MENSAJE AL PUEBLO Y AL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
El pueblo cubano debe ser y será el protagonista de los cambios que deben realizarse entre cubanos y pacíficamente. Pero la solidaridad internacional ha contribuido en muchos casos a que los procesos de cambio se realicen pacíficamente. Nuestro mensaje a los Estados Unidos de América es de amistad. La sociedad norteamericana debe conocer el esfuerzo que se hace dentro de Cuba por lograr esos cambios sin violencia y ofrecer su apoyo moral al pueblo cubano.
El Proyecto Varela es una iniciativa cívica, nacida dentro de Cuba y protagonizada por los propios ciudadanos cubanos, que busca darles voz a los cubanos en las urnas para que ellos mismos decidan libremente si quieren que se les reconozcan y garanticen sus derechos básicos. El Proyecto Varela se apoya en varios artículos de la Constitución vigente, y busca avanzar, desde la ley, hacia leyes cada vez mejores que instauren y afirmen un verdadero Estado de Derecho.
El Proyecto Varela pide que se les consulte a los cubanos en un Referéndum si quieren que se modifiquen las leyes actuales para que se les garantice libertad de expresión y de prensa, libertad de asociación, libertad económica y libre contratación para todos los cubanos, la liberación de los prisioneros políticos pacíficos, y también el derecho de los ciudadanos a elegir sus diputados en verdaderas elecciones democráticas.
El Proyecto Varela ha logrado presentar a la Asamblea Nacional del Poder Popular las firmas de más de 25.000 ciudadanos cubanos que viven en la Isla, más del doble de las 10.000 que pide la Constitución, y muchos más siguen firmándolo.
La Seguridad del Estado está visitando o citando, uno a uno, a los miles de cubanos que firmaron el Proyecto Varela, para hacerles firmar un documento donde dicen que se retractan de haberlo firmado; o que, a cambio de su firma, se les ofreció dinero o gestiones para ayudarles a conseguir una visa para emigrar. También han amenazado a algunos con expulsarles de su centro de trabajo, o con expulsar a sus hijos de la universidad, y en otros casos con negarles el permiso de salida del país a algunos que están en trámites para emigrar.
La renovada y nunca acabada hostilidad del régimen hacia el Proyecto Varela muestra que saben que es una alternativa real y posible que trajera los cambios que el pueblo cubano quiere y necesita.
El Diálogo Nacional es otra de las iniciativas cívicas en marcha que cuenta con la participación de miles de cubanos. En este Diálogo Nacional, los cubanos están señalando, desde ahora, bajo este estado de opresión y falta de oportunidades, qué cambios quieren, y cómo quieren que estos cambios se implementen. Es decir, se está visualizando y diseñando el futuro inmediato; un futuro lleno de esperanza porque parte del propio seno del pueblo, sin imposiciones ni injerencias externas, sin exclusiones, ni venganzas. Por eso, el fruto de este Diálogo Nacional será un Programa Transitorio de consenso, con una amplia base social, que nos permitirá pasar pacíficamente de este estado de no-derecho hacia un Estado de Derecho, democrático y respetuoso de todos los derechos y libertades fundamentales. En el Diálogo Nacional hemos participado cubanos que vivimos en Cuba y cubanos que viven en el exilio, dando muestra así de que somos un solo y único pueblo.
El Diálogo Nacional ha contribuido a derribar varios de los mitos sembrados por el gobierno cubano en su propaganda para infundir temor al cambio en los ciudadanos. Se ha puesto de manifiesto que la mayoría de los cubanos desea cambios radicales, pero de una manera pacífica, sin enfrentamientos internos ni intervenciones foráneas. También se ha demostrado que la mayoría de los exiliados no desea venir a quitarles las casas que les expropiaron a los que hoy las habitan. Los cubanos quieren que se mantengan los aspectos positivos que existan en la sociedad actual, quieren mantener la seguridad de tener un sistema de educación y de salud públicas gratuitas, sin menoscabo de las iniciativas privadas en estos campos, que pueden servir de alternativa y de incentivo para la mejora de los servicios públicos.
Los cubanos que han participado en el Diálogo Nacional han mostrado su convencimiento de que la libertad política y económica, el respeto a los derechos humanos y la justicia social no se excluyen.
Los aportes que se han estado recibiendo permiten ya asegurar que los cubanos no desean que haya una ruptura institucional que conlleve al caos o al desorden. Tampoco quieren gobiernos de facto, ni sucesiones antidemocráticas, ni injerencias externas; por lo que el Programa Transitorio que saldrá de este Diálogo Nacional creará todos los mecanismos para el ejercicio de la soberanía popular mediante la participación ciudadana y las garantías de todos los derechos políticos, económicos y sociales para todos los cubanos.
Si Ustedes desean ayudar al pueblo de Cuba en estos momentos de peligros, en que algunos parecen querer cerrar los caminos pacíficos hacia el futuro, la opción es apoyar los esfuerzos concretos que se hacen dentro de Cuba, aun al precio de la represión y la prisión, por lograr la reconciliación y la transición pacífica hacia la democratización y el respeto a los Derechos Humanos. La solidaridad, de toda la sociedad americana debe expresarse de manera constante, abierta y pública:
– Apoyando la liberación inmediata y sin condiciones de todos los prisioneros políticos pacíficos.
Apoyando el Diálogo Nacional y la solicitud de Referendo planteada en el Proyecto Varela, que son iniciativas cívicas que están canalizando la participación ciudadana hacia la democratización y la reconciliación, Este apoyo debe venir no solo del mundo político, sino también de todos los sectores de la sociedad, grupos religiosos, intelectuales, empresarios, jóvenes, trabajadores y asociaciones. Así se hizo con el pueblo chileno y con el pueblo de Sudáfrica.
La Habana, 24 de junio de 2005
A nombre del Consejo Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación
Oswaldo José Payá Sardiñas Flavio Labrador Freige
Minervo Lázaro Chil Siret Ernesto Martini Fonseca
Ofelia Acevedo Maura Juan Felipe Medina Díaz