EFE –
El disidente cubano Oswaldo Payá ha mostrado su temor de que el régimen comunista elimine físicamente a sus oponentes si se siente amenazado y ha dicho que los cambios rápidos en Cuba son inevitables, lo que a su juicio ha quedado más en evidencia con el anuncio de la enfermedad de Fidel Castro.
«Más que la muerte de Fidel, es la ineficacia del modelo castrista lo que hará caer el régimen», declara Payá en una entrevista publicada hoy por el diario francés de izquierdas «Libération».
Según Payá, el anuncio de la enfermedad de Castro «ha provocado grandes esperanzas. Por primera vez, los cubanos se han encontrado frente a la posibilidad concreta de un cambio».
Un cambio que «se producirá rápidamente, es inevitable» ya que «la gente no soporta más la idea de vivir un año más» en la situación de parálisis que, según dijo, generó el anuncio de la enfermedad de Castro.
La gente «acabará por protestar a su vez. Luego, el fin puede ser fatal y sangriento. Espero que no sea más que tenso y progresivo», dijo Payá, quién recordó que todos los opositores quieren una «transición pacífica».
Preguntado sobre si se siente particularmente amenazado, el presidente del Movimiento Cristiano de Liberación respondió que «si el régimen vacila, los chivatos han recibido la orden de eliminar físicamente a los opositores» y explicó el acoso policial que sufre y que ha llevado a que se le instalen micrófonos debajo de su cama.
Sobre el futuro después de Castro, insistió en que «no queremos en ningún caso una intervención exterior, ni siquiera una constitución redactada por otros gobiernos o tomada de otro país» y defendió «la reconciliación nacional y el perdón».
Payá afirmó que los millones de cubanos exiliados «forman parte integrante de la nación cubana. Todos tienen derecho a volver y disponer de sus derechos de ciudadanos. Pero no creo que puedan reivindicar sus antiguas casas porque entonces habría que expulsar a familias que se han instalado desde hace décadas».
Los logros en sanidad y educación del régimen cubano, dijo, hay que conservarlos, pero recordó que «han justificado la privación de todos los derechos políticos y económicos» y en ese sentido señaló que «no hay que olvidar que miles de personas han sido fusiladas y otros millones se han exiliado desde 1959».