«Corresponde a los cubanos diseñar los cambios», señaló Paya, galardonado en 2002 por la Unión Europea con el premio Sajarov a los derechos humanos, en una declaración enviada por fax a la prensa extranjera para anunciar el inicio de jornadas de reflexión sobre las transformaciones que requiere Cuba.
«No corresponde, ni aceptamos, que ningún factor externo, sea de Estados Unidos de América, de Europa o de cualquier parte, trate de diseñar el proceso de transición cubano o supuestamente convertirse en actor del mismo», afirmó Payá
Patricia Grogg LA HABANA, 10 may (IPS)
El plan de Washington para promover una transición democrática de Cuba generó más rechazo que simpatía en la población de este país caribeño, inclusive en sectores adversos al gobierno de Fidel Castro a los cuales pretende apoyar.
Las recomendaciones de la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre entregadas el pasado jueves al presidente George W. Bush matizaron el fin de semana marcado por el Día de las Madres, fecha en la que suelen aumentar los envíos de regalos y remesas de residentes en el exterior.
«Dicen que las remesas no se afectarán, pero al aumentar los controles sobre la gente que viaja llegará menos dinero de la familia que vive en el norte (Estados Unidos)», se quejó a IPS Milagros Sarría, de 55 años y numerosa parentela en ese país.
Sarría aseguró que en su barrio «no se habla de otra cosa» y la «mayoría cree» que las medidas «castigarán a la familia cubana» más que al gobierno de Fidel Castro.
Según Sarría, pasó la mañana de este lunes intentado cobrar un dinero que le envió su hija a través de la empresa internacional de transferencia de dinero Western Union, por la cual llegan las remesas desde Estados Unidos.
«Fue complicado, porque en todas las oficinas de la Western había mucha gente. Como que todo el mundo se puso a mandar plata en previsión de lo que pueda suceder», añadió Sarría, quien también recibe dinero a través de viajeros o a nombre de otras personas cuando hace falta.
Legalmente, los cubanos residentes en Estados Unidos pueden mandar a su familia en la nación caribeña hasta 1.200 dólares al año. El plan de Bush no reduce esa cantidad, pero propone medidas para evitar los «envíos ilegales» de dinero.
El programa de ayuda a una «transición democrática» en la nación caribeña de sistema socialista prevé reforzar el embargo que aplica desde inicios de los años 60 y asignar un fondo de hasta 59 millones de dólares para la poner en marcha sus recomendaciones.
Entre otras, las disposiciones limitan las visitas familiares a Cuba a sólo un viaje cada tres años con permiso específico para ello y reducen considerablemente los viáticos por concepto de alimentación y alojamiento.
El plan propone asimismo el nombramiento de un «coordinador de la transición» en el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos «que facilite la aplicación ampliada de proyectos prodemocráticos de diplomacia pública y desarrollo de la sociedad civil para Cuba».
Eloy Gutiérrez Menoyo, un opositor que regresó del exilio en agosto y aún espera autorización del gobierno para legalizar su estancia en el país, reaccionó fuertemente contra el plan, que calificó de provocador e «injerencista».
«Las recomendaciones hechas al presidente (Bush) constituyen prácticamente una incitación al conflicto armado», dijo el político cubano en una carta dirigida al secretario de Estado estadounidense, Colin Powell.
Gutiérrez Menoyo entregó la misiva en la Oficina de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana, a la que acudió este lunes acompañado de otros opositores igualmente contrarios al programa de Bush.
«Recibimos la carta y la haremos llegar al secretario Powell», dijo a IPS una fuente diplomática de la SINA.
El texto, que lleva el sello de Cambio Cubano, organización de exiliados cubanos moderados en Estados Unidos, que preside Gutiérrez Menoyo, advierte sobre el riesgo de que «se genere una inquietud a lo largo de esta isla que podría desembocar en desórdenes públicos y hasta en un levantamiento de características imprevisibles».
A su juicio, el impacto de esa situación permite prever «un éxodo masivo, un conflicto bélico que podría desembocar en el pandillaje y la lucha de bandos, la consecuente pérdida de vidas de soldados norteamericanos (estadounidenses) y una previsible desestabilización de la cuenca del Caribe».
Luego de combatir en la guerrilla encabezada por Castro que tomó el poder en 1959, Gutiérrez Menoyo se convirtió en adversario del gobierno revolucionario, que lo mantuvo en prisión hasta 1986, cuando marchó al exilio y se estableció en Estados Unidos.
En agosto de 2003 Gutiérrez Menoyo anunció su decisión de permanecer en Cuba e instalar una oficina de Cambio Cubano, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta oficial de las autoridades, que tampoco lo han molestado.
El dirigente político acompañó su carta a Powell con una declaración que tituló «Cuba: la hora de las definiciones. Se es cubano o se es anexionista» y en la cual consideró un «insulto al pueblo de Cuba» la figura de un «coordinador de la transición».
Asimismo, exhortó a la «oposición independiente» a presentarse ante las oficinas de la SINA para rechazar las recomendaciones y reiteró su llamado al gobierno cubano para buscar un terreno común de diálogo.
«Estados Unidos no tiene absolutamente ningún derecho de definir el cómo, el qué, el cuándo, ni los ritmos ni los tiempos de la transición democrática en Cuba», dijo a su vez Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista.
El portavoz de esa coalición de grupos opositores de tendencia socialdemócrata acompañó a Gutiérrez Menoyo junto con al también disidente Manuel Gutiérrez, del Consejo Nacional Defensor de los Derechos Civiles.
En tanto, Oswaldo Payá, promotor del Proyecto Varela que pide cambios en el sistema socialista cubano, dijo que en el diálogo nacional entre cubanos será «donde se diseñará el proceso de transición para Cuba».
«Corresponde a los cubanos diseñar los cambios», señaló Paya, galardonado en 2002 por la Unión Europea con el premio Sajarov a los derechos humanos, en una declaración enviada por fax a la prensa extranjera para anunciar el inicio de jornadas de reflexión sobre las transformaciones que requiere Cuba.
«No corresponde, ni aceptamos, que ningún factor externo, sea de Estados Unidos de América, de Europa o de cualquier parte, trate de diseñar el proceso de transición cubano o supuestamente convertirse en actor del mismo», afirmó Payá
También el presidente de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, emitió este lunes sus consideraciones.
«No pongo en duda la buena fe de los redactores de dicho informe, pero pienso que diversas propuestas contenidas en el mismo son totalmente contraproducentes», y «objetivamente injerencistas», dijo Sánchez.