EL SONIDO DEL SILENCIO Por: Regis Iglesias, Prisionero del Mov. Cristiano Liberación

La noche está fría y silenciosa. Solo el murmullo de alguna lejana caravana de peregrinos o las voces de un par de pastores, que a esa hora aun buscaban al extraviado cordero de la tarde, rompían la quieta escena del desierto y la magnificencia del cielo lleno de estrellas. Una de ellas, ahora, parecía reposar sobre las colinas blancas que serpentean loa alrededores del caserío, donde una joven virgen está por alumbrar. El mundo esa noche está quieto, ajeno. Reposa de conflictos y espectacularidades. Nadie eleva, siquiera, a esa hora una plegaria a Dios. Se han quedado dormidos. Y Dios, suspira y llora tiernamente, por primera vez, entre nosotros. El Hijo del Hombre es arropado entre los suaves brazos de su dichosa madre y en el rustico pesebre, en Belén, los gemidos de Emmanuel son aún los silenciosos sonidos de la humanidad que desde hoy es libre.  Regis Iglesias - foto de Partido Dem Cristiano Sueco.bmpRegis Iglesias
Un anciano semidesnudo, sentado sobre una estera de bambú, permanece con los ojos cerrados, meditabundo. Calla, busca la idea que ilumine su alma, su gran espíritu. Todos aguardan por él. Lleva semanas encerrado en su humilde habitación y más aún en sí mismo. De pronto se levanta; ahora sus delgadas piernas marcan largas zancadas y, tomando su bastón, su bastón sin tallados ni barniz, se pone en movimiento. “Un puñado de sal”…, solo eso. Peregrinará, él primero, a sus sesenta gastados años el Mahatma Gandhi en pos de un puñado de sal y de la independencia de la India. Las citaras y tambores de su pueblo le acompañaran, pero él pide que no levanten la voz, que no levanten los brazos y su pueblo heroico resiste y triunfa sin odios y violencias ante la corona británica. Le llamaban “Bapu” sus hijos, pues era el padre silencioso de una nación orgullosa de su libertad.
Ya sea cuando un muchacho tibetano escapa de su palacio acompañado por un reducido número de fieles, que le consideran la reencarnación de Buda y cruza, perseguido de cerca por implacables enemigos que le ocupan su patria, el camino azaroso, apenas trazado en las rocas del Himalaya, al exilio con la convicción de retornar algún día a su nación de monjes y pastores pacíficos.
Ya sea cuando un reverendo cristiano, en contra de las sugerencias de sus colaboradores, decide marchar al frente de una multitud segregada por el color de su piel, allí donde “ todos los hombres son iguales” y aún se necesitaba, como dijo, “ de un acto de fe”  para que el sueño de justicia  y amor fuese  realidad en Alabama.
Ya sea cuando los tanques de guerra invasores fueron derrotados por la razón y las ideas que un día de primavera germinaron en Praga o cuando los dictadores son sacudidos por el civismo de un pueblo que solo vota “NO”. El sonido del silencio precede cada mañana de paz en la historia de la humanidad. El sonido del silencio de una multitud apagada, de un hombre en el aislamiento injusto de su celda clama libertad y acusa a los tiranos.
“Diez mil personas, quizás más” pueden ser la señal allí donde señorea el desaliento. El déspota intentó asesinar el ejemplo: con sus secuaces, con sus traidores, con su procesión de oportunistas y cobardes, con el dinero de nuestra hambre y también, hasta con nuestro abecedario. Con las 7 mascaras de cada uno de sus engendros y el terror. Más no pudo vencer la escarcha al sol del cuarto mes. La primavera llegó fértil y segura de si misma. Una vez más llegó y octubre aún se mostró vivo de 14384 colores nuevos y luces. Rostros de hombres y mujeres. Veinticinco mil  determinados rayos silenciosos delinean el fin de la noche y el inicio de la mañana. ¡El Proyecto Varela, la Liberación es indetenible! Sí, puede que todavía lo oscuro desanime a algunos, pero el pueblo sabe que ya es el amanecer y continuará  su letanía silenciosa, activa, hasta que el sol cubra toda la tierra de esta isla cubana.
Siempre el mundo fue ajeno al instante en que la persistente pequeña semilla quebró los suelos. El silencio precedió todo, representó todo. El arrullo de una bienaventurada muchacha hebrea y el llanto de su frágil criatura fue todo lo que en la fría noche del desierto se escuchó, el segundo en que Dios se hizo hombre, cuando la vida venció a la muerte.
Prisionero Político.Edad: 34 años. Escritor.
Miembro del Movimiento Cristiano Liberación y del ejecutivo del Comité Ciudadano Gestor Proyecto Varela en La Habana. Fue condenado a 18 años de prisión que cumple en la cárcel de máxima seguridad de Kilo 8, en Camagüey a 533 kilómetros al este de La Habana donde reside su familia en Calle Porvenir #269, Apto. 4, e/ B. y Beales, Reparto Lawton, Ciudad de La Habana.

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