A partir del 18 de Marzo del 2003 comenzaron, en todo el país, las detenciones de periodistas independientes, activistas cívicos, animadores de Bibliotecas Independientes, promotores de iniciativas de cambios pacíficos. Todos estos son defensores de los Derechos Humanos.
En ninguna de sus casas, allanadas brutalmente por la Seguridad del Estado, se encontró un explosivo, una bala, una documentación que implicara espionaje o subversión, excepto muchos ejemplares de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, algo que en Cuba es considerado muy subversivo por los cuerpos represivos. También se encontraron en muchas de esas casas ejemplares del texto del Proyecto Varela con las firmas de ciudadanos, que apoyados en la Constitución solicitan a la Asamblea Nacional un Referendo para que las leyes cambien y garanticen los derechos fundamentales, campaña cívica que hoy día continúa.
Unas dos semanas después comenzaron los juicios sumarísimos.Los abogados defensores no tuvieron tiempo real de preparar la defensa, muchos de estos solo tuvieron días u horas. Algunos prisioneros se enteraron de que se les celebraría juicio horas antes o ya de camino al juicio. Las salas de los tribunales fueron copadas con cooperantes llevados por la Seguridad del Estado para que hicieran el papel de público, mientras esta misma fuerza represiva impedía amigos, y a la prensa entrar en las salas. Sólo a algunos pocos familiares de los presos se les permitió presenciar los juicios. La fiscalía preparó “testigos” que hicieron el ridículo, pues no eran testigos de ningún hecho que constituyera delito y su papel fue en la mayoría de los casos, calificar a los acusados con epítetos. Todos sabían que esos juicios no eran juicios y que los veredictos y sentencias ya estaban “ordenadas” antes de los juicios
El encarcelamiento injusto de los Prisioneros de la Primavera de Cuba no es un hecho del pasado, sino un hecho actual, que ya se extiende por cuatro años. Son 1461 días de confinamiento en condiciones inhumanas, junto a prisioneros comunes. La Seguridad del Estado tiene asignado a uno o varios oficiales para cada uno de estos prisioneros, a los que les regula y controla cada aspecto de la vida como a un animal de laboratorio. Son muchos los casos en los que estos prisioneros políticos pacíficos han sido acosados por prisioneros comunes de alta peligrosidad, bajo las órdenes de las “autoridades” de la prisión.
Las malas condiciones, la deficiente atención médica, la humedad, el hacinamiento, la falta de agua y el estrés producido por esta dosificación calculada de la crueldad y de provocaciones contra los prisioneros y sus familiares, son un conjunto sádico, un castigo minuto a minuto, que ha deteriorado seriamente la salud de la mayoría de estos prisioneros y que además cumple su objetivo de “hacerlos sufrir todo lo posible a ellos y sus familiares”.
¿Por qué este castigo cruel sostenido? Hay que situarse en el contexto del totalitarismo comunista impuesto sobre el pueblo de Cuba para comprender. Muchos, en Latinoamérica, intelectuales, artistas, políticos y hasta religiosos, se han encargado a través de las décadas de crear, desarrollar, sostener y en los últimos tiempos amplificar una falsificación de la realidad cubana y de presentar a Cuba, como lugar de justicia y libertad. Pero la verdad, la que saben y viven los cubanos, es que en Cuba en estas cinco décadas nunca ha habido libertad y se ha instalado una cultura del miedo soportada por mecanismos de control y dominación de todos los aspectos de la vida de las personas. ¿Para que? Para garantizar el poder absoluto, los privilegios y la vida de ricos de unos pocos frente a la pobreza y la vida llena de restricciones que sufre la mayoría. Los pobres son mas pobres porque ni siquiera se les permite decir que son pobres.
Cuan estridente es entonces, en este ambiente de miedo, que algunos cubanos, hombres y mujeres, escriban y traten de divulgar en medios de prensa en otros países sus opiniones, que denuncien las violaciones a los Derechos Humanos y que enseñen a otros cubanos que son seres humanos con derechos que nadie debe negarles. Esto es insoportable para un régimen diseñado para que el ciudadano se someta y simule, al extremo de no llegar a reconocerse a si mismo. Pero mucho mas estridente e insoportable para la mentalidad de los que imponen la robótica esclavista del comunismo, es que miles de ciudadanos, escriban su nombre, su dirección, su Número de Identidad y firmen al final del texto del Proyecto Varela y lo presenten al mismísimo gobierno, sabiendo que, aunque es un derecho constitucional ciudadano, este, inmediatamente daría las listas, a los cuerpos represivos, tal como lo hicieron. Eso es liberación. Liberación para todos los cubanos, porque Cuba está presa.
Nuestros hermanos están en prisión, sólo por defender los derechos humanos, por ejercerlos cívica y pacíficamente por promover desde el amor y no desde el odio, la liberación.
Muchos levantan banderas, se agitan, gritan, escriben y cantan para alabar y defender el régimen que niega la libertad a los cubanos. Semejante complicidad con la opresión nunca se vio en la historia de nuestro continente. Otros son complacientes o se callan, son indiferentes o se hacen, estos hacen posible el reino de la mentira. A Dios pedimos que todos despierten a la solidaridad con el pueblo cubano y en especial con los prisioneros políticos cubanos. Con esa solidaridad estarán defendiendo el respeto a sus propios derechos, sino lo han perdido ya o están encamino de perderlo. Por que de personas como esos prisioneros políticos cubanos habló José Martí cuando dijo: “en esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana”
Oswaldo José Payá Sardiñas
A nombre del Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 17 de marzo de 2007