Autor: Oswaldo Payá
Antonio Ramón Díaz Sánchez (Tony) cumplió 44 años. No tuvo fiesta de cumpleaños, ni tampoco pudo celebrarlo con sus amigos porque Antonio o Tony como quieran llamarlo esta preso hace mas de 3 años y medio.
No secuestro un avión, ni tampoco asalto un cuartel militar, mucho menos puso una bomba en un cine, ni espiaba, ni contarbandeaba armas, ni incitaba a la violencia, pero Tony esta condenado a 20 años de cárcel ¿Por qué? ´Según el gobierno cubano por cometer “actos contra la independencia o la integridad territorial del estado”.
Antonio no es un hecho aislado, mucho menos víctima de la casualidad. En marzo del 2003, específicamente los días 18,19 y 20 de marzo el gobierno cubano y la Seguridad del Estado, una versión tropicalizada de la KGB, decidieron tomar por asalto a la oposición pacifica cubana y arrestaron en muy pocas horas a casi un centenar de estas personas en toda la isla, les allanaron sus “mansiones”, aterrorizaron a sus familiares y les robaron su intimidad.
No encontraron una bala, explosivos o planes secretos de conspiración, eso si, se llevaron todo, papeles, plumas, libros, maquinas de escribir, fotos y hasta cartas de amor.
Los llamaron “mercenarios”, los juzgaron y los mandaron lejos de casa para que sus familiares no tuvieran tan siquiera el consuelo de la presencia cercana.
Por eso a Tony lo mandaron para Holguín, a más de 700 km de su querida Habana, de su natal Marianao; de Gisela, su esposa; de sus más preciados tesoros, Yeni y Massiel, sus hijas. Fue con el MCL (Movimiento Cristiano Liberación), su movimiento, al que le había entregado antes de ser encarcelado más de una década de esfuerzos y sacrificios, de penas y alegrías, en el que comprendió el verdadero significado de liberación.
Y fue así que el régimen cubano decidió tomar venganza: Aquel 10 de mayo del 2002, cuando Tony en compañía de Regis Iglesias, también en prisión actualmente, acompañaron a Osvaldo Payá en la primera entrega de firmas de respaldo al Proyecto Varela. Una petición ciudadana respaldada en la Constitución vigente de reclamo sobre los derechos conculcados por el régimen.
Y así trascurrieron para Tony en compañía de las ratas y las cucarachas; el penetrante hedor de la orina y las heces acumulada; el acoso de los carceleros, los reos comunes y la Seguridad del Estado patrocinadora de este hostigamiento sin limite; la comida maloliente; la soledad y la oscuridad, 2 años, 6 meses y 5 días. Allí enfermó, Cardiopatía Isquémica, ulceras y fisuras en el recto, desplazamiento de la próstata y una considerable perdida de la visión lo acompañaran en lo adelante. Le sostienen su fe y una profunda espiritualiad, que le permiten perdonar, pero mantenerse firme e iquebrantable en su opcion por los derechos y la libertad de los cubanos.
Ya no esta en Holguín ni tampoco en Cuba Sí, ahora está en la provincia de Ciego de Ávila y se llama Canaletas la prision. La comida todavía huele a podrido y el hedor de la orina ya se ha hecho habitual, esta confinado en una celda de menos de 6 metros de largo por sies de ancho junto con unos treinta prisiomeros mas. La visita familiar es cada 2 meses, tiene que convivir con criminales y asesinos que en algunos casos son incitados por los guardias para que le creen «dificultades» y le acosen.
La falacia una vez más se hace presente y el pasado 7 de agosto un capitán de la Seguridad del Estado que se hace llamar Eugenio le dijo a 3 reos comunes muy peligrosos, que Tony apagaba el televisor que está en su destacamento en el horario del Noticiero Estelar y la Mesa Redonda (espacio oficial de la televisión, muy impopular, para difundir temas políticos ) y que ellos debían “actuar” en consecuencia con esto porque Antonio era un contrarrevolucionario.
Una semana después, el 14 de agosto el propio jefe de la prisión el Teniente Coronel Reiniero Díaz Betancourt arengo a unos presos comunes utilizando los mismos argumentos de días anteriores para que “actuaran” contra Antonio y que para ello contaban con su autorización.
Y mientras tanto sigue corriendo el tiempo, y la vida de Antonio o Tony, corre peligro, y peligro real de muerte. Este nefasto peligro no sólo lo envuelve a él sino a cada uno de los más de 300 prisioneros políticos pacíficos cubanos que con la frente en alto y sin ceder en sus principios aguardan por un nuevo amanecer.