ABC. «El otro Guantánamo Oswaldo Payá»

El otro Guantánamo

OSWALDO JOSÉ PAYÁ SARDIÑAS  Coordinador del Movimiento Cristiano LiberaciónLA HABANA. Desde el 5 de marzo de este año, varios prisioneros están en huelga de hambre en la dantesca prisión cubana de la provincia de Camagüey conocida como Kilo 8. Entre éstos están Juan Carlos Herrera Acosta y José Daniel Ferrer, prisioneros de la Primavera de Cuba. También otros presos políticos, Leoncio Rodríguez Ponce, Lemberto Hernández Planas y Nelson Valquez Lima. Ninguno come nada, ningún alimento, desde ese 5 de marzo y así continuarán hasta mañana. Doce prisioneros comunes se han sumado a esta huelga en solidaridad con los presos políticos.

Espero que esto no sea una noticia más para los lectores, porque en cada uno de esos nombres y de los otros doce, hay un ser humano real que toma esta opción dramática arriesgando su vida y perjudicando su salud, como último y único recurso de protesta y de defensa de su dignidad y la de los demás prisioneros políticos.

En esas fechas, las de los días previos a que comenzara la primavera de 2003, comenzó la invasión a Irak de Estados Unidos junto con algunos países aliados. Bajo la sombra del humo de las primeras batallas que captaron la atención del mundo entero, comenzó la Seguridad del Estado los asaltos a casas de familias indefensas a las que llegaba con muchos agentes que penetraban, muchas veces maltratando y aterrorizando, mujeres, ancianos y niños. Después vinieron los juicios sumarios y las condenas hasta de veintiocho años.

Los prisioneros de la Primavera de Cuba fueron dispersados en prisiones por todo el país, desde Pinar del Río en el extremo occidental, hasta la también conocida por sus tratos inhumanos, la prisión de Guantánamo. No me estoy refiriendo a los detenidos de diversas nacionalidades que durante años mantiene confinados y sin juicio Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, algo que considero injusto y que se ha convertido en un escándalo mundial.

Secuelas de por vida

Me refiero al otro Guantánamo, aquel que «es un escándalo que no sea un escándalo». Ese otro Guantánamo que no es un escándalo, está repartido en muchas prisiones en la propia provincia de Guantánamo y en toda Cuba, incluyendo a Isla de Pinos. La alimentación de campo de concentración, la falta de higiene, la falta de agua, el hacinamiento y las condiciones y tratamientos inhumanos son semejantes en todas esas prisiones. La salud de casi todos los prisioneros políticos se ha deteriorado y muchos ya sufrirán la secuelas de por vida. Algunos de estos prisioneros pacíficos, como Francisco Chaviano, llevan más de diez años en prisión. Los prisioneros de la Primavera de Cuba cumplen ahora cuatro años de prisión injusta y arbitraria. No importa que sea con juicios celebrados, pues éstos fueron tan arbitrarios y falsos como las leyes que les aplicaron, inclusive, en todos los casos, paradójicamente, ilegalmente.

Sólo hay que leer las actas oficiales de los juicios sumarísimos para descubrir que los hechos reales por los que los condenaron no tienen nada que ver con las condenas y las acusaciones que les hicieron. Y de esto, de lo que hacían estos cubanos antes de ser arbitrariamente encarcelados, es importante que se hable. Queremos llamar la atención porque increíblemente ha habido una tendencia creciente a hablar sólo de los sufrimientos reales de los prisioneros y no de lo que ellos hacían, algo de lo que no se habla lo suficiente, como si ellos estuvieran presos por tener mala suerte o sólo porque el régimen aplica su fuerza injustamente.

El mundo debe conocer que estos prisioneros políticos pacíficos fueron encarcelados sólo por defender y promover los derechos humanos pacíficamente y por eso su prisión es absolutamente injusta. Muchos de ellos son periodistas libres, no oficiales, que emitían sus opiniones y denuncias de forma transparente, otros participaban en proyectos de promoción y defensa de los derechos humanos y de los derechos sindicales, otros en movimientos cívicos por los cambios pacíficos hacia la democracia. La mayoría de todos ellos, los prisioneros de la Primavera de Cuba, eran y son gestores del Proyecto Varela, que se puede encontrar en la página www.oswaldopaya.org.

No estamos defendiendo un proyecto, sino los derechos de los ciudadanos y la solución pacífica que el pueblo de Cuba necesita y desea hoy más que nunca. Por eso continúa esta campaña y porque muchos de nuestros hermanos que están en prisión y la iniciaron con nosotros la siguen apoyando. Desconectar la realidad de estos encarcelamientos de la participación de la mayoría de ellos en el Proyecto Varela sería dejar de explicar el núcleo de la injusticia que se cometió y se sigue cometiendo al mantenerlos a todos en prisión.

Mucho se ha hablado de aquellos acontecimientos, pero el espíritu de este artículo no es conmemorativo, es de denuncia, porque no estamos a hablando de un hecho que ocurrió hace cuatro años sino de una injusticia que ya dura cuatro años, aquí en el otro Guantánamo, el que no es un escándalo.

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