various forms of harassment and aggression against laymen, priests and religious individuals who manifest an inclination to defend, promote or so much as support those are disadvantaged for whatever reason.

Communist fundamentalism, like secular fundamentalism, creates conditions for the total submission of individuals and peoples, dismantling and even worse depersonifying them. To say that this totalitarian regime tries to take hold of the life of society in all of its dimensions and at the level of the individual is not a form of speech, but rather the most oppressive and dehumanizing trait of this regime.

We are therefore brothers in the face of a religious problem and a challenge for Christians. The drums resound, the trumpets are heard, which call for liberation.

The choice to struggle and work peacefully toward full liberation in our oppressive situation is a choice for our brethren, which comes from faith and love. It is a struggle for the dignity of our brothers, for their rights. It is the rebirth of liberty for the children of God and the proclamation of that divine gift that is inalienable.

Before the Christian Liberation Movement was born, we had an informal reflection group that we called “the Circle.” Afterward we decided to found in 1986 a more formal circle, which we called the “Christian Circle of Cuban Thought,” in the Cerro Parish, to reflect on the Cuba reality in light of the Gospel and the social doctrine of the Church. There was much silence, fear and rationalization in Cuban society as well as in the church. We edited a single-sheet mimeographed publication titled “People of God.” It was perhaps the first free publication in Cuba since the arrival of Communism. We spoke of religious freedom as something that must be exercised without permission and we denounced the oppression in all aspects of life. We did not pretend to make theology, but we simply said: Jesus stated: Let us render unto Caesar the things which are Caesar’s, and unto God the things that are God’s.” Well Caesar seems to want our lives and our liberty, which are God-given free gifts, which will not be surrendered to Caesar. Some pastors prohibited our Circle from continuing its work and from circulating our publication “People of God.”

Thus, we decided to found the Christian Liberation Movement, not under the umbrella nor the identity or responsibility of the Church, but rather totally ours and independent. A civic movement, not a confessional one, not religious nor for religious individuals but nevertheless inspired by Christian humanism and in which all those who accept those values could participate, regardless of whether they practice a religion or not. Another not unrelated characteristic is the spirituality that motivated and still motivates those of us who founded the movement and those members who are Catholic. I cannot deny that our choice in the political and social life also resulted in a certain level of exclusion and incomprehension on the part of the church, although we never tried to get its institutional support and even less so were we aspiring to be the political arm of the Church. In the first place we have loyalty to the church, which should not and does not have political arms of any stripe. Secondly, we aimed to distinguish our domain. However, solidarity and support from the faith has not been absent, among some of those who always risk more for the persecuted in their church. Life in the Catholic community, that is in the large family that comes together in the Eucharist and shares so many common experiences, that works evangelizing in the barrio, is indispensable for the life of the layman whatever his vocation may be and his choice of service through his faith in the world. If the layman does not feel a lively belonging to the community that I am referring to, he can not feel that he was “sent” on his mission in the world, nor can he garner the strength to remain coherent in his faith in all of the aspects of his life and would thus run the risk of disconnecting from his source.

The Cuban political prisoners have exhibited truly epic character with their courage and moral steadfastness. The testimony of the political prisoners that are Christians is also worthy of admiration, as their spirituality has flourished, and maintained them in the midst of the cruel treatment they are subjected to. They way they have evangelized those who live among them, and the manner in which they have behaved in the midst of adversity, is truly inspirational for all of us. I do not want to make reproaches but in general the voices of solidarity with our brothers in prison have not been heard from our laymen in Latin America and Europe, with the exception of a few whom we greatly value and appreciate.

Our movement has struggled peacefully, in the midst of persecution to promote individual liberation and solidarity as bases for the civic struggle. We are now developing a civic campaign entitled the Civic Forum in order to push forward the Varela Project and other initiatives that call for the rights of citizens. There are many expectations and uncertainties about Cuba and inside Cuba. Many speak about changes and different possible models and approaches by those who are in power to continue totalitarianism in another form. Meanwhile, our position is radical: we ask for all rights for all Cubans because we are all human beings.

Though this appears to be elemental it is in danger of vanishing, but our movement continues to radically insist that the primary value is the individual over and above ideologies, models, and power. Thus, changes are good only if they imply the recognition of all rights by law. We have launched a vision of change in the Program for all Cubans, under the banner of liberty, democratic participation, dialogue and reconciliation. Many criticize us because we affirm that forgiveness is an inseparable dimension of true liberation and because we defend society from all types of fundamentalism, political, religious and also mercantilist fundamentalism, as well as from all oppressive realities that put political, economic or any other type of power above the individual and that tarnish dignity and the human condition. We are also attacked and accused solely because we invoke the Lord when it comes from our soul. We have experienced that faith can not be removed from our souls, nor silenced by any power no matter how repressive or violent it may be, even when this power is so totalitarian that it completely takes over the social environment. We do not believe either that faith or religious belief can be imposed or induced by any power, including that of the state.

Individuals have the right to believe or not believe, to practice religion or to not do so as well, but it is a right for those of us who believe to profess our faith and express and consequently live with this faith publicly. There is a trap, a contradiction in professional secularism, which is the affirmation of an assumed right to silence believers and deny us our authentic right to express our faiths and act in line with it in all aspects of our life. That is unacceptable. The lay Christian can not lose his internal freedom due to fear or interests, for he would no longer be a testimony to faith. He should also not cease to express his faith openly simply because a rule has been imposed in his environment that speaking about Jesus Christ or about faith is “in bad taste.”

Faith can be expressed simply with respect for ones brethren, his life and his dignity and the common good without violence or impositions, but with total freedom. It is that freedom which communist and secular fundamentalism denies. They deny that freedom, which is the primary freedom, which all human beings are entitled to as children of God, believers or non-believers, in order to do away with all other freedoms and all liberty.

I will comment that I have just received a small wooden statue of Don Quixote with a shield, sword, huge moustache and everything that sent was sent to me from prison by Regis Iglesias, one of the leaders of the Christian Liberation Movement who is serving an 18 year sentence. On the bottom part of the base of the small statue, Regis inscribed a quote from Don Quixote that expressed exactly the reason for why the Christian Liberation Movement exists:

“Because it is a hard case to make slaves of those whom God and Nature made free”

How wise and liberating is that quote from Quixote for our times, in which many powers pretend to enslave the human being, try to suppress God in their lives, and alter human nature itself. But do not despair, that history always demonstrates that the human spirit and right now as well responds by recovering its true nature and walking toward the union with the Lord who is the author of that nature and who imprints on all his children those first and indelible vocations: love and liberty.

That is liberation.

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