Cuba y su futuro inmediato Antonio Rafael Rodríguez Vázquez 0806
No es mi intención sentar cátedra de adivino y mucho menos de artífice de la cábala mas, como a una buena parte del pueblo cubano la situación del futuro a corto plazo de nuestra querida Patria nos mueve a reflexión. Hoy son poco menos que incontables los pronósticos que, especialistas unos y simples ciudadanos de a pie otros, van formulando en torno a la realidad nacional. Realidad unas veces más virtual que objetiva y constatable, sobre todo por la falta de información, que se complementa con una desinformación bien calculada y conducida con presteza por los que, por oficio, manipulan a la opinión pública. No obstante, entre cielo y tierra no hay nada oculto, o al menos casi nada y lo que salta a la vista de todos es que el momento del cambio que desde hace años se inició, comienza ya a visualizarse con contornos más tangibles.
Hay quienes reducidos por un paternalismo institucionalizado apuestan a que solo desde la cúpula de poder se pueden gestar los cambios en Cuba y quedan paralizados, inertes. Otros piensan, desafortunadamente, que solo si vienen los americanos tendrá solución nuestro problema, quedando igualmente paralizados. Pero hay quienes pensamos y sentimos que nuestro protagonismo como pueblo es de hecho un factor a tener en cuenta en cualquier proceso de cambio. Esa es la razón por la cual todo aquel que muestre un mínimo de respeto y amor a la Patria y a sus conciudadanos está convocado a poner lo mejor de sí para que el cambio fluya armónicamente y en paz. Es por ello que hace un instante decía que el cambio se inició hace años cuando más 25,000 cubanos por primera vez hicieron uso de sus derechos constitucionales y firmaron el Proyecto Varela, como luego muchos de ellos y otros más dentro y fuera de Cuba, participaron en el Diálogo Nacional convocado por el Movimiento Cristiano Liberación el cual anunciamos en el año 2003, Diálogo al que se convocó a todos sin exclusión de nadie. Los participantes en él dieron sus aportes, escritos de su puño y letra y ésta fue una manera de integrar a los diversos sectores de la sociedad en un amplio espectro de opiniones, las que constituyeron una fuente de incalculable riqueza tanto de ideas como de deseos y propuestas. Brotaron así del sentimiento más profundo del pueblo sus preocupaciones, miedos, sueños, desconfianzas. Afloraron huellas de heridas, algunas todavía abiertas, pero también emergió el patriotismo, la inteligencia, la creatividad, la determinación y el deseo de propiciar cambios pacíficos para alcanzar la libertad, sobre todo la libertad, y con ella el rescate del respeto a la dignidad plena del cubano.
De este Diálogo Nacional se derivó lo que se llamó Base Común, es decir, la concreción explícita de los esenciales mínimos comunes a los diferentes sectores de la sociedad civil, de la oposición y la disidencia, que permitiera hablar en términos, categorías y prioridades convergentes desde las distintas líneas de pensamiento y de cara al bien común de Cuba.
Del mismo modo fue el Diálogo Nacional el vehículo que articuló el trabajo sobre el Programa Transitorio, el que definitivamente dio a luz al Programa Todos Cubanos. Ahora bien, se hace imprescindible aclarar a tantos cubanos desinformados y mal informados, cómo el Gobierno de Cuba de manera deliberada, arremetió en una campaña de ataques por los medios masivos de comunicación contra el Programa para una Cuba Libre presentado por la administración del presidente norteamericano George W. Bush, para crear así una cortina de humo que impidiera ver con claridad y confundir al pueblo cubano, repito desinformado, haciendo aparecer todo intento de transición en Cuba como una ingerencia del gobierno norteamericano en los asuntos internos y obviando así, más aun desconociendo, ignorando, que el Programa Todos Cubanos es ante todo cubano. Cubano porque ha sido elaborado con la participación de cubanos que viven fuera de Cuba sí, pero mayoritariamente con la participación de los que aquí vivimos, quienes trabajamos en su redacción y elaboración, pretendiendo de este modo confundir y a la vez descalificar con su campaña desinformativa, este Programa nuestro, que dentro de Cuba se gestó, y que tiene toda su autenticidad y soberanía porque ha sido hecho por nosotros, los cubanos que somos los únicos que tenemos el derecho, el deber y la misión de diseñar el futuro de Cuba y de llevarlo a vías de hecho. Es el Programa Todos Cubanos un legítimo fruto de ese Diálogo Nacional, libre y democrático, concebido y parido por los cubanos y no por administración extranjera alguna.( es mas los que impulsamos elprograma Todos Cubanos no estamos deacuerdo con que una Comison de Estados Unidos redacte un pRograma de transiscion para Cuba, pues esa es una facultad que corresponde solo al pueblo de Cuba)
En cualquiera de los países, tanto los pertenecientes al campo del socialismo real con sus regímenes totalitarios como en aquellos de dictaduras de derecha, la articulación de una transición progresiva y pacífica a la democracia ha sido el reto de sus dirigentes políticos y por demás el deseo de la ciudadanía hastiada ya hasta el límite luego de largos años en que sus derechos se han visto conculcados. El fantasma de un vacío de poder y de un caos social, de la pérdida de la continuidad constitucional con el literal derrumbe de las instituciones gubernamentales es verdaderamente aterrador, entonces cabe preguntarse ¿quién o quiénes pueden desear esto para Cuba? Sin muchos rodeos me atrevería asegurar que nadie. Creo que solo en mentes morbosas cabe el deseo de un cambio cruento y traumático en nuestra Patria. Ciertamente, nadie medianamente cuerdo puede desear eso para el ya sobremanera sufrido pueblo cubano. Tengo el pálpito de que todo buen cubano, que todo buen ciudadano coincidirá plenamente con este esencial deseo de cara al bien común de la Nación.
De lo anterior se infiere la necesidad de una herramienta, de un instrumento que facilite este proceso de transición, de cambios y es precisamente lo que en el Programa Todos Cubanos tenemos a nuestra disposición. Cierto es que como toda obra humana, el mismo es perfectible y por consiguiente puede ser mejorado para luego ser puesto a consideración del pueblo en Referendo convocado por la Asamblea Nacional del Poder Popular para su aprobación legal.
El Programa Todos Cubanos está estructurado por cuatro propuestas:
I. Una propuesta de Proyecto de Reforma Constitucional.
II. Una propuesta del plan de cambios titulado Plan Cuba Primero.
III. Una propuesta de Proyecto de Ley Electoral.
IV. Una propuesta de Proyecto de Ley de Asociaciones.
En él se garantizan todos los derechos alcanzados por nuestro pueblo a lo largo de su historia, incluyendo aquellos que aparecen consignados en todas y cada una de las constituciones aprobadas antes de este Programa. Se consagran de manera expresa todos los derechos fundamentales reconocidos universalmente ya sean de carácter económico, político, ecológico, cultural y social. Del mismo modo, se modificarían las leyes que así lo requirieran para que se correspondan con el Programa Todos Cubanos y la Constitución reformada. La misma contiene Disposiciones Transitorias que serían parte integrante e inseparable de ella, las que permitirían un proceso ordenado en los cambios, donde su eje rector sería siempre el ejercicio de la soberanía y el control democrático de las instituciones y del propio proceso de cambio por parte del pueblo cubano.
Creo que no resulta difícil de constatar que este Programa es esa herramienta, ese instrumento que necesitamos para promover la transición y los cambios de la ley a la ley, sin quebrantar la institucionalidad del proceso y facilitando que el mismo se haga en un clima de reconciliación pues en el propio Diálogo Nacional que se realizó con la participación de muchos ciudadanos, se constató el deseo, la necesidad, de que el espíritu de Reconciliación que existe en el pueblo de Cuba esté presente a lo largo de este proceso.
Propiciemos con nuestro proceder y actitud los cambios que Cuba necesita. La herramienta existe, no vino de afuera, y su uso está legitimado por la participación del pueblo. Pongámonos en marcha…
Ing. Antonio Rafael Rodríguez Vázquez
Agosto/2006