Siempre mesurado y sereno, Oswaldo Payá, el principal disidente cubano, no ha cambiado de hábitos estos días. Acude cada mañana a su centro de trabajo y habla de la coyuntura política que vive Cuba con la misma prudencia de la que ha hecho gala durante años. En entrevista con EL UNIVERSAL, el fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), asegura que la cesión temporal de poderes realizada por Fidel Castro la semana pasada supone el final de una etapa y el principio de un periodo de «reflexión y esperanza». Payá (54 años) es un rara avis de la disidencia.
Compagina su trabajo (reparando equipos sanitarios) con su actividad política y, al contrario que otros dirigentes de la oposición, nunca ha estado en la cárcel. «Hay algo innegable. El hecho de que Raúl Castro asuma las funciones de Fidel es en sí mismo un cambio. Sin embargo, no creo que sea prudente exigir que haya cambios inmediatos, esté o no Fidel en el poder; pero en todo caso ha comenzado ya una nueva etapa en la vida del pueblo cubano. Mantener los mismos esquemas que hasta ahora sería negar la historia, porque estarían negando a la nueva generación de cubanos su derecho a construir una nueva sociedad», explica Payá. El Universal, 1ª. Plana